Redes sociales: adolescentes y mayores se acusan se usarlas mal

Los adultos abusan de los emoticonos y son más de Facebook, los jóvenes huyen de ellos y prefieren Instagram... Ambos colectivos usan de forma distinta las redes sociales y se critican mutuamente por ello.

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Redes sociales: adolescentes y adultos se acusan se usarlas mal
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Soledad López
Soledad López

Periodista especializada en salud y nutrición

Adolescentes y adultos arrastran la fama de no entenderse. Formas de pensar, actuar y comunicarse distintas confirman esa creencia. Y eso crea una brecha generacional que obviamente también se refleja en las redes sociales.

Ambos grupos, jóvenes y mayores, se acusan mutuamente de usarlas mal, tanto en lo que respecta a contenidos como a habilidades.

Así lo demuestran dos estudios de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), la Universidad La Sapienza y la de LUMSA, ambas en Roma, que han analizado la percepción que tienen los jóvenes de los adultos (incluidas las personas mayores) y viceversa a la hora de comunicarse en las redes sociales.

"Cada colectivo considera que su forma de utilizar estas tecnologías es la más adecuada", afirma Andrea Rosales, investigadora del grupo de investigación Communication Networks & Social Change (CNSC), del Internet Interdisciplinary Institute (IN3) de la UOC, y una de las autoras de los estudios.

Críticas cruzadas por un mal uso

Para analizar la opinión que tiene un colectivo del otro respecto al uso de las redes sociales, los investigadores organizaron ocho grupos de discusión:

  • Cuatro estaban formados por adolescentes de entre 16 y 19 años.
  • Y los otros cuatro por personas de entre 65 y 85 años.

Los resultados dejan claro que de las críticas no se salva nadie. Por ejemplo, ambos grupos se acusan los unos a los otros de abusar del smartphone, lo que disminuye el valor de lo que ellos consideran vida real.

  • A los mayores les molesta que los jóvenes usen constantemente el teléfono, ya sea en lugares públicos (bares, transporte público, etc.) como privados (casa).
  • Piensan que no están desarrollando habilidades para socializar, que no experimentan y que solo saben relacionarse en las redes sociales.
  • Por su parte, los adolescentes se quejan, por ejemplo, de la obsesión de sus padres por hacerles fotos y compartirlas en las redes.

WhatsApp, lo que genera más tensiones

Si hay una plataforma que usan y en la que coinciden todas las generaciones es WhatsApp. Y justamente por ello es donde se producen más tensiones.

Los estudios, publicados en las revistas Ageing & Society (Cambridge University Press) y News Media & Society (SAGE Journals), dejan claro que cada uno tiene un concepto distinto de las normas de comportamiento que hay que seguir.

  • Los adolescentes se quejan de que los padres hacen un uso excesivo de los emojis: ponen varios seguidos, repiten muchas veces el mismo...
  • En cambio, los adolescentes los usan muy poco o nada.

En este sentido, Rosales considera que los jóvenes quieren marcar distancias tanto con los padres como con los preadolescentes:

  • La prueba es que a los 12-14 años, cuando se tiene móvil por primera vez, también utilizan muchos emoticonos para comunicarse. Es posteriormente cuando dejan de usarlos.

Significados distintos para un mismo emoticono

Otro punto de desencuentro entre jóvenes y adultos es el sentido que se le da a los emoticonos. Según los estudios de la UOC y de las universidades italianas:

  • Los adolescentes se ajustan al significado exacto que se recoge en el diccionario de emoticonos.
  • Pero adultos y personas más mayores les suelen dar otra interpretación.

"Los jóvenes solo aceptan un doble sentido si está validado por su grupo social y rechazan otras posibles interpretaciones, especialmente si provienen de sus padres o de personas de otras generaciones", afirma la investigadora.

"Se ha popularizado la idea de que los emojis tienen significados unívocos, lo cual va en contra de la naturaleza de las imágenes en una sociedad diversa y multicultural", alega Rosales.

No más mensajes de "buenos días"

Ambos colectivos se critican también por el tipo de contenidos que comparten en las plataformas digitales:

  • Para los jóvenes, son innecesarios los mensajes en cadena o los vídeos que difunden los adultos, las felicitaciones de Navidad y los mensajes de "buenos días" o "buenas noches" diarios. Los consideran literalmente inútiles para la vida cotidiana.
  • Por otro lado, a la gente mayor le molesta que los jóvenes compartan tantas fotos y experiencias personales en las redes. Consideran que eso forma parte de su privacidad y no debería estar expuesto a tantos ojos.

Una red social para cada grupo de edad

Las investigaciones también ponen de manifiesto que hay una red o redes sociales para cada edad.

Instagram gana entre los adolescentes

  • La mayoría afirmaron haber abandonado Facebook.
  • Apenas mencionaron Twitter.
  • Señalaron que usaban Instagram no solo para compartir fotografías, sino también para intercambiar mensajes privados.
  • También utilizaban WhatsApp con regularidad.

"Para ellos, la mezcla de contenidos y funcionalidades hace más interesantes redes sociales como Instagram que Facebook. Es un fenómeno sociotecnológico", indica Rosales.

Los mayores, todas las redes menos Instagram

  • Entre los adultos, WhatsApp es la más valorada por su facilidad de uso y la socialización que posibilita gracias a los grupos.
  • La mayoría afirmó que usaba Facebook con bastante regularidad.
  • Algunos tenían cuenta de Twitter, que les interesaba por el intercambio de noticias.

En general, no estaban interesados en Instagram, justamente lo que más atrae a las generaciones jóvenes.