Las judías verdes hervidas o al vapor con patatas son uno de los platos de verdura más socorridos que en muchos hogares españoles se come de promedio una vez a la semana. Pero eso no quiere decir que entusiasme a todo el mundo, en especial a los niños. De hecho, la judía verde es uno de las verduras más consumidas porque es saludable, resulta fácil de preparar al vapor y, a pesar de que no guste demasiado, la mayoría la prefieren al brócoli o a las acelgas. Definitivamente, es un alimento que nos resuelve un primer plato de una comida o una cena pero... ¿la cocinamos bien? La judía verde debería tener una textura deliciosamente crujiente y al dente, pero muchas veces nos queda demasiado blanda y con poco sabor. Cuando ocurre, podemos disfrazar la verdura con aderezos varios o mezclarla con trocitos de panceta frita, pero si sabes cocinarla en su punto aprovecharás mejor sus nutrientes y no necesitarás demasiados aderezos. Y hay un truco infalible para que quede al dente.
Selección y tiempos de cocción
Lo primero es seleccionar bien las judías verdes cuando las compres. Lo ideal es que sean frescas (no congeladas) y tiernas. Busca judías de color verde brillante, evitando las que tengan manchas o arrugas. Las de tamaño mediano a pequeño tienden a ser más tiernas.
Antes de prepararlas hay que lavarlas en agua fría y retirar las puntas duras de los extremos.
El tiempo de cocción es muy importante para que no queden demasiado blandas y pierdan nutrientes. Si las preparas hervidas utiliza una olla grande. La cantidad de agua debe ser suficiente para cubrir las judías verdes. Con 10 minutos de cocción en agua hirviendo será más que suficiente para que queden al dente. Si te gustan un poco más tiernas déjalas 15 minutos. En una olla exprés, en la mitad de tiempo estarán cocidas. No olvides añadir sal pero tampoco te excedas.
Pero para que la judía verde conserve mejor su color y nutrientes lo ideal es cocinarlas al vapor durante 10 minutos.
El truco para que queden verdes y al dente
La clave para cocinar judías verdes en su punto es no excederse en el tiempo de cocción. Deben estar tiernas pero aún crujientes. Puedes probar su punto de cocción pinchándolas con un tenedor. Deben ofrecer cierta resistencia pero no estar duras.
Y aquí viene el truco para conseguir que queden justo en su punto: una vez que las judías verdes estén en su punto, es importante detener la cocción inmediatamente para que no continúen cocinándose, igual que se hace con la pasta hervida. Para ello, sumérgelas en un recipiente con agua fría o pásalas por agua corriente fría. Este paso también ayuda a preservar su color verde brillante.
De hecho, aparte de hervirlas durante demasiado tiempo, el error más habitual al cocinar las judías verdes es no enfriarlas rápidamente. Si no las enfrías después de cocinarlas, seguirán cociéndose y se volverán blandas.
Y recuerda no pasarte con la sal. Agregar sal al agua de cocción es importante, pero no exageres, ya que las judías verdes pueden volverse demasiado saladas y perder su sabor natural.
Aderezos que combinan bien
Si la judía está cocinada en su punto apenas necesita un chorrito de aceite de oliva virgen extra y vinagre (si te gusta el punto ácido) para disfrutarla en la mesa, aunque si quieres darle más sabor hay muchos aderezos que realzan el sabor de esta verdura:
- Ajo: El ajo picado es un aderezo clásico que combina muy bien con las judías verdes.
- Mantequilla: Una pequeña cantidad de mantequilla derretida puede hacer que las judías verdes sean más suaves y sabrosas.
- Albahaca: La albahaca fresca o seca es una hierba aromática que combina muy bien con las judías verdes.
- Queso parmesano: El queso parmesano rallado es un excelente aderezo para darle un sabor intenso a las judías verdes.
- Salsa de soja: Unas gotas de salsa de soja pueden darle un toque salado y unami a las judías verdes.