En 1965 un gran apagón en Nueva York y casi toda la costa este de Estados Unidos dejó a treinta millones de habitantes sin electricidad y provocó que nueve meses después hubiera una fuerte explosión de nacimientos.
En ese momento se atribuyó sobre todo a que los estadounidenses se quedaron sin televisión, que era su principal fuente de entretenimiento.
En España, quizá porque no se apagó ni la televisión ni el wifi, los casi cien días de confinamiento de hace un año, no han supuesto ninguna escalada de la natalidad. Más bien al contrario. Se ha hundido.
UN 20% MENOS DE NACIMIENTOS
El estado de alarma y el confinamiento total empezó en España un 15 de marzo. Nueve meses después, es decir, en diciembre, hubo 23.226 bebés.
- Es la cifra más baja desde 1941, años en que se empezaron a hacer los registros.
- Supone un 20,4% menos de nacimientos que en diciembre del año anterior.
“Aunque llevamos varios años en una constante tendencia a la baja, el descenso se ha acentuado nueve meses después del confinamiento”, ha informado el Instituto Nacional de Estadística (INE).
La línea descendente de nacimientos se acentúa en el confinamiento
La tensa situación pandémica parece que mejoró en abril, pues nueve meses después, en enero hay un pequeño incremento, con 24.061 bebés.
Son números provisionales, puesto que los datos finales no se dan hasta que se ha consolidado las cifras de todo el año. No obstante, siguen siendo cifras muy bajas.
NO HA SUPUESTO UNA SORPRESA
Para los sociólogos y demógrafos no son cifras que puedan sorprender, sino que ya se había anunciado esta tendencia.
Una tendencia que además se ha extendido por toda Europa, incluido los países que en la primera ola no soportaron confinamientos tan estrictos.
- En las vecinas Italia y Francia, con afectaciones similares por la covid, la caída ha sido similar: más del 21% en la natalidad.
- En Alemania se adelanta que por primera vez en diez años hay más muertes que nacimientos y no habrá un crecimiento de la población.
Sin embargo, el caso de España es el más preocupante. Llevábamos una caída en el último lustro, entre 2014 y 2019, del 16%.
Con una mortalidad de más de 100.000 personas y la baja natalidad, a final de 2020 España tenía una diferencia en el crecimiento vegetativo de menos 94.000 habitantes.
MOTIVOS DE LA BAJA NATALIDAD
Es un cambio de paradigma. Tras las grandes crisis, como las guerras y pandemias, solía haber una fuerte explosión demográfica.
Las explicaciones del descenso demográfico son varias:
- La tensa situación hospitalaria no es un aliciente para plantearse iniciar un proceso que te va a llevar al hospital.
- La inseguridad y el miedo lógicos que supone la pandemia al considerarse a las embarazadas dentro del grupo de riesgo.
- La franja demográfica de los adultos jóvenes está sufriendo más los problemas laborales y las incertidumbres económicas aparecidas con la crisis global.
Unos problemas económicos que tampoco son nuevos, sino que se llevan arrastrando desde la recesión mundial del 2008. Llueve sobre mojado.
Un 18% de los jóvenes españoles no piensa tener hijos
- Las perspectivas de futuro provocan un cambio de mentalidad en las nuevas generaciones. Los españoles en la franja de la adolescencia hasta los 30 años. Según apunta el último informe del Instituto Nacional de la Juventud.
- El 18% de los españoles jóvenes afirma que no piensa tener hijos.
- Un poco más del 15% está convencido de que tendrá un hijo como máximo.
LIGERO REPUNTE LOS PRÓXIMOS MESES
La mirada de futuro, por tanto, no es más halagüeña. Los demógrafos esperan un ligero repunte en los próximos meses, coincidiendo con la mejora de ánimo que hubo en los meses de verano.
- A final de 2021 la tasa global de nacimientos podría ser un 10% más baja de la que ha sido 2020.
El problema mayor no es este año sino la tendencia continua.
- La mujer española es la que más tarda en tener hijos, de media los 34 años.
- Tenemos una tasa de fertilidad muy baja: 1,26 hijos por mujer. Es la más baja de la Unión Europea. Solo la isla de Malta nos supera.
Después de la pandemia de gripe española, en 1918, hubo una fuerte recuperación. El motivo es que, pese a la mayor mortalidad infantil, cada mujer tenía de cuatro a cinco hijos.
El estallido del baby boom de los años cincuenta y sesenta, coincidió con una mejora generalizada de la economía.
Nada de esto se da ahora. El único sector que ha registrado un repunte es el de la fecundación in vitro. Estas clínicas lo atribuyen a que el teletrabajo ha permitido organizarse a aquellos que ya tenían planeada esta opción.