Gemma Pierre tenía 41 años cuando le diagnosticaron un cáncer de pecho muy agresivo. Fue ella misma la que notó el aumento de volumen de uno de sus pechos y acudió al ginecólogo. Hacía un año y pocos meses que había tenido una hija.
Gemma nos cuenta cómo vivió el duro proceso por el que ha pasado desde ese día de 2016 en que su doctor le comunicó que tenía cáncer de mama.
Diagnóstico y tratamiento del cáncer de mama
El momento del diagnóstico fue devastador. “Al principio te parece que no puede ser”, comenta Gemma.
Mujer deportista y que se cuida, le costó creer que esto le estuviera pasando a ella. Pero, de hecho, las estadísticas (que son frías pero certeras) apuntan que 1 de cada 8 mujeres tendrá un cáncer de pecho a lo largo de su vida.
- La realidad es que es el cáncer más común en mujeres pero la buena noticia es que el tratamiento ha mejorado mucho en los últimos años y actualmente los especialistas hablan ya del 85% de pacientes que supera con éxito la enfermedad.
Esos datos son de lo más esperanzador para las afectadas y a lo que se cogió Gemma para comenzar su proceso de enfrentamiento a lo que estaba por venir.
Gemma pasó por varias sesiones de quimioterapia antes de que le extirparan el pecho (mastectomía), en agosto de 2017. Después, pasó por otras 25 sesiones de radioterapia.
Las hijas de Gemma tenían por entonces 2 y 4 años y precisamente una de las cosas que más le preocupaban a Gemma era cómo afectaría a las niñas toda esta etapa de duros efectos (tanto físicos como emocionales) del tratamiento.
A todo esto, se le unió el temor de que pudiera ser algo genético que afectara al futuro de sus hijas, cosa que descartó tras unos exámenes genéticos.
Diferentes emociones durante el proceso
Gemma recuerda días muy duros durante el tratamiento pero también otros momentos de euforia, de sobreponerse a la adversidad del momento.
“Pasas por muchos momentos y en ellos sientes diferentes emociones”, comenta. “Aunque les verdad que las cifras de supervivencia son, por fortuna, muy altas, lo cierto es que cuando te lo dicen asocias de entrada cáncer y muerte”, reconoce Gemma. “Y piensas, tengo 41 años, no me quiero ir, no ha llegado el momento.”
“Luego, poco a poco lo asimilas”, explica. Recuerda que se hundió durante un tiempo, hasta que tuvo un momento de catarsis pasando frente a una iglesia.
- “Yo no soy de ir a misa, pero tuve la necesidad de entrar, de estar un momento sola y en silencio. Aquel día lloré muchísimo allí sentada y creo que saqué todo lo que llevaba dentro. Cuando salí de ahí pesaba menos y ya no lloré más hasta el momento en que me pasé la máquina cuando me empezó a caer el pelo, pero en este caso reconozco que fue de la impresión de aquel gesto y de verme así, como nunca pensaba que me tendría que ver”.
Recuerda los momentos del tratamiento, el malestar que provoca en el cuerpo. “Con la quimio hay momentos en que no puedes hacer nada”, explica.
Sin embargo, en el largo proceso que vivió también hubo días en los que estaba bien. “Es una montaña rusa, hay momentos que estás arriba y momentos en que te hundes”, nos explica.
Considerando la reconstrucción del pecho
Debido a las características de su tumor, no fue posible reconstruirle el pecho en el mismo momento.
“Mi tumor era enorme y en ese momento no se pudo reconstruir el pecho”, explica. “Entonces no lo vi importante porque me dije, no me quiero morir, tengo dos hijas, adoro la vida y voy a luchar por ello.”
Pero pasada la operación y mientras avanzaba en el tratamiento, la falta del pecho era algo que no la dejaba avanzar del todo.
