Algunos síntomas del infarto son diferentes en hombres y en mujeres.
La enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte en la mujer en Europa. Sin embargo, a día de hoy sigue habiendo desconocimiento sobre las diferencias entre hombres y mujeres respecto a estas patologías.
Tal y como pudo comprobar el estudio "Hombres y mujeres ante un IAM, ¿actuamos diferente?", la mayoría de las mujeres confunden los síntomas del infarto agudo de miocardio (IAM) con problemas digestivos, respiratorios o trastornos de ansiedad.
El estudio revela que solo un 39% de las mujeres sería capaz de reconocer que sufre un infarto. Los hombres ahí nos llevan delantera: el 57% sí sería capaz de hacerlo.
- De media, las mujeres tardan 237 minutos en llegar a urgencias desde el inicio del dolor, mientras que los hombres se demoran solo 98 minutos.
Esta tardanza resulta preocupante ya que casi la mitad de las muertes por paro cardiaco se producen en las 3 o 4 primeras horas desde que aparecen los primeros síntomas.
Cómo empieza un infarto en una mujer
El trastorno cardiaco más común en la mujer es la enfermedad de las arterias coronarias. Se obstruyen por la acumulación de colesterol, calcio u otras sustancias y pueden acabar provocando un infarto.
El síntoma más común del infarto es un dolor agudo en el pecho que se irradia a la espalda. En el hombre el dolor suele producirse en la mitad izquierda del pecho y se irradia al brazo, mientras que en la mujer se irradia más a la espalda, hombros, cuello o mandíbula.
Otros síntomas de infarto en la mujer
La cardióloga Teresa Romanillos nos da otras pistas para identificar un infarto:
- Te falta el aire y te cuesta respirar. Este síntoma suele comenzar antes o al mismo tiempo que el dolor en el pecho, aunque a veces es el único síntoma de infarto.
- Presión inusual sobre el pecho, como si tuvieras una tonelada encima, y ardores. En el hombre también hay presión torácica, pero en la mujer esta presión se acompaña al mismo tiempo de ardor en la parte alta del abdomen.
- Sudor frío. No debe confundirse con los sofocos propios de la menopausia: se trata de un sudor excesivo, repentino y sobre todo frío (los sofocos de la menopausia provocan calor).
- Estómago revuelto, náuseas o vómitos. Las mujeres son dos veces más propensas a sufrirlos durante un infarto. Estos síntomas, si acompañan a algún otro, es señal de que algo va mal.
- Ansiedad inexplicable. Suele ir asociada a opresión en el pecho. Un tercio de las que sufren un infarto la sienten en los momentos previos.
¿Por qué se diagnostican menos infartos en la mujer?
¿A qué puede achacarse este desconocimiento o falta de reacción por parte de las mujeres ante un infarto? Según los expertos, estas son las principales causas:
- Las mujeres creen que el infarto les afecta menos. La comunidad médica asegura que la población sigue viendo el infarto como una enfermedad más propia del varón. Según un estudio publicado en la revista americana Circulation, la mayoría cree que el cáncer de mama es la principal causa de muerte en la mujer, cuando en realidad es la patología cardiovascular.
- Las mujeres piensan que están más protegidas frente al infarto. También suele creerse que las arterias femeninas son menos vulnerables que las del hombre. Y eso es cierto gracias a los estrógenos (hormonas femeninas), pero esta protección desaparece cuando llega la menopausia. Por eso, el hombre tiene más riesgo de infarto que la mujer a los 40 años, pero a los 50 ese riesgo se iguala.
Factores que aumentan el riesgo de infarto en la mujer
Hay algunos factores que pueden aumentar el riesgo de infarto en las mujeres, entre ellos:
- Tener el azúcar alto o más riesgo de desarrollar diabetes porque hay casos en tu familia o porque la sufriste durante el embarazo. En ayunas, tu glucosa debería estar por debajo de 100 mg/dl.
- Unas cifras de tensión (lo ideal es 120/80 mmHg) y de colesterol (el total no debería pasar de 200 mg/dl) que superan los valores recomendados.
- Sufrir sobrepeso, especialmente si la grasa se acumula alrededor del abdomen.
El estrés y la grasa abdominal aumentan el riesgo de infarto
- No hacer ni siquiera 30 minutos diarios de actividad física, aunque sea sencillamente caminar.
- Sufrir estrés o depresión y no de forma puntual sino durante periodos largos.
- Tener la menopausia
- Tener antecedentes familiares de problemas cardiacos.
En el infarto, prevenir y actuar a tiempo es vida. Controla los factores de riesgo anteriores y, sobre todo, acude enseguida al médico ante la más mínima sospecha de que tu corazón esté sufriendo.