El miedo ante un posible ataque nuclear a raíz de la invasión de Ucrania por parte de Rusia ha provocado una situación inédita en nuestro país: se ha disparado la venta de pastillas de yodo (comprimidos de yoduro potásico) en las farmacias. ¿El objetivo? Protegerse de los efectos que pudieran derivarse de la llegada de nubes con material radiactivo.
Pero, ¿es realmente necesario? ¿Las pastillas que se venden en las farmacias nos protegerían? ¿Cómo afecta una explosión nuclear a la glándula tiroides? ¿Tiene sentido ingerir elevadas dosis de yoduro potásico? ¿Supone algún riesgo? Los doctores Lluís Vila y Juan Carlos Galofré, del área de Tiroides de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (TiroSEEN), subrayan algunos aspectos que deben tenerse en cuenta en el momento actual y remarcan algunos consejos.
¿Cómo afecta una explosión nuclear a la glándula tiroides?
Tras un accidente nuclear, ya sea por una explosión o una fuga de material radioactivo de una central nuclear, se libera, entre otros elementos, yodo radioactivo.
Este elemento puede ser captado por la glándula tiroides y de este modo incrementar el riesgo de cáncer en esta glándula.
¿Por qué afecta a la glándula tiroides?
El yodo es el elemento fundamental para el funcionamiento de la glándula tiroides. Las hormonas que sintetiza esta glándula contienen yodo. Por este motivo, la glándula tiroides, de manera natural, va a captar yodo para poder sintetizar sus hormonas.
- La captación de yodo por la glándula está directamente relacionada con sus depósitos internos de yodo. Si su reserva está completa, la glándula captará mucho menos yodo (ya tiene suficiente) y el que sobra lo eliminará por la orina.
Por contra, si sus depósitos están vacíos o no bien repletos, la glándula tendrá más avidez por el yodo. Si, en esta situación, aparece el yodo radioactivo la glándula lo captará con más avidez y el riesgo de que la glándula se vea afectada es más elevado.
¿Cómo podemos asegurarnos un correcto aporte de yodo?
Para que los depósitos de yodo estén bien repletos, lo más importante es que la ingesta de yodo diaria sea la adecuada. Las necesidades diarias están alrededor de 150 microgramos de yodo en población adulta, 90-120 microgramos en población infantil y 250 microgramos en mujeres gestantes o que mantienen lactancia.
- Para cubrir estos requerimientos tenemos que tomar alimentos ricos en yodo y además conviene consumirlos de modo habitual, como los lácteos y la sal yodada.
¿Y en caso de un accidente nuclear o nube radioactiva?
Indudablemente, el riesgo se reduce significativamente si nuestra glándula tiene un depósito óptimo de yodo. Sin embargo, ante esta situación, sí que se recomienda la ingesta de comprimidos de yoduro potásico, pero a dosis muy elevadas para bloquear cualquier captación de yodo radioactivo por parte de la glándula tiroides.
¿Las pastillas de yodo que se venden en las farmacias nos protegerían?
No sirven en absoluto las dosis de los comprimidos que se venden habitualmente en las farmacias y que suelen tomarse durante el embarazo o en caso de hipotiroidismo.
- Las dosis de los comprimidos para la protección frente al yodo radioactivo llevan cantidades que pueden contener entre 60 y 150 miligramos de yoduro potásico, es decir supera en más de 500-1000 veces la dosis recomendada diaria.
En caso de accidente nuclear se necesitarían comprimidos con dosis de cloruro potásico muy elevadas, y en estos casos solo lo distribuirían la autoridades.
En el momento actual ¿Tiene sentido ingerir elevadas dosis de yoduro potásico? ¿Supone algún riesgo?
En este momento no tiene ningún sentido aumentar tomar dosis excesivas de yodo de manera indiscriminada para prevenir un hipotético accidente nuclear o nube con material radioactivo. Si se diera el caso, se deberán seguir las indicaciones de la autoridad sanitaria competente.
- Ingerir yodo en exceso también puede acarrear riesgos para la salud, por lo que de ningún modo se pueden ingerir estos productos sin una indicación expresa de las autoridades sanitarias. Un exceso de consumo de yodo puede generar una producción excesiva de hormonas tiroideas (tirotoxicosis) que, aunque parezca paradójico, en algunos casos puede ocasionar hipotiroidismo.
¿El yoduro potásico a dosis elevadas protege además de otros efectos de la radiación?
No. Las dosis elevadas de yoduro potásico, cuando hay riesgo de contacto con yodo radioactivo, solo minimiza el riesgo de padecer cáncer de la glándula tiroides y no protege de los otros efectos que pueda ocasionar la radioactividad.
¿El yodo 131 que se usa para algunas enfermedades de la tiroides puede ser perjudicial?
No. Las dosis de yodo 131 que se utilizan en el tratamiento de la patología tiroidea en ámbito hospitalario están controladas por especialistas y no generan cáncer de tiroides.