La obesidad es una auténtica pandemia a nivel planetario y de momento no hay vacuna a la vista.
Esta enfermedad, que es factor de riesgo de muchas otras patologías, cada vez afecta de forma más preocupante a los niños.
Y la infancia es una etapa de la vida en la que pueden gestarse enfermedades como la hipertensión, primera causa de muerte en el mundo.
- Además, un niño obeso tiene un altísimo riesgo de ser un adulto obeso.
Cuando hablamos de obesidad infantil solemos pensar en países como Estados Unidos, pero en España también es un problema real.
Para conocer hasta qué punto afecta a los niños españoles, investigadores del Instituto de Investigación de Atención Primaria IDIAPJGol, en colaboración con la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), han analizado datos de más de 2,5 millones de niños y niñas de entre 2 y 17 años en ocho comunidades autónomas de España.
De su estudio se extrae un fiel retrato de la situación en nuestro país:
- España sigue siendo uno de los países con más obesidad infantil de Europa y hay que prestar especial atención a los niños entre 6 y 7 años de edad ya que son los más vulnerables a ganar peso de forma excesiva.
Obesidad infantil en España
El estudio ha analizado datos de la estatura y el peso de los niños entre 2005 y 2017 y, en términos generales, los niveles de sobrepeso y obesidad han disminuido ligeramente en España.
Sin embargo, sigue habiendo un promedio del 5% al 10% más de obesidad infantil que en otros países europeos.
Así pues, continuamos ocupando los primeros lugares del ránking europeo.
Y aunque hemos mejorado algo en los últimos años, la obesidad ha aumentado en los niños desde los 2 años hasta alcanzar su punto máximo a los 7 años en las niñas y a los 9 años en los niños.
Unos datos que ponen de manifiesto "la importancia de los programas de promoción de salud pública en edades tempranas", señalan los autores del estudio.
Los niños, más obesos que las niñas
El trabajo revela que, en las ocho comunidades autónomas estudiadas, los niños sufren más obesidad que las niñas.
En Murcia es donde presentan unos niveles más altos de obesidad infantil y Navarra es la comunidad donde hay menos niños obesos.
¿Por qué sufren más obesidad los varones? Las razones pueden ser variadas y se explican por varios mecanismos:
- La composición corporal y hormonal es diferente en niños y niñas.
- Los niveles de actividad física también difieren por sexos. Los niños, a pesar de moverse con más vigor, son más sedentarios, probablemente porque juegan más a videojuegos.
- Las presiones y las expectativas sociales de género también juegan un papel importante. En las niñas pesa más la imagen, por lo que la preocupación por el aspecto físico empieza a edades tempranas.
Los autores del estudio señalan que, a la hora de implantar programas para evitar la obesidad infantil, habría que "tener en cuenta estas diferencias de género en la actividad física, la relación con la comida y la imagen corporal".
Las edades más críticas
La investigación revela que las tasas de sobrepeso y obesidad se reducen en general con la llegada de la adolescencia.
Los cambios hormonales y físicos que conllevan esta etapa, sumados a otros factores como las relaciones con el entorno o la exposición a las redes sociales, influirían en el control del peso.
En el polo opuesto están los niños entre 6 y 7 años, que son más vulnerables a sufrir obesidad.
Por ellos los investigadores insisten en que los planes de prevención de la obesidad deberían implantarse ya desde las guardería y los padres tendrían que empezar a vigilar desde la transición de la leche materna a la alimentación normal.
El estudio también revela que son los niños de origen latinoamericano los que presentan mayores niveles de obesidad.
Los niños de origen asiático o africano residentes en España tenían niveles bajos de obesidad en 2005, pero han ido aumentado hasta equipararse con los niños españoles.
El nivel económico influye en la obesidad
La investigación pone de manifiesto que el nivel económico es determinante en las cifras de obesidad infantil.
Así pues, su incidencia ha bajado espectacularmente en sectores con alto poder adquisitivo, pero ha aumentado en las clases con mayores dificultades económicas.
"A las familias vulnerables les proporcionamos pasta u otros alimentos muy ricos en hidratos, pero no fruta y verdura", concluyen los autores del estudio.