Un 44% de los españoles aumentaron de peso durante el confinamiento y la mayoría de ellos ganó entre 1 y 3 kg del peso.
Así lo indica un estudio realizado por la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO) a partir de un millar de encuestas.
Impacto de los factores socioeconómicos
“Las variables socioeconómicas han tenido un gran impacto en estos cambios de hábitos surgidos durante el confinamiento”, subraya el Dr. Francisco Tinahones, presidente de SEEDO.
- El 77% de las personas sin ingresos reconoce haber subido de peso durante el confinamiento frente al 43% de las personas con ingresos superiores a 2.000 euros.
Han realizado actividad física durante el confinamiento solo el 33% de las personas sin ingresos, porcentaje que aumenta progresivamente en función de los ingresos hasta alcanzar el 71% en las personas con ingresos entre 3000-4000 euros al mes.
El tamaño de la vivienda tiene también impacto en el ejercicio y el sedentarismo y, por tanto, en el aumento de peso:
- El 46% de los que viven en pisos de 50-75 m2 realizaron ejercicio físico en casa, frente al 75% de los que residen en casas de al menos 150 m2.
- Un 42% de las personas que viven en casas de 50-75 m2 aseguran haber estado frente al televisor más de 5 horas, porcentaje que baja al 21% en quienes viven en casas de más de 150 m2.
La mayor parte pasaba 5 horas o más delante del televisor
El nivel de estudios también tiene un impacto en el mantenimiento de hábitos saludables durante el confinamiento. “Solo un 30% de los encuestados sin estudios o estudios primarios han seguido hábitos adecuados por un 74% de los encuestados con nivel de estudios superiores”, apunta el presidente de SEEDO.
Efecto “contagio” de la obesidad
El estudio pone de relieve una especie de ‘efecto contagio’ alrededor de la obesidad.
- Entre aquellas personas que han mantenido su peso durante el confinamiento, en el 54,8% de ocasiones el resto de personas de su hogar también han conseguido un peso estable (solo en un 13% de casos se observó aumento de peso en el resto de convivientes)
- Entre las personas que han ganado peso, en el 44,6% de los casos las personas de su entorno también han aumentado de peso.
El Dr. Albert Lecube, vicepresidente de SEEDO, indica que es “mucho más probable que el entorno más cercano de una persona con obesidad también sufra esta enfermedad” y asegura que “el principal factor de riesgo para presentar obesidad es tener un amigo con esta enfermedad”.
- Esto es especialmente importante en el caso de las familias, donde los padres son el ejemplo a seguir por sus hijos.
Mala alimentación y poca actividad
La falta de actividad física y la mala alimentación son los responsables del aumento de peso para el 54,5% de los encuestados. Aunque las personas de más de 65 años le echan más la culpa al sedentarismo.
El estudio revela los malos hábitos alimentarios seguidos durante el confinamiento
- Un 18% de la población reconoce que su forma de comer ha sido picotear continuamente (tasa que asciende hasta el 44% en jóvenes de 18-24 y hasta el 70% en personas sin ingresos);
- El 56% de la población admite que comió más de 3 veces al día durante el confinamiento.
- Se reconoce mayoritariamente un especial incremento en el consumo de bebidas alcohólicas (un 45% en la población general y un 55% de los obesos)
- Durante este periodo aumentó el consumo de productos de bollería (un 46,7% en la población general y un 55,8% en los obesos).
Ha aumentado el consumo de bebidas alcohólicas y de bollería
Más de un 40% de los encuestados declara haber tenido más sensación de hambre durante el confinamiento y la principal razón es la ansiedad, seguida del aburrimiento.
En relación con la actividad física, el 56% asegura que hizo menos ejercicio durante el confinamientofrente al 18% que asegura que ha hecho más ejercicio.
Covid-19 y obesidad
“Sabemos que la obesidad se comporta como un factor de riesgo para padecer formas graves de la enfermedad. El 80% de los pacientes que tuvieron formas graves de la infección por COVID-19, que precisaron intubación, ventilación mecánica en la UVI y/o fallecieron eran obesos”, explica la Dra. Susana Monereo, secretaria de la SEEDO y Jefe de Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital General Universitario Gregorio Marañón (Madrid).
- Sin embargo, el estudio de la SEEDO muestra que solo el 50,9% de las personas encuestadas afirma saber o haber escuchado que el exceso de peso puede ser un factor de mal pronóstico si desarrolla la Covid-19.
Este desconocimiento asciende hasta el 67,3% de los encuestados más jóvenes (entre 18 y 24 años), se sitúa en el 70,7% de las personas que han ganado más de 3 kg durante el confinamiento y alcanza su máximo en el 80,5% de las personas sin ingresos.
Desde la SEEDO insisten en que mantener un peso sano no solo supone estar libre de enfermedad, sino que favorece el control de las infecciones o padecerlas de forma más leve.
“La dieta sana y el ejercicio potencian la inmunidad y ayudan al control de las infecciones”, subraya la Dra. Monereo, quien añade que “perder peso, entre otras consecuencias positivas, reduce el estado inflamatorio interno, mejora el metabolismo de la glucosa y baja la tensión arterial, lo que permite protegerse frente a la infección. De ahí la importancia de hacer una vida sana, cuidando la alimentación y haciendo ejercicio diariamente”.
Por ello, desde la SEEDO aconsejan:
- Evitar alimentos y bebidas dulces con gran cantidad de azúcares.
- Reducir o evitar el alcohol y los alimentos ricos en grasas o procesados.
- Favorecer el consumo de fruta y verdura.
- Realizar ejercicio físico, ya sea en casa o fuera, durante media hora diaria.
Aquellas personas que tengan exceso de peso, se recomienda que acudan a profesionales para tratar la obesidad como una enfermedad, con el establecimiento de la dieta adecuada, el ejercicio, así como el empleo de fármacos y cirugía si fuera preciso.
La Dra. Monereo insiste en que “igual que nos estamos haciendo responsables con el uso de la mascarilla y los geles, debemos incorporar el ‘cuida tu peso’ a las normas de prevención”.