¿A qué se deben las estrías en las uñas?
Aunque podrían deberse también a una alteración en la matriz de la uña, las líneas o estriaciones longitudinales son, en general, una muestra del paso del tiempo. Son las “arrugas” de las uñas.
Las de las manos se vuelven más finas, frágiles, con estriaciones únicas o múltiples y la sustitución del color nacarado normal a un tono que va del blanco o gris al amarillo. En cambio, las de los pies se vuelven más gruesas y curvadas.
Pueden aparecer en todas las uñas o solo en algunas, con más o menos intensidad hasta llegar a producir una rotura a modo de muesca.
Para mejorar estos cambios hay que llevar una dieta adecuada, rica en alimentos que contengan cistina (cereales integrales, huevos, pescado, lácteos...), evitar las inmersiones repetitivas en el agua, usar guantes para las tareas y aplicar emolientes en la lámina ungueal y en la piel de alrededor.
Tienes que ir a tu dermatólogo si esa línea longitudinal recorre toda la uña y es oscura.
¿Tener las uñas frágiles puede ser por un déficit en la dieta?
Quizá sí. La dureza de las uñas se debe a su alto contenido de azufre y sustancias como la cisteína y la queratina. Y en eso, la alimentación tiene algo que decir, claro. Se calcula que el 20 % de la población tiene uñas frágiles, y afecta dos veces más a las mujeres que a los hombres.
De todos modos, las causas son muy variadas. En ocasiones esa fragilidad puede deberse al uso abusivo de esmaltes o, en las manos, al contacto con sustancias abrasivas, como lejía o amoniaco, que producen lesiones en las uñas.
En cuanto a la dieta, el déficit de ciertos nutrientes, entre los que destaca fundamentalmente el azufre (se encuentra en cebolla, col, huevo, anacardos...), también puede causarla.
Por otro lado, las llamadas líneas de Beau, unas líneas horizontales en las uñas, aparecen por déficit de zinc (en pollo, avena, almejas...), pero también por la existencia de una enfermedad vascular periférica o una diabetes no controlada.
¿Puedo fortalecer mis uñas de forma natural?
En ocasiones, unas uñas frágiles pueden indicar carencias nutricionales. Por ello, es importante que analices si tu dieta es completa y equilibrada. Pero a parte de vigilar tu alimentación, puedes recurrir a estas alternativas naturales para fortalecerlas:
- Ortiga: Es una planta revitalizante de los tejidos gracias a su riqueza en vitaminas del grupo B, hierro y otros minerales. Por eso es una buena opción si las tienes débiles. Se usa en forma de baños para las uñas. Prepárala en decocción y sumérgelas 10 minutos 2 veces al día durante 2 semanas.
- Aceite de ricino: En ocasiones las uñas se abren porque están muy secas. Lo notarás porque en su superficie aparecen unas líneas blanquecinas. Con este aceite lo que se consigue es hidratarlas en profundidad, con lo que están más elásticas y es difícil que se rompan. Vierte 3 cucharadas en un bol y sumerge las uñas 5 minutos cada día.
- Cola de caballo: Tiene una alta concentración de minerales, pero es especialmente rica en silicio, muy importante para la salud de los tejidos elásticos del cuerpo como las uñas. Prepárala en decocción, que puedes beber 2 veces al día o remojar en ella las uñas 10 minutos 1 vez al día.
- Romero: Los baños de la decocción de esta planta refuerzan las uñas quebradizas. Además, contiene sustancias antisépticas que ayudan a mantenerlas sanas y libres de infecciones. Utiliza una cucharada de planta por vaso de agua para prepararla y añade 10 gotas de zumo de limón. Sumerge las uñas 2 veces al día.
Si la fragilidad de tus uñas se debe a falta de hierro o de calcio, te recomiendo que tomes lo siguientes suplementos:
- Clorela: Alga de agua dulce rica en proteínas, vitaminas, minerales y ácidos grasos. Es muy beneficiosa en situaciones de anemia que pueden afectar a las uñas. La dosis es de 2 a 3 g al día, entre 1 y 3 meses.
- Coral sango: Este coral marino es la principal opción en caso de uñas débiles por falta de calcio (osteopenia, osteoporosis, trastornos de la menopausia). Se toman 2 g al día, de 2 a 6 meses.