El ejercicio muy intenso puede dañar nuestras arterias a largo plazo

Un estudio sobre el ejercicio físico ha puesto en aviso sobre el riesgo a largo plazo que puede tener si ese deporte es muy intenso. Los investigadores han visto efectos en las arterias, que se vuelven más rígidas, lo que podría causar problemas vasculares.

Actualizado a
El ejercicio muy intenso puede dañar nuestras arterias a largo plazo
iStock

Practicar deportes muy intensos, como la maratón, podría favorecen la aparición de enfermedades relacionadas con las arterias coronarias. 

Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

El ejercicio físico moderado, acorde con la edad, y de manera regular es una de las principales recomendaciones médicas. Ayuda a prevenir el riesgo de enfermedades de todo tipo y, especialmente, los problemas cardiovasculares.

Eso no significa que cualquier ejercicio vaya a ser bueno. Algunos pueden tener ciertas repercusiones negativas que hacen que nos tengamos que replantear la conveniencia de cambiar la rutina por otro más adecuado. Es lo que están demostrando varios estudios, en relación con el deporte de alta intensidad.

El ejercicio intenso afecta al corazón

Estos estudios recientes sugieren que los deportes muy intensos favorecen la aparición de enfermedades relacionadas con las arterias coronarias. Es decir, problemas en los conductos que llevan al corazón la sangre con el oxígeno y los nutrientes necesarios para seguir funcionando. Las más conocidas son la angina de pecho y el infarto.

Deportes intensos como las maratones aumentan el riesgo de sufrir enfermedades coronarias

No hay muchos datos concluyentes, por lo que no es fácil establecer una relación causa-efecto. “Sin embargo, parece que la prevalencia de estas enfermedades aumenta en aquellas personas que corren maratones o practican deportes extremos o de alta intensidad durante muchos años”, ha advertido el doctor Eduard Guasch, cardiólogo del Hospital Clínic, de Barcelona.

Lo que no se sabe con certeza es por qué, si el ejercicio fortalece el corazón, provoca el efecto contrario. A esta pregunta han querido dar respuesta investigadores liderados por el doctor Guasch.

¿Deporte intenso, moderado o sedentarismo?

En el estudio se ha evaluado el efecto del ejercicio intenso a través de ratones de laboratorio. Se ha hecho en un modelo animal para poder controlar de forma precisa la intensidad del ejercicio durante largos periodos de tiempo.

Se dividieron los ratones en tres grupos:

  • Al primero se le sometió a una rutina moderada, imitación de una vida activa.
  • Al segundo se le puso a realizar ejercicio intenso, en una cinta de correr periódicamente y durante cuatro meses, como el que harían los deportistas extremos.

De forma orientativa, sería el equivalente de unos diez o doce años de ejercicio en humanos”, explica el doctor Guasch.

  • Al tercero se les dejó encerrados en jaulas, para emular la vida sedentaria.

Al cabo de las 16 semanas de ejercicio, se analizó cómo estaba las arterias, en especial la aorta, la principal que sale del corazón, y su función endotelial. El endotelio es la capa interior de los vasos sanguíneos. Si está relajado hará que la sangre circule de forma fluida.

La función endotelial es un marcador precoz de aterosclerosis, o endurecimiento de las arterias, la principal causa de infartos de miocardio”, señala el cardiólogo.

Cómo afecta a las arterias

En comparación con un estilo de vida sedentario, la investigación constató que el ejercicio físico de elevada intensidad:

  • Dilata e incrementa la rigidez de las arterias aórtica y carótida.
  • Aumenta la rigidez de las células y favorece la rotura de las paredes de los vasos sanguíneos.

"Estos efectos, sin embargo, no se observan en el caso del ejercicio moderado", puntualiza el doctor Guasch. "En cambio, tanto el ejercicio intenso como el moderado mejoran la función endotelial, aunque la actividad intensa parece alterar el equilibrio entre los procesos de dilatación y contracción de los vasos sanguíneos".

El ejercicio intenso provoca un proceso similar al envejecimiento de las arterias y puede anular los beneficios del ejercicio moderado.

El ejercicio intenso no causa directamente la aterosclerosis, sino un proceso distinto, similar al envejecimiento vascular. Además, este tipo de actividad podría reducir también los beneficios del ejercicio moderado”, concluye Guasch.

El ejercicio que te conviene

¿Estos cambios son irreversibles? El estudio tiene las limitaciones de haberse hecho en animales. No obstante, los mecanismos implicados en este cambio arterial seguían inalterados cuatro semanas después de haber dejado de hacer la actividad física.

La conclusión por tanto es que, en la medida de nuestras posibilidades, todos hemos de hacer ejercicio. Hay que ejercitar para proteger el músculo más importante, el del corazón.

Ejercicio moderado es caminar, como mínimo, tres veces a la semana durante tres cuartos de hora”, nos recomienda el doctor Josep Brugada, también cardiólogo del Clínic.

Es cardiosaludable cualquier deporte tradicional. “La natación es especialmente adecuada, pues fortalece los músculos sin forzar en exceso las articulaciones”, destaca el doctor Brugada.

Por el contrario, los maratones “acaban convirtiéndose casi en una droga: convierten obsesionándose en marcarse nuevas metas”, añade. “Hemos entrado en una tendencia absurda y estamos perdiendo el norte de lo que es el objetivo del deporte”.