Ver en tiempo real si hay fármacos capaces de frenar un mecanismo previo a la respuesta inflamatoria exagerada (conocida también como tormenta de citoquinas) que se da en los pacientes más graves de coronavirus. Este es el objetivo principal de un estudio que está llevando a cabo el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
La tormenta de citoquinas está detrás de la mayoría de casos graves de Covid
Impedir la tormenta de citoquinas es fundamental para que el SARS-CoV-2 no se reproduzca a sus anchas en el organismo y acabe dañando no solo al pulmón, sino también a otros órganos vitales como el corazón, el hígado, los riñones o el cerebro. De ahí la relevancia de encontrar medicamentos eficaces para anular esta reacción.
Por qué se produce la tormenta de citoquinas
Las citoquinas son un tipo de proteínas que se encargan de regular los procesos inflamatorios (de hecho, no todas favorecen la inflamación, también hay algunas que la inhiben). Es, pues, una de las herramientas más importantes de nuestro sistema de defensas.
- Lo que ocurre con virus como el que provoca la COVID-19 es que favorece que este proceso se descontrole y que diferentes células de nuestro organismo (no solo los glóbulos blancos, también las que forman parte de nuestra grasa, nuestros músculos o del tejido que recubre nuestros vasos sanguíneos) pueden liberarlas en mucha cantidad.
- Ante este gran número de citoquinas presentes en el cuerpo, nuestro sistema inmune se desorienta y acaba atacando no solo al virus, sino a nuestros propios tejidos, provocando una inflamación generalizada.
Y esto, por ejemplo, puede hacer que se acumule líquido en los pulmones (lo que reduce enormemente la capacidad respiratoria) o que se generen trombos con facilidad (lo que, entre otras cosas, aumenta el riesgo de infarto y de ictus).
Comprobar la eficacia de los fármacos
Para lograr ver rápidamente el efecto de los fármacos que están testando (que actualmente se usan para otras indicaciones clínicas y que, por tanto, ya superaron en su momento los ensayos clínicos que evalúan si son seguros o no), están utilizando una nueva plataforma celular.
- Actúa "pintando" de fluorescente la parte de las células que se activa cuando detectan que están siendo atacadas por un microorganismo.
- "Esta estructura física de la célula se conoce como inflamosoma", explica Timothy Thomson, del Instituto de Biología Molecular de Barcelona (IBMB), que forma parte del CSIC y que ha creado, junto a su equipo, esta plataforma.
- Es un mecanismo que se produce de manera natural en el organismo como una de nuestras primeras líneas de defensa frente a patógenos externos. El problema es que, cuando las células entran en contacto con el coronavirus, esta reacción se puede descontrolar y favorecer la tormenta de citoquinas.
Gracias a la plataforma celular desarrollada por Thomson se puede ver a través del microscopio si, tras entrar en contacto con el fármaco que se esté probando en ese momento, esa parte fluorescente de la célula se inhibe.
- "Si esto ocurre, es que el fármaco es efectivo sobre la respuesta pro-inflamatoria", informan desde el CSIC.
objetivo: acabar con la tormenta de citoquinas
"Nuestra hipótesis es que, si inhibimos el inflamosoma, impediremos la activación de toda la cascada de reacciones inflamatorias, incluida la tormenta de citoquinas, inducidas por el virus", asegura el investigador.
- Por eso, cuando identifican un medicamento que puede impedir que el inflamosoma se forme y se active, los investigadores hacen ensayos con él en cultivos de células con macrófagos.
- Los macrófagos son un tipo de glóbulos blancos que actúan 'comiéndose' (y, por tanto, anulando) a los virus y bacterias que identifican como dañinos, pero que también tienen el potencial de liberar un gran número de citoquinas.
Su uso para la Covid se podría aprobar más rápidamente porque estos fármacos ya se han demostrado seguros
- La finalidad de este tipo de ensayos es demostrar que el fármaco testado "no solo inhibe la formación del inflamosoma, sino también la liberación de citoquinas proinflamatorias", aclara el miembro del CSIC.
"Ya hemos encontrado varios fármacos y compuestos naturales que pueden frenar este proceso y esperamos corroborar pronto nuestros resultados preliminares", añade Thomson.
Hay que tener en cuenta, también, que el hecho de que los medicamentos testados ya estén aprobados para otros usos agilizaría el proceso para autorizar su utilización en pacientes con COVID-19, si se considerara apropiado tras los estudios pertinentes.