Con la llegada de las vacunas contra el coronavirus, la información publicada al respecto es numerosísima. Y, como no, siguen circulando bulos sobre sus posibles efectos secundarios.
- Uno de los más difundidos es que las que se basan en el ARN mensajero pueden alterar el ADN, algo que los principales referentes médicos y científicos han desmentido.
Pero es lógico que, ante tal avalancha de información, se creen interrogantes respecto a su posible seguridad y eficacia, sobre todo en determinados colectivos especialmente sensibles, como por ejemplo las embarazadas o las madres que dan el pecho.
No se recomienda la vacunación generalizada en embarazadas, pero en ciertas situaciones sí se puede llevar a cabo
Si a esto unimos el hecho de que las dos vacunas aprobadas hasta el momento (las de Pfizer y Moderna) no contemplan su uso generalizado en embarazadas, la sombra de la duda está servida.
¿Pero qué dicen sobre ello las autoridades sanitarias?
puede vacunarse bajo prescripción médica
Que no se recomiende utilizar estas dos vacunas de forma habitual en las embarazadas y durante la lactancia no tiene por qué significar que el riesgo para su salud, o la del bebé, sea alto si se usan.
- Ni las vacunas autorizadas hasta ahora ni las que se prevén que lleguen a continuación usan virus vivos atenuados, que sí que ponen en riesgo la salud del feto y la de la madre. Por eso las que los contienen, como por ejemplo la triple vírica, la del sarampión o la de la fiebre amarilla, están contraindicadas en el embarazo.
- En estudios previos con otras vacunas que usan virus defectuosos (pero que no suponen un riesgo para los humanos, como ocurre con la de Oxford AstraZeneca) se ha comprobado que este tipo de fármacos son seguros durante la gestación.
- Y, con respecto a las que se basan en el ARN mensajero (como ocurre con la de Pfizer y la de Moderna), "parece improbable que los componentes de la vacuna supongan un riesgo para la gestante o el feto, porque el ARN mensajero es rápidamente degradado en el interior de las células", sostienen desde la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (FACME).
¿por qué no se recomienda la vacuna como norma general?
Se actúa así porque en los estudios clínicos llevados a cabo hasta el momento el número de mujeres en esta situación que han participado no es representativo a gran escala. Por eso, siguiendo siempre el principio de la prudencia, lo más sensato es no recomendar su uso generalizado hasta que haya conclusiones evidentes al respecto.
- "Aunque no hay ninguna indicación de problemas de seguridad en la vacunación de embarazadas, no hay evidencia suficiente para recomendar su uso durante el embarazo", informa el Ministerio de Sanidad en su página web.
- Eso sí, si la embarazada está en contacto constante con afectados por coronavirus (por ejemplo, al formar parte del personal sanitario) o si su riesgo de complicaciones es más alto si enferma (como ocurre por ejemplo en caso de sufrir obesidad, hipertensión o diabetes), "puede valorarse la vacunación de manera individualizada", apuntan desde el Ministerio.
Una opinión que también defiende el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (AEP) en un documento.
Infórmate bien antes de tomar la decisión
Aunque antes de tomar la decisión respecto a vacunarse o no, los pediatras consideran imprescindible "facilitar toda la información necesaria para que la propia gestante decida si aceptar o no la vacunación". Una postura que defienden, también, desde la FACME.
- Las mujeres que pertenecen a un grupo prioritario y están embarazadas pueden vacunarse, "dado que la gestación no constituye una contraindicación en la ficha técnica de la vacuna. Sin embargo, debe ser una decisión voluntaria e informada de la embarazada en función de su propio balance beneficio-riesgo individual", advierten.
¿Por qué no se han hecho ensayos en embarazadas?
El tiempo récord en el que se han desarrollado y aprobado las vacunas, debido a la emergencia sanitaria que estamos viviendo, lo explica en buena parte.
- Antes de que una vacuna se apruebe, en los ensayos deben participar miles de personas y, en ellos, debe probarse que es segura y eficaz para prevenir la enfermedad. Es algo que tanto Pfizer como Moderna han testado, pero en vista de la necesidad de encontrar vacunas lo antes posible han centrado sus esfuerzos en probarla, en un primer momento, en la población general.
- Hace falta, pues, más tiempo para que los estudios sigan avanzando y se sepan con certeza los efectos de las diferentes vacunas en ciertos colectivos, como las embarazadas y las mujeres que dan el pecho.
¿Qué se ha visto hasta el momento?
La Agencia Española de Medicamentos (AEMPS) sostiene, con respecto a la de Pfizer, que "los estudios en laboratorio en modelos animales no han mostrado ningún efecto dañino en el embarazo, sin embargo la información sobre su empleo es todavía muy limitada".
Y, en lo que a la lactancia se refiere, el Ministerio de Sanidad puntualiza lo siguiente:
- "Tampoco hay datos sobre los posibles efectos de la vacuna durante la lactancia (ni sobre la producción de leche ni sobre el lactante), aunque teniendo en cuenta el tipo de vacunas actualmente autorizada (la de Pfizer y la de Moderna) no se consideran que supongan un riesgo para el lactante".
- Por eso, al igual que ocurre con las embarazadas, "en el caso de mujeres que amamantan y que tienen alto riesgo de exposición o alto riesgo de complicaciones puede valorarse la vacunación de manera individualizada", añaden desde el Ministerio.
Qué recomiendan las autoridades
En base a todo este conocimiento, las autoridades sanitarias también recomiendan:
- Si no hay ningún factor de riesgo, lo ideal si se está embarazada es posponer la vacunación hasta haber dado a luz.
Si quieres quedarte embarazada, por precaución espera entre dos semanas y un mes tras la segunda dosis
- Si estás planeando quedarte embarazada y te has vacunado, el Ministerio de Sanidad aconseja (basándose en el principio de la prudencia) esperar a que hayan pasado dos semanas tras la segunda dosis para intentarlo.
La Asociación Española de Pediatría y la FACME amplían un poco este plazo y recomiendan esperar, al menos, un mes tras la segunda dosis.