Un equipo del hospital de Sant Pau de Barcelona ha realizado la primera reconstrucción completa de la pared abdominal de forma que el músculo recupera totalmente su función como si fuera el original. Esta operación es la mejor opción en pacientes oncológicos afectados por radioterapia o traumatismos abdominales que han provocado grandes defectos en la estructura y función del abdomen.
Para lograrlo se han utilizado colgajos microquirúgicos con componente muscular reinervado que no solo reemplazan la pared muscular lesionada o resecada, sino que es capaz de contraerse como el músculo original al cabo del tiempo, consiguiendo una función exactamente igual a la original. Los doctores que han llevado a cabo la operación explican los detalles en este vídeo.
Según el dr. Manuel Fernández-Garrido, adjunto del Servicio de Cirugía Plástica de Sant Pau, "hemos logrado restaurar completamente la función muscular abdominal normal que el paciente tenía antes de la intervención. El nuevo músculo recupera la capacidad de contraerse y es capaz de mantener la misma actividad del músculo original su tono. Con esta reconstrucción estructural y funcional, los pacientes vuelven a hacer vida completamente normal". De hecho, el dr. José A. González, jefe clínico de Cirugía General y Digestiva de Sant Pau asegura que "incluso en algunos pacientes es imposible diferenciar si el músculo es original o se ha sustituido".
Como el músculo original
Hasta la fecha, la reconstrucción de la pared abdominal era solo estructural: una vez extirpado el tumor se colocaba una malla para sujetar los órganos internos y se cubría la zona con piel, explica Sant Pau en su comunicado.
"Esto suponía la pérdida del músculo, que es la estructura funcional más importante de la pared abdominal, la que mantiene los órganos abdominales internos en su sitio y que es imprescindible para hacer cualquier movimiento natural, como levantarse de una silla, por ejemplo, y ya no decimos para hacer esfuerzos o ejercicio. Y también exponía al paciente a un amplio abanico de complicaciones postoperatorias: fístulas, infecciones crónicas, seromas o acumulación de líquido en la herida, alteraciones funcionales (no poder hacer deporte o levantar peso...), hernias gigantes...", explica el Dr. Fernández.
Estas complicaciones son especialmente graves en pacientes oncológicos que después de la reconstrucción abdominal deben seguir el tratamiento de radioterapia, "porque la herida puede abrirse dejando expuesta la malla, porque la piel se puede ulcerar... y eso limita mucho su calidad de vida. Pero ahora, con la reconstrucción funcional, tenemos un tejido vivo, que está revascularizado y reinervado, por lo que ya no se atrofia y es más resistente a la agresión de la radioterapia local", aclara el dr. González.
Cirugía compleja
Este tipo de cirugía es compleja y puede durar hasta 12 horas. La última fase de la operación es la restauración de la estructura abdominal y consiste en restituir el músculo abdominal afectado por otro de otra zona del cuerpo del paciente. El doctor explica que "extraemos un músculo donante, que suele ser el músculo gracilios, el músculo vasto lateral, ambos en el muslo, o el músculo dorsal ancho, localizado en la espalda. La elección depende del tamaño de la zona a reconstruir. Estos músculos son prescindibles, aunque siempre empleamos aquel que genere las mínimas secuelas tanto funcionales como estéticas. Modelamos y colocamos el nuevo músculo en la zona receptora al igual que estaba el resecado. Después, unimos los vasos sanguíneos y los nervios del nuevo músculo a los de la zona receptora, utilizando el nervio del músculo original".
Una vez que estos nervios se regeneran, el músculo donante hace exactamente la misma función que el original. La reinervación total suele recuperarse al cabo de un año, mientras que la funcionalidad muscular se recupera antes. El Hospital ha llevado a cabo 5 intervenciones de este tipo y calcula que podría realizar entre 3 y 4 cada año en pacientes muy seleccionados y con un perfil muy específico: con la pared abdominal destruida por un traumatismo, por una hernia o por un tumor.