Algunos aditivos alimentarios E podrían aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular.
Los aditivos alimentarios, concretamente los que empiezan con la letra E, vuelven a estar en el punto de mira. Un estudio publicado en The BMJ ha demostrado que el consumo elevado de 7 emulsionantes o emulgentes que son habituales en productos ultraprocesados se asocia con mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.
Según AECOSAN, la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición, "Los aditivos alimentarios son sustancias que se añaden a los alimentos con un propósito tecnológico (para mejorar su aspecto, textura, resistencia a los microorganismos, etc.) en distintas etapas de su fabricación, transporte o almacenamiento".
Estas sustancias se identifican con la letra E seguida de 3 o 4 dígitos detrás. No siempre se trata de sustancias desconocidas o extrañas. Por ejemplo, el aditivo E300 es vitamina C.
Los aditivos alimentarios E se clasifican en seis categorías: conservantes; colorantes; antioxidantes; estabilizantes, espesantes y emulsionantes; edulcorantes y saborizantes.
Emulsionantes, en el punto de mira
Este nuevo estudio apunta concretamente a la categoría de los emulsionantes o emulgentes y relaciona 7 de ellos con el riesgo de infarto.
Los emusionantes sirven para ayudar a mezclar dos sustancias que generalmente se separan cuando se combinan, como el aceite el agua. Se utilizan, por ejemplo, para poder moldear el chocolate en barras, para que el pan no se ponga duro tan rápido o para que los ingredientes de la mayonesa queden bien mezclados. Mejoran el sabor, la textura, el aspecto y la conservación del alimento y se añaden a muchos alimentos procesados que consumimos como pasteles, helados, chocolates, confituras, salsas, productos de panadería y bollería, margarina o platos precocinados.
Ejemplos de emulsionantes son la lecitina, la goma guar, la goma xantana, las celulosas o los polisorbatos.
Los 7 emulsionante sospechosos
La seguridad de los emulsionantes se revisa periódicamente mediante pruebas científicas pero investigaciones recientes apuntaban que podían alterar la microbiota intestinal y aumentar la inflamación. Para arrojar luz sobre el asunto, investigadores franceses han analizado el vínculo entre el consumo de emulgentes y el riesgo de enfermedades cardiovasculares que afectan al flujo sanguíneo del corazón y el cerebro como el infarto o el ictus.
Estudiaron los casos de 95.442 franceses con una edad media de 43 años que participaron en el estudio NutriNet-Santé entre 2009 y 2021 y que no tenían problemas de corazón previos al inicio del estudio. El objetivo era comprobar el vínculo entre consumo de emulsionantes e inflamación vascular (aumenta el riesgo de infarto, enfermedad coronaria crónica o ictus).
Los participantes rellenaron encuestas de alimentación y se les hizo un seguimiento con análisis de laboratorio. A los 7 años del estudio, se descubrió una relación entre el consumo elevado de estos emulsionantes con afecciones cardiovasculares.
- E460 (celulosa) se relaciona con más riesgo de enfermedad coronaria.
- E466 (carboximetil-celulosa sódica) se asocia también con enfermedad coronaria.
- E471 (monoglicéridos) se vincula con un mayor riesgo de todos los accidentes cardiovasculares estudiados.
- E472 (diglicéridos de ácidos grasos) también se relaciona con todos los accidentes cardiovasculares.
- E472b (ésteres lácticos de monoglicéridos y diglicéridos de ácidos grasos) se asocia con infartos y accidentes cerebrovasculares.
- E472c (ésteres cítricos de monoglicéridos y diglicéridos de ácidos grasos) con la enfermedad coronaria.
- E339 (fosfatos sódicos) también se vincula con la enfermedad coronaria.
Aunque los autores del estudio señalan que se trata de un estudio observacional y se desconoce el mecanismo mediante el cual estos aditivos pueden aumentar le riesgo cardiovascular, insisten en que hay que evitar o reducir el consumo de alimentos ultraprocesados, tanto por parte del cosumidor como de la industria alimentaria.