La nariz del escritor Luis de Góngora se hizo famosa gracias al poema que le dedicó su coetáneo Francisco de Quevedo. En la ficción, Cyrano de Bergerac, lidiaba como podía con la suya.
¿De dónde salen narices tan largas y prominentes? Si es tu caso, debes saber que en lugar de culpar a tus padres y lamentarte, has de agradecer a la selección natural tan magnífico respiradero. Un grupo de científicos han descubierto que es una ventaja que nos ha permitido sobrevivir mejor.
El origen de las narices largas
Si nos fijamos en los animales, salvando el elefante, las narices muy chatas y pequeñas son la norma. También los primates y nuestros ancestros comunes tenían nariz chata. ¿Qué pasó entonces con la nuestra?
Un estudio internacional que ha dirigido la prestigiosa University College de Londres ha establecido que hemos heredado este rasgo facial de los neandertales. Como sabes, el homo sapiens convivió con ellos durante un periodo de la evolución humana. Y no solo eso, sino que recientemente se ha descubierto que nos interrelacionamos mucho más de lo que se creía.
“En los últimos quince años, desde que se secuenció completamente el genoma de los neardentales, hemos visto que de esta interrelación hemos heredado algunos aspectos de su ADN”, ha explicado el profesor de Evolución y Genética, Kaustubn Adhikari, uno de los autores de la investigación.
Entre ese ADN heredado, se ha comprobado que en parte influye en la forma de nuestra cara. “Debía ser útil para nuestros ancestros, puesto que son rasgos que han pasado por miles de generaciones”, ha apuntado el profesor Adhikari.
Por qué nos beneficia la nariz grande
Los expertos en evolución habían especulado mucho sobre si la forma de la nariz venía determinada por la selección natural. La nariz más larga nos ayuda a aclimatar el aire que entra en nuestros pulmones. Permite calentar y humedecer el aire frío y seco. Por eso las narices más largas son más adecuadas para esos climas.
“Los genes que hemos identificado podemos haberlos mantenido de los neandertales porque han ayudado a los humanos a adaptarse a zonas más frías, a medida que nuestros antepasados salían de África”, explica el doctor Andrés Ruiz-Linares, otro de los autores del estudio.
Uno de los aciertos de esta investigación es que no se ha limitado a analizar los genes de los europeos, como trabajos previos. Ha hecho una comparativa con nativos sudamericanos, lo que ha ayudado a entender mejor las particularidades genéticas de todos los humanos.
El mismo equipo de investigadores internacionales ya desveló en 2021 que la forma de nuestros labios también tenía una genética proveniente de otro grupo, los denisovanos. Los científicos discuten aún hoy si estos homínidos descubiertos en Siberia son otra especie o la evolución de neardentales del este.
Por qué no nos gusta nuestra nariz
No sabemos si, a partir de ahora, este nuevo descubrimiento llenará de orgullo a todo aquel que tenga una nariz larga, o seguirá lamentándose pese a lo bien que va para el frío. Lo cierto es que las cirugías de nariz (la rinoplastia) siguen estando entre las operaciones de estética más demandadas.
Ocupa el quinto puesto, en general, y encabeza las operaciones faciales, según datos de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética.
Como el número de mujeres que se operan es mucho mayor que el de hombres, también hay más mujeres operadas de la nariz que hombres. Pero porcentualmente, ellos son los que más la solicitan: un 14% de los que se hacen cirugía estética, frente al 6% de mujeres.
La nariz marca de una manera muy significativa la cara. Los especialistas en estética la recomiendan para lograr que tenga un balance armónico con el resto. Sin embargo, recuerda que un cambio muy significativo de la nariz puede hacernos irreconocibles ante los demás.
El caso más paradigmático y comentado es el de la actriz de ‘Dirty Dancing’ Jennifer Grey. Hundió su carrera tras operarse. Nadie la reconocía como la protagonista de ese mega éxito.