- “Igual que un signo visible de que estás pasando un cáncer es la caída del pelo y si ves una chica con el pelo corto ya sabes por lo que está pasando, cuando acabas un proceso como este y te falta un pecho también es una señal de la lucha que has pasado, al menos así lo vivo yo”, nos explica Gemma.
Para ella, la reconstrucción se convirtió en una manera de eliminar este signo visible de la enfermedad por la que ha pasado y cerrar esta etapa. "Es algo muy personal, hay mujeres que no lo necesitan y otras para las que es vital, eso es muy de cada una, pero para mi la reconstrucción era como una manera de dar carpetazo al cáncer”, relata Gemma.
"Hay mujeres que no lo necesitan y para otras es vital, eso es muy de cada una"
Tras pasar por un cáncer de pecho la reconstrucción se convierte en un aspecto más emocional. No forma parte del tratamiento que lucha en si mismo contra la enfermedad, pero sí que puede ser una parte muy importante para la completa recuperación de la mujer en muchos aspectos.
- No todas las mujeres quieren reconstruirse el pecho después de pasar por esta experiencia, es una elección personal que cada una debe tomar libremente.
cómo es la reconstrucción mamaria
Al haber pasado por un tratamiento tan agresivo, la reconstrucción del pecho de Gemma se llevará a cabo en dos fases.
El doctor Ivan Mañero, de IM CLINIC, es quien le está llevando a cabo leste proceso en el caso de Gemma.
- Explica que existen diversas técnicas para la extirpación y reconstrucción del pecho, en función de cada caso, desde las más conservadoras hasta las preventivas o las técnicas más novedosas de microcirugía, con el uso de grasa de la propia paciente y el enriquecimiento con células madre.
- En todas ellas, la cirugía plástica trabaja codo con codo con la oncología.
En el caso de Gemma, la radioterapia le había dejado una quemadura profunda en el tórax, por lo que el Dr. Mañero incorporó grasa de otras partes de su cuerpo con células madre a esa zona. Así, se ha podido regenerar el tejido para que después se pueda reconstruir el pecho.
La segunda fase, que consiste en la reconstrucción del pecho utilizando un expansor o una prótesis (en función de cómo se haya regenerado el tejido), se realizará en las próximas semanas.
“La reconstrucción es algo que no hay que imponer”, afirma el doctor Mañero. "Cada mujer debe decidir por ella misma, y de hecho muchas deciden no hacerlo".
"Se debería ofrecer la posibilidad de reconstrucción desde el primer momento del diagnóstico"
Sin embargo, hay dos factores que el doctor quiere destacar:
- “A toda paciente que sufre un cáncer de mama hay que ofrecerle la posibilidad de reconstruirlo y lo antes posible”, señala. Debería ser un derecho de la mujer desde el primer momento en que recibe el diagnostico.
- Por otro lado, explica el doctor, “se debe llegar a unos estándares de calidad y de resultados en el nivel estético, no en el reconstructivo. Hay que llegar al máximo que permite la ciencia, la técnica y nuestras exigencias para hacerlo lo mejor posible”, explica el Dr. Mañero. “Que una paciente que llega a la clínica mastectomizada te diga que ahora tiene los pechos mejor que antes de haber tenido el cáncer, es que has hecho las cosas bien”.
Cuándo se puede hacer la reconstrucción
La reconstrucción de la mama se puede hacer en cualquier momento que la mujer lo desee. Sin embargo, siempre que sea posible, es preferible hacerla en el mismo momento en que se realiza la mastectomía.
- “Depende siempre de cada caso particular pero si es posible lo mejor es hacerlo en el mismo momento en que se saca el tumor para evitar futuras intervenciones y también contribuir a que la paciente no pase por intervalo sin pecho que le pueda llevar a un estado anímico que empeore su situación”, explica el Dr. Mañero.
Para algunas mujeres, afrontar el tratamiento del cáncer de mama, que ya de por sí tiene un gran impacto a nivel psicológico, sin tener el pecho reconstruido puede hacer que todo el proceso sea aún más duro.