Agosto y vacaciones son, para muchos, sinónimo de viajes, ocio y, sobre todo, desconexión. Aunque lo cierto es que, hoy en día, la sensación de que el mundo se para en agosto de hace tan solo unas décadas queda lejos.
- Las vacaciones tienden a ser más cortas y repartidas durante todo el año, y las nuevas tecnologías nos permiten acceder fácilmente al mail, a los grupos de WhatsApp del trabajo... Todo ello hace que desconectar del todo sea más complicado que hace unos años.
El teletrabajo lo complica
A esto hay que sumar las circunstancias especiales surgidas a raíz de la pandemia, que ha hecho que el número de personas que teletrabajan aumente considerablemente. Para ellos, conectarse al trabajo desde casa se ha convertido en una rutina que puede dificultarles la desconexión durante las vacaciones.
Así, no acotar el uso de las herramientas digitales durante nuestros días de descanso es uno de los principales motivos que pueden hacer que no desconectemos en vacaciones. Pero no es el único.
Demasiados planes (incluso de ocio) estresan
Es cierto que nuestra mente necesita varios días para desacostumbrarse a pensar constantemente en el trabajoy cambiar el chip por completo. Por eso se tiende a poner el foco del descanso en las vacaciones.
Pero para que realmente se produzca esta desconexión es muy importante que no carguemos las agendas con mil planes (aunque sean de ocio) y que el descanso sea real.
Para Irene Lorza Gil, psicóloga de la plataforma online TherapyChat, no reservar los tiempos necesarios de descanso diario (que van más allá de las horas de sueño) puede contribuir a que las vacaciones se nos hagan más cortas.
- “Quizá por cómo entendemos el trabajo y el descanso en nuestra cultura, a veces caemos en la dinámica de trabajar sin descanso durante todo el año y después compensar todo eso en dos semanas de vacaciones", expone la psicóloga.
- Pero hay que tener cuidado con eso porque, tal y como añade, "el descanso y el aprovechamiento del tiempo libre debería estar presente todo el año adaptado a la época, el tiempo del que disponemos y a nuestra situación personal y laboral”.
Si no descansamos adecuadamente, llegaremos tan cargados de estrés y fatiga que nos será más difícil recuperarnos durante las vacaciones.
5 claves para desconectar en verano
Para la plataforma de psicólogos online hay que tener muy en cuenta lo siguiente para lograr, realmente, una desconexión saludable.
1. No idealices las vacaciones
Si las expectativas para estos días son muy altas y surgen dificultades o imprevistos que hacen que tu tiempo de ocio no sea tan perfecto como habías proyectado puedes acabar frustrándote y agobiándote.
- Es importante asumir que el tiempo libre no siempre es perfecto.
2. La desconexión absoluta no existe, y hay que aceptarlo
Que en algún momento aparezcan pensamientos y preocupaciones que hacen referencia al trabajo es algo que no se puede evitar.
Que aparezcan preocupaciones no es sinónimo de que no estemos descansando
- "Lo mejor que podemos hacer es normalizarlo, aceptar la existencia de estos pensamientos sin culpabilizarnos y tratar de devolver el foco de atención al presente", subrayan desde TherapyChat.
3. No hay que esperar a las vacaciones para desconectar
Hay que hacerlo también durante el periodo laboral.
- Acceder al correo electrónico solo durante las horas de trabajo, desactivar las notificaciones los fines de semana y procurar no hablar constantemente del trabajo con amigos y familiares durante el tiempo libre son tres buenas medidas que te ayudarán a desconectar en tu día a día.
4. Dedica tiempo a tus aficiones
El disfrute no puede estar acotado a las vacaciones. El resto del año hay que procurar, también, buscar actividades gratificantes para nosotros.
- "Cuando llegan las preocupaciones, debemos intentar poner el foco de nuestra atención en lo que estamos haciendo en ese momento, lo cual es más fácil si estamos haciendo algo que nos gusta", remarcan los especialistas en psicología.
5. Piensa en las vacaciones... pero sin obsesionarte
Durante los picos de trabajo, pensar en las vacaciones puede ser una buena estrategia para animarte y superar el bache, pero no debe ser la única.
- Puede ayudarte a convivir con el cansancio y el agotamiento tras meses sin vacaciones, pero no hay que caer en el lamento constante por estar trabajando.