El caso del futbolista danés Christian Eriksen en plena Euroliga 2020 amplificó una realidad: el riesgo de muerte súbita en el deporte por un problema cardiaco.
También supuso reafirmar la importancia de tener un desfibrilador cerca y personal que sepa utilizarlo. Los cardiólogos no han dejado de insistir desde hace años en que se instalen en cualquier lugar público y se enseñe a la población a utilizarlo.
Y finalmente, ha dado a conocer lo que es el desfibrilador automático implantable (DAI), que le implantaron a Eriksen, como se ha hecho a otras muchas personas a las que se les detecta riesgo de muerte súbita.
Se puede hacer deporte con un DAI
El DAI es como un seguro de vida. Es tener el desfibrilador siempre contigo y que se active en cuanto detecte que el corazón ha dejado de bombear sangre.
¿Son tan eficaces? “Un caso que dio la vuelta al mundo es el del joven futbolista belga Anthony Van Loo -explica el cardiólogo Josep Brugada-. Le diagnosticaron una cardiopatía genética. Le advirtieron que, sin no dejaba de jugar, corