Cómo afecta la guerra de Ucrania a nuestra salud mental

La guerra es una importante fuente de estrés y ansiedad. Ya no solo para las personas atrapadas por los combates, también para todos los que se sienten afectados de manera indirecta. Está ocurriendo con la guerra de Ucrania. La identificación con las víctimas junto a la incertidumbre política y económica juegan en nuestra salud mental.

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Cómo afecta la guerra de Ucrania a nuestra salud mental
Gtres
Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

No hemos salido de la ansiedad provocada por la pandemia de covid y ya tenemos otro frente abierto, el de la guerra de Ucrania. Una guerra en Europa, y por tanto que nos toca de cerca.

Un conflicto que percibimos como muy injusto y que nos proporciona emociones muy desagradables”, apunta la psicóloga Gabriela Paoli.

Qué efectos provoca la guerra

Este tipo de situaciones no afecta a todos por igual. Hay que tener en cuenta que cada persona es única y la reacción puede variar según la edad y la personalidad.

Sí hay unos rasgos bastante genéricos. “Hay sensación de mayor tristeza; sentimos nuestra seguridad y libertad en peligro, y perdemos parte de nuestra paz interior tan recomendable”, señala la psicóloga Paoli.

  • Recibimos información por diferentes medios que aumentan esa sensación de proximidad y peligro.

Son vídeos e imágenes muy impactantes, que hieren la sensibilidad, difíciles de gestionar y que quedan marcadas a fuego en nuestra memoria”. Somos personas empáticas. Es natural que sintamos una profunda tristeza, profundo dolor de ver esas familias, que podríamos ser nosotros, huyendo o víctimas de los bombardeos.

  • Está afectando también a la economía, que ya venía de una situación difícil por la pandemia. Ahora crea nuevas incertidumbres. “Este estado de prolongación de incertidumbre provoca situaciones de ansiedad constante”.

Cómo repercute en nuestra salud

Los especialistas están viendo un mayor número de casos de ansiedad y depresión. Son situaciones en las que se están sobreponiendo los problemas que ya había creado la pandemia a esta nueva fuente de estrés.

Hay que centrarse en nuestra rutina y evitar la intoxicación informativa de imágenes impactantes constantes

Más que un problema nuevo, es una prolongación de toda la situación vivida hasta ahora. Sí se están dando también nuevas afectaciones en personas sensibles:

  • Hay personas que tienen dificultad para dormir.
  • Más personas apáticas o desmotivadas.
  • Sensación de tristeza más extendida.

Estrategias para afrontar la situación

Es más fácil decirlo que hacerlo, pero tenemos que aprender a afrontar lo injusto de situaciones como estas en la vida, que nos superan y no podemos solucionarlas”, explica Gabriela Paoli.

La psicóloga aconseja algunas medidas que sí están a nuestro alcance y que pueden sernos útiles para sobrellevar la situación.

  • Los gestos de solidaridad y apoyo que se han dado son una magnífica muestra de empatía. Participar en ellos puede ser una manera de hacernos sentir útiles.
  • Informarnos es necesario. No es lo mismo que acabar infointoxicados”, dice.

Evitemos estar viendo constantemente las imágenes impactantes en un medio y otro. Y siempre recurrir a fuentes fiables.

  • Evita entrar en bucle siguiendo hechos catastrofistas, uno tras otro. Para ello hay que mantener el día a día, centrarnos en nuestras rutinas.
  • Buscar sentirnos bien con actividades placenteras.

Todos tenemos actividades que nos autorregulan y nos dan sensación de paz: la lectura, la música, el yoga, la pintura. Hay que buscar espacio para ellas y no dejar de hacerlas.

Cómo ayudar a los niños

Un colectivo especialmente sensible es el de los más pequeños, que están creciendo en un mundo de peligros e incertidumbres desde hace dos años.

Hay que evitar en lo posible que vean esas imágenes crudas de la guerra, porque no están preparados psicológicamente para entenderlas”, aconseja la psicóloga.

Va a ser difícil porque están por todas partes. Se trata de quitarlas de la tele cuando podamos. Eso no quiere decir que les mintamos y que hagamos como que no pasa nada. No hay que esconderles la realidad.

Podemos elegir cómo explicarles la guerra. Adaptando el lenguaje a su edad. “Y que quede claro que es algo lejano, que nosotros estamos tranquilos”, subraya Paoli. Animarlos a que pregunten si les ha quedado alguna duda. Si en la escuela tratan el tema, dar continuidad a lo que han hecho allí.

A los mayores también les afecta más

Tampoco debemos olvidar a los más mayores de la sociedad, porque pueden vivir el conflicto de un modo diferente. Les puede traer recuerdos de una época terrible que ellos sí han vivido o que tuvieron mucho más cercana en el tiempo.

Los mayores suelen estar más conectados a las noticias permanentemente y tener mayor sensación de peligro

En este caso, el objetivo es ayudar a procesar esos recuerdos. Ellos viven reacciones que se producen en la amígdala, la zona del cerebro que dispara los miedos más antiguos.

En estos casos recomiendo mucho escucharlos. Sentarnos con ellos y dejar que se expresen, que saquen sus fotos, sus recuerdos y mostrarles amor”, dice la psicóloga.

Hay que estar atentos también a la información que consumen. Los mayores suelen estar más conectados a la televisión y la radio, que repiten una y otra vez las noticias de guerra. Pueden tener mayor percepción de peligro por unos informativos que ahora tienden más al espectáculo. Hay que aconsejarles que eviten estar todo el día enlazando un informativo tras otro.