Los antiagregantes plaquetarios como la aspirina y los betabloqueantes utilizados para la hipertensión o las arritmias podrían aumentar el riesgo de infarto en días de calor.
Durante las olas de calor aumentan las defunciones. Un estudio ha puesto en alerta sobre factores farmacológicos que pueden estar influyendo. Dos de los medicamentos que se dan para prevenir los infartos se relacionan con un mayor riesgo de problemas coronarios cuando se suma al calor extremo.
Aspirina y betabloqueantes
Estos medicamentos son antiagregantes plaquetarios como la aspirina, y los betabloqueantes, que son fármacos utilizados para reducir la presión arterial, como el bisoprol o el atenolol, prescritos en casos no solo de hipertensión sino también de arritmias y de insuficiencia cardíaca.
“Los pacientes a los que se prescribe estos dos fármacos deben tomar precauciones durante las olas de calor” ha advertido el doctor Kai Chen, epidemiólogo de la Universidad de Yale (Estados Unidos), que ha dirigido el estudio.
Para llegar a esta conclusión, investigadores alemanes y norteamericanos analizaron las cifras de infartos que hubo durante los meses de primavera y verano en la ciudad de Augsburgo, en el sur de Alemania. Estudiaron cerca de 2.500 casos, entre 2001 y 2015, y se relacionaron con la temperatura que había el día del infarto.
Resultó que las personas que se medicaban con antiagregantes plaquetarios y betabloqueantes para la presión tenían más probabilidades de sufrir infarto esos días más calurosos.
El riesgo de sufrir infarto en la ola de calor
Según los datos del estudio, que ha sido publicado en la revista Nature Cardiovascular Research, se asoció el calor extremo y el infarto:
- En los medicamentos antiplaquetarios con un aumento del 63% de riesgo.
- En los betabloqueantes con un incremento del 65% de riesgo.
- Quienes tomaban medicamentos de los dos tipos tenían un 75% más de riesgo.
Sus resultados no están exentos de polémica. Como sabes, los medicamentos no son inocuos. En todos hay que sopesar bien sus pros y contras. Hay medicamentos que tienen más riesgos en verano. ¿Se han de dejar de tomar ahora estos que se han señalado?
El doctor Eduardo Zataraín, cardiólogo del hospital Gregorio Marañón, de Madrid, puntualiza que el hecho de que haya más casos de infartos entre los que toman esta medicación puede deberse a que “los pacientes son más propensos a tener infartos”
Tanto este, como otros cardiólogos, resaltado que se trata de un estudio observacional, donde no se ha entrado en el detalle del tipo de infarto que tuvo cada caso. “No queda claro que el infarto clásico (el causado por el bloqueo en la arteria coronaria) esté motivado por el calor”, ha añadido el doctor Zataraín, en declaraciones al diario El Mundo.
Cómo pueden afectar los fármacos al corazón
Los investigadores admiten que su estudio no prueba que los medicamentos fueran los causantes de los ataques cardíacos ni hace que las personas sean más vulnerables. Aun así es una sospecha con fundamento.
Al comparar a los pacientes más jóvenes analizados (de 25 a 59 años) con los mayores (de 60 a 74 años), confirmaron la lógica de que las tasas de problemas coronarios eran más bajas en los primeros. Pero entre los pacientes jóvenes que se medicaban que alguno de estos fármacos la incidencia de infartos crecía.
Otra pista que apoya sus suposiciones es que no ocurre lo mismo con otros medicamentos. Solo con las estatinas (medicamentos para el colesterol) también hubo una mayor incidencia de infartos.
“Nuestra hipótesis es que algunos medicamentos pueden afectar a la regulación de la temperatura corporal”, ha planteado el doctor Chen. Si fallan los mecanismos como la sudoración, aumenta la temperatura corporal, la presión arterial y el corazón se ve obligado a trabajar más.
Los riesgos del cambio climático
El calentamiento global debido al cambio climático plantea un nuevo reto que obligará a que se tengan que hacer más estudios sobre la influencia de los días de calor extremo en todos los protocolos sanitarios y los medicamentos.
Los investigadores de este estudio lo recalcan. A medida que las olas de calor sean más habituales, los infartos podrían incrementarse y hay que analizar bien las causas. Hasta ahora, el frío ha sido el factor atmosférico que más se ha relacionado con el aumento de ataques al corazón.
Trabajos como el de Yale señalan que al subir dos o tres grados la temperatura vamos a ver una disminución de los infartos invernales y un significativo aumento en los infartos en verano.