La razón por la que vas a encontrar más turbulencias ahora si vas en avión

Una de las consecuencias del cambio climático ya previstas por los expertos se está cumpliendo. Cada vez va a haber más turbulencias en los vuelos. Los análisis de las incidencias en los aviones lo confirman. Eso supone más riesgo para nuestra salud, aunque no porque el avión se vaya a caer.

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Ahora crecen turbulencia en cielos despejados y son más impredecibles.

Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

Si te produce cierto miedo el volar aclaremos ya de entrada que este artículo te puede crear más angustia. Pero a partir de ahora no habrá más accidentes de avión. No es lo que han descubierto.

El trayecto al aeropuerto sigue siendo la parte más peligrosa de volar en avión. Lo que pasa es que el cambio climático sí está haciendo que los vuelos sean más accidentados y molestos.

Cada vez habrá más turbulencias en el vuelo

Un grupo de investigadores de la Universidad de Reading, en el Reino Unido, han confirmado con una investigación científica lo que hace tiempo que suponían los científicos. Hay un aumento de las turbulencias en los vuelos y este aumento irá a más.

Según este estudio, en los últimos 40 años ha habido un incremento, tanto en frecuencia como en intensidad de las turbulencias.

Ahora tenemos pruebas que sugieren que el aumento ya ha comenzado", ha explicado el meteorólogo e investigador Mark Prosser, coautor del estudio.

Donde más han aumentado estas turbulencias es en una de las zonas aéreas más transitadas, la de océano Atlántico, que une Norteamérica con Europa. Pero también aumentan en Europa, Oriente Medio y la ruta hacia Sudamérica.

Qué riesgo suponen las turbulencias

El tipo de turbulencias que están creciendo son las más impredecibles, las que se producen con cielo despejado y tranquilidad aparente. Las que nos pillan más de improviso.

Además, aumentan en intensidad. Una turbulencia leve apenas supone unas suaves sacudidas. Las más intensas, sobre todo si no estamos avisados, pueden provocar heridas y lesiones por golpes en el pasaje.

También pueden causar daños en el avión. Cada año las compañías aéreas deben invertir millones en reparaciones por culpa de turbulencias.

"Cada minuto extra que se pasa volando entre turbulencias aumenta el desgaste del avión y el riesgo de lesiones para pasajeros y auxiliares de vuelo", concluye el investigador Prosser. Y hemos pasado en total de más de 17 horas de turbulencias graves en 1979 a más de 27 en 2020.

Los aviones duplican o hasta cuatriplican todos sus sistemas abordo, para que incluso el fallo de un aparato permita continuar en ruta sin problemas. Eso no quita que las aerolíneas vean con preocupación este incremento en gastos de mantenimiento y una mayor percepción de incomodidad por parte del pasaje.

Por qué se produce el aumento de turbulencias

Las turbulencias son corrientes de aire erráticas que hace que el aparato se vea sacudido o sufra una bajada brusca de altura. Por poner un sinónimo, seria como las olas del mar. No significa que el avión vaya a caer. Significa que va a zarandearse.

Son más comunes en zonas montañosas y cerca de las tormentas. Los expertos climáticos avisaron que con el calentamiento global aumentarían las corrientes en las capas superiores de la atmósfera, una zona en principio más estable. Ahora crecen allí estas corrientes cálidas inesperadas, frutos del aumento de emisiones de dióxido de carbono.

Estos gases sobrecalientan la parte baja de la atmósfera y, de rebote, alteran esas zona altas, a más de diez kilómetros de altura. Según la investigación, “el riesgo de que el avión encuentre turbulencias inesperadas puede crecer hasta un 170%”. Y han apuntado que la intensidad crecerá entre un 10% y un 40%.

Qué consecuencias tendrán

"Deberíamos invertir en mejores sistemas de previsión y detección de turbulencias”, han alertado los investigadores, dado que es tarde para frenar unos cambios que ya son evidentes. Estos expertos creen que aumentar la inversión en este tipo de detectores a la larga saldrá mucho más rentable. Se podrá ahorrar en reparaciones de los aviones.

Por otro lado, todo indica que el aumento de turbulencias hará los vuelos más largos y con mayor coste de combustible para poder rodearlas.

También supondrán unos billetes más caros y mayor incomodidad para el pasaje, que tendrá que estar más tiempo sentado con el cinturón de seguridad abrochado. Y si el susto es fuerte, a más de uno se le pueden pasar las ganas de volar. Todo ello, supone una mala publicidad para las aerolíneas.