El botulismo puede aparecer por inyectar toxina botulínica por motivos cosméticos o médicos.
El Centro Europeo para el Control y Prevención de Enfermedades (ECDC) ha comunicado que desde finales de febrero de 2023 y hasta el 10 de marzo de 2023 se han notificado 67 casos de botulismo entre personas que recibieron inyecciones de toxina botulínica (BoNT) intragástricas para adelgazar en centros de Turquía. Se trata de 14 pacientes procedentes de Alemania, uno de Austria y otro de Suiza que viajaron a este país para somerterse a la intervención y 53 pacientes turcos. De los 63 casos con información disponible, 60 casos están vinculados a un hospital privado en Estambul mientras que tres casos sucedieron en un hospital privado en Izmir.
Algunos han presentado síntomas leves pero otros han tenido que ser hospitalizados en unidades de cuidados intensivos.
El ECDC recomienda encarecidamente a los ciudadanos de la Unión Europea que eviten los tratamientos intragástricos con BoNT para la obesidad en Turquía, ya que actualmente se asocia con un riesgo significativo de desarrollar botulismo. En este momento, señala la ECDC, no está claro si se trata de un problema terapéutico o de procedimiento en los hospitales involucrados, o si hay un problema con la toxina botulínica administrada.
Las autoridades turcas ya están investigando el asunto y todo apunta a que la toxina botulínica utilizada no está autorizada para el tratamiento de la obesidad mediante inyección intragástrica, apunta la ECDC.
Qué es el botulismo
El botulismo es una enfermedad poco frecuente pero grave provocada por una toxina producida por la bacteria Clostridium botulinum que ataca los nervios del cuerpo y causa parálisis.
Según señala la Clínica Mayo, el botulismo puede ocurrir por alimentos contaminados, por una herida o por el crecimiento de las esporas de la bacteria en el intestino tanto de adultos como de bebés.
El botulismo también puede aparecer al inyectar toxina botulínica por motivos cosméticos o médicos. Este tipo de botulismo se llama iatrogénico (significa que la enfermedad está provocada por un examen o tratamiento médico). Aunque es raro, la personas que se inyectan bótox con fines cosméticos (arrugas faciales) o terapéuticos (por ejemplo, el control de la espasticidad muscular), pueden desarrollar botulismo si se les inyecta una dosis excesiva de BoNT.
Qué síntomas provoca el botulismo
En el caso del botulismo alimentario, los síntomas más frecuentes son dificultad para tragar o para hablar, sequedad bucal, debilidad facial, visión borrosa o doble, dificultad para respirar, náuseas, vómitos o parálisis. Los síntomas suelen aparecer entre 12 y 36 horas después del consumo de la toxina.
Cuando el botulismo se produce a causa de una herida, los síntomas aparecen unos 10 días después de que la toxina entra en el cuerpo, apunta la Clínica Mayo. Los síntomas son similares a los del botulismo alimentario, a excepción de las náuseas o vómitos.
En bebés el botulismo suele provocar estreñimiento, debilidad muscular, llanto débil, caída de párpados o cansancio.
En el caso del botulismo iatrogénico, los síntomas incluyen debilidad y fatiga que pueden derivar en visión borrosa, párpados caídos, dificultad para tragar y sequedad de boca. También puede haber dificultad para respirar, lo que indica la administración de una sobredosis.
Las autoridades sanitarias alertan que cualquier persona que haya ido a Turquía a someterse a intervenciones con toxina botulínica y padezca algunos de estos síntomas acuda al médico.
inyecciones intragástricas de toxina botulínica para adelgazar
Las inyecciones terapéuticas de BoNT (neurotoxinas botulínicas) tienen muchas aplicaciones médicas y se utilizan para tratar afecciones como la distonía, el estrabismo, la vejiga hiperactiva o la hiperhidrosis.
La intervención que ha dado problemas son las inyecciones intragástricas de neurotoxina botulínica (BoNT) que 67 pacientes europeos se han realizado en clínicas de Estambul.
Se trata de una técnica poco invasiva para tratar la obesidad que inhibe la motilidad gástrica. En definitiva, lo que se consigue es aumentar la sensación de saciedad ya que el alimento pasa más tiempo en el estómago, lo que se traduciría en una reducción de las calorías ingeridas y, por tanto, del peso corporal. En cuanto a la eficacia para tratar la obesidad, un artículo de la Universidad de Málaga señala que se han "constatado sus efectos a corto plazo, con una pérdida de peso de hasta el 5% respecto a placebo y no se han reportado efectos secundarios relevantes en relación a la técnica, por lo que su empleo parece ser seguro".
Lo sucedido en Turquía probablemente está más relacionado con un mala utilización de la técnica que con la técnica en sí. Aunque se desconoce la causa exacta que ha provocado el brote, las esporas de la bacteria pueden entrar en el cuerpo si la toxina botulínica se inyecta con agujas sin esterilizar, apunta Manual MSD. Administrar demasiada dosis de toxina botulínica también puede causar problemas.
Un comunicado de la Sociedad Española de Obesidad apunta que "debe investigarse motivos de mala praxis médica que pudieran ser causa de las complicaciones presentadas por estos pacientes, como la calidad de la toxina botulínica tipo A, las dosis totales administradas, la localización de las inyecciones y la profundidad a nivel de la capa muscular en la que se realizan, y si ha podido producirse alguna inyección intravascular".
Cómo se trata el botulismo
Los síntomas del botulismo pueden ser muy graves y requieren tratamiento de cuidados intensivos, así como la administración de antitoxina botulínica. Incluso cuando tales tratamientos están disponibles, la recuperación completa generalmente puede tardar semanas a meses, alerta la ECDC.