Uno de los cambios más significativos en el día a día de la compra ha estado la progresiva sustitución de las bolsas de plástico de un solo uso que se utilizaban a millones en los comercios.
Como no es fácil hacer retroceder a una sociedad más de medio siglo, cuando la gente iba a la compra con su propia cesta, surgieron algunas alternativas más “ecológicas” a base de plástico reciclado y otras hechas con productos compostables: se degradan en la tierra de manera natural y se convierten en abono sin causas daño al medio ambiente. O eso se creía.
Las bolsas compostables son más tóxicas
Un estudio llevado a cabo por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha advertido de que podemos estar llevando a cabo una política más dañina que protectora con los nuevos tipos de bolsas.
Quisieron probar en laboratorio cómo era la degradación de estos nuevos tipos de bolsa y qué efectos producían en el medio ambiente y los peces, en caso de acabar en el agua. Y los resultados, que prudentemente califican de “preliminares”, muestran que las bolsas compostables no solo dejan tóxicos, sino que son más tóxicas que las antiguas de plástico convencional.
Lo de “preliminares” significa que han utilizado un número limitado de bolsas para hacer las pruebas. Pero los resultados no han podido ser más concluyentes y muestran un preocupante sistema de degradación de las bolsas supuestamente ecológicas.
Cómo se han hecho las pruebas
Para ver qué compuestos tóxicos se libraban al medio ambiente y cómo afectaban a los seres vivos, se expuso las bolsas a grupos de células de peces cebra en tres situaciones distintas:
- Directamente micro trozos de cada una de las bolsas.
- Se degradaron artificialmente las bolsas con rayos ultravioletas, simulando la reacción ante los rayos solares, la fotodegradación.
- Los pequeños fragmentos que quedan de las bolsas compostables tras convertirse en abono.
“Nos sorprendió que las células expuestas a las bolsas de plástico convencional no mostraban rastros de toxicidad. Sin embargo, sí la detectamos en las biodegradables”, ha explicado la investigadora Cinta Porte, principal autora del estudio.
Esto echaría por tierra los supuestos beneficios de las bolsas de plástico biodegradable que nos encontramos sobre todo en las secciones de fruta de los supermercados o que se venden para tirar los restos de comida en casa. Son bolsas que llevan el sello “Ok compost” o “100% degradable”.
Por qué son más tóxicas las bolsas ecológicas
Este hallazgo puede hacer que tenga que cambiarse la legislación, dado que estas empresas que las fabrican cumplen con los estándares vigentes para poder considerar que son bolsas compostables.
¿Qué ha fallado? Los autores del estudio lanzan una hipótesis: “Los fabricantes añaden aditivos químicos para elaborar las bolsas biodegradables que podrían ser especialmente tóxicos”, explica Porte.
Los compuestos tóxicos que se liberan se trasladan luego al abono lo que al final supone una acumulación de contaminantes en la tierra. Puede pasar a los productos que se cultiven. Y al final afectar a nuestra salud.
"Se están sustituyendo las bolsas convencionales por otras más peligrosas", asegura la principal investigadora del estudio
Esta toxicidad también se vio en las bolsas que se fabrican con plásticos reciclados. Este otro tipo de bolsa no pretenden ser biodegradables. Su ecologismo estaría en reaprovechar plásticos. No obstante, ya habían sido criticadas por su utilización al envasar la fruta sin estudios adecuados. Y según este estudio del CSIC también estas bolsas producen más tóxicos que las bolsas de plástico tradicionales.
Qué va a pasar ahora con estas bolsas
La investigadora Porte es clara en cuanto a los resultados que han visto: “Se están sustituyendo las bolsas convencionales por otras más peligrosas, que supuestamente desaparecen, pero dejan un abono tóxico.”
Pero no es probable que veamos desaparecer estas bolsas reciclables de los supermercados. No se cambia de un día para otro. Además, son necesarios más estudios. Los investigadores no han podido identificar los compuestos químicos concretos que se han añadido a las bolsas reciclables y que son tóxicos.
“Es necesario investigar y crear un buen marco normativo, basado en la evidencia científica, que asegure la inocuidad de los materiales que se utilizan antes de que lleguen al mercado”, explican los científicos.
El primer paso, por tanto, será que las empresas que comercializan estas bolsas tengan una actitud abierta y cooperativa para descubrir qué ha fallado en el proceso.