Cambios en el estado de ánimo, picos de delincuencia... La sabiduría popular ha relacionado las fases de la luna con aspectos de los más variopinto, pero ahora un estudio de la Universidad de Washington viene a demostrar que sí influye en el sueño.
Es sabido que la exposición a la luz –ya sea la del sol o la luna, o la luz artificial– influye en el descanso porque está directamente relacionada con la melatonina, la hormona que favorece el sueño y que necesita de oscuridad para segregarse en cantidades suficientes.
El estudio de la Universidad de Washington, dirigido por Horacio de la Iglesia, va más allá y revela que la capacidad para dormir más o menos se ve directamente influenciada por las fases de la luna.
Cómo afecta el ciclo lunar al sueño
Para llegar a esta conclusión, el equipo de investigadores rastreó los patrones de sueño de casi 100 personas que vivían en tres comunidades de Argentina durante dos meses.
A todos los participantes se les puso un monitor de muñeca para analizar cómo dormían.
- Una de las comunidades rurales no tenía acceso a la electricidad.
- La segunda tenían un acceso limitado a la luz eléctrica.
- La tercera comunidad estaba ubicada en un entorno urbano y tenía pleno acceso a la electricidad.
Es cierto que el acceso a la luz eléctrica influye en las horas de sueño. Estudios anteriores del mismo equipo de investigadores lo han comprobado.
En este caso también ocurrió: la comunidad urbana que tenía luz eléctrica fue a dormir más tarde y durmieron menos horas que los habitantes de comunidades con poca luz o ninguna.
Pero hecha esta aclaración, todos los participantes del estudio (tanto los que viven sin luz como los que pueden encenderla cuando quieren) presentaron cambios en sus patrones de sueño a medida que la luna avanza en su ciclo de 29,5 días.
Dependiendo de la comunidad, las horas de sueño nocturno variaron entre 20 y más de 90 minutos a lo largo del ciclo lunar, y la hora de dormir varió entre 30 y 80 minutos.
Y lo alucinante del asunto es que, cuando los investigadores descubrieron este patrón de sueño que cambiaba con la luna en las comunidades argentinas estudiadas, lo compararon con el patrón de sueño de estudiantes universitarios de Seattle y comprobaron que se producían las mismas oscilaciones según la fases lunares.
justo antes de la luna llena dormimos menos
Los resultados de la investigación revelan cómo afectan las fases lunares a nuestro sueño:
- Las noches previas a la luna llena (entre 3 y 5 noches antes) es cuando dormimos menos horas y permanecemos despiertos hasta más tarde.
La explicación estaría en que la luna creciente es cada vez más brillante a medida que avanza hacia luna llena y nos proporciona más luz natural tras el anochecer, lo que nos acaba quitando sueño (recordemos que para generar melatonina necesitamos oscuridad).
- Al contrario, las lunas menguantes y las noches previas a la luna nueva dormimos más horas y nos acostamos antes. En estas fases la luna también emite una luz significativa pero en mitad de la noche, lo que interfiere menos en el sueño.
así nos afecta la luz artificial
El estudio revela que la influencia de las fases lunares afecta a todos por igual, pero no es ni de lejos tan fuerte si hay acceso a la luz eléctrica.
Y esto tiene otra lectura, advierten los investigadores: la excesiva exposición a la luz eléctrica, sobre todo en las grandes ciudades donde hay luz las 24 horas del día, está provocando grandes alteraciones en nuestros patrones de sueño.