Meditar es algo mucho más sencillo de lo que puedas pensar en un primer momento si nunca lo has probado. En realidad es algo que de forma natural sabes hacer.
Consiste esencialmente en estar con nosotras mismas de verdad, sin quedar atrapadas en esas historias que nos desgastan y nos agotan.
Si practicas regularmente la meditación, notarás que empiezas a tener más conciencia de todo lo que te pasa y más presencia en todo lo que haces.
- Vivirás en el presente, que es el único momento que realmente existe, y sentirás que vives con más plenitud. Yo lo siento así, y por eso quiero compartirlo contigo y animarte a que tú lo compartas con tu red de mujeres.
Primero deberás concentrarte en hacerlo; después será algo que vendrá de forma natural
- La meditación poco a poco se irá trasladando a cada momento y a cada cosa que hagas, y estarás conectando más con tu cuerpo y también con tu mente.
- Esto, tan necesario, a veces requiere un esfuerzo consciente, sobre todo al principio de empezar a practicar. Después verás que se puede convertir en algo natural, en algo que puedes hacer en muchos momentos del día de forma fácil.
cómo empezar a meditar
Para hacerte una idea de lo que es meditar practica de entrada lo siguiente: cuando estés comiendo, toma consciencia de ese momento, no estés hablando ni pensando en lo que harás luego o mañana si no que debes intentar sentir lo que comes, sentir bien cada sabor, observar cada detalle de la presentación del plato, intentar identificar cada uno de los olores, mirar los colores, notar la textura de los alimentos y describirla mentalmente...
Agudizar tus sentidos, centrarte en lo que comes o lo que bebes te desconecta de la mente
Agudiza los sentidos para desconectar de la mente:
- Se trata de hacer justo lo contrario de lo que solemos hacer, que es comer sin darnos casi cuenta de lo que comemos mientras pensamos en lo que tenemos que hacer a continuación, en aquella conversación que tuvimos con no sé quién, en las compras que tenemos pendientes, en la película que iremos a ver el viernes por la noche o en cómo llegar a fin de mes.
Me gusta la expresión “ser dueña de ti misma”. Y para conseguir esto es importante que comas con presencia, sintiendo cómo sabe cada alimento y, sobre todo, cómo te sienta y cómo te afecta. Siempre que puedas, aplica esta presencia a todos los ámbitos de tu vida.
Hay otros instantes de tu día a día en los que puedes practicar esto de centrarte en el aquí y ahora:
- Cuando estés caminando por la calle procura no andar pensando en mil cosas, sino sintiendo los pies como tocan al suelo en cada paso, las piernas en movimiento, la circulación, el aire en la cara, escucha el ruido de los coches, de la gente a tu alrededor...
- Por la mañana en la ducha deja de pensar en lo que harás cuando llegues al trabajo o con los niños: siente el agua caer por tu piel, huele el aroma de los jabones que usas, fíjate en las gotas de agua resbalando por la cortina o el cristal, siente la temperatura del agua en los brazos, las piernas, los pies, el pelo...
Desarrollarás la intuición
Si meditas con regularidad y entrenas bien este «estar presente», desarrollarás de paso tu sensibilidad y tu intuición, que te ayudarán a mejorar otros campos de tu vida, especialmente los que tengan que ver con la creatividad.
- Si estás presente en tu cuerpo y en lo que estás haciendo en cada momento, estás más conectada contigo misma, con tu centro, y desde ahí surgen los pensamientos más lúcidos y las mejores decisiones para resolver todo lo que tengas que solucionar en tu vida.
mejora tu calidad del sueño
En la misma línea, te aconsejo que no te acuestes pensando en lo que tienes que hacer al día siguiente, pues no descansarás bien.
Ese momento no suele ser bueno para meditar, ya que estamos muy cansadas, pero te aconsejo que hagas algo sencillo para desconectar de la "cháchara" mental: tumbada, pon la mano en tu vientre y respira sintiendo cómo se levanta tu abdomen cuando tomas aire y cómo desciende cuando lo sueltas. Y cada vez que empieces a pensar en lo que has hecho hoy o lo que tienes que hacer, en lo que has dicho o te han dicho, etc., deja pasar el pensamiento y vuelve a centrarte en la respiración.
- Si lo haces así y rebajas la intensidad de los pensamientos, seguramente te dormirás enseguida y dormirás mejor.
El momento de dormir es importantísimo para nuestro bienestar, pues es cuando descansamos y nos regeneramos.
- Por eso es necesario bajar el ritmo poco a poco, cambiarnos para estar cómodas, lavarnos tranquilamente, a lo mejor cepillarnos el pelo —dicho sea de paso, un buen repaso con el cepillo por el cuero cabelludo es excelente para activar la circulación de la zona y, además, el pelo se fortalece—, y entrar en la cama con gusto, sintiendo el tacto agradable de las sábanas y la comodidad del colchón.
En épocas de muchos estrés y ansiedad la meditación te ayuda a retomar el equilibrio
Es decir, la idea es irse a la cama a gusto, sintiéndonos presentes en el cuerpo, para desconectar el discurso mental. Entonces, si quieres puedes hacer un pequeño "ejercicio de agradecimiento":
- Conectar con el corazón, agradecer todo lo que te ha pasado ese día, lo bueno y lo aparentemente malo, porque todo es para bien. Es un ejercicio de confianza y entrega, de conexión con tu verdadera naturaleza, con el que te relajas y te predispones mejor al descanso, al sueño.
Mi experiencia es que si te entregas al sueño con confianza, te acuestas poniéndote en manos del orden superior de la vida, el cual se ocupa de regenerarte por la noche y de ayudarte a tener sueños constructivos que alimenten tu inconsciente de una forma positiva.
Por otra parte, para dormir bien te sugiero que cenes temprano y no te acuestes con la barriga llena. Hacerlo te acidificará y no podrás descansar bien. En cambio, beber —por ejemplo, una infusión— para irnos a dormir hidratadas nos ayudará a descansar.
un pequeño truco
Tomar infusiones como manzanilla o tila, tés sin teína endulzados con regaliz o con un poquito de estevia o zumo de uva roja, que es dulce y relajante y seda la energía de la zona pectoral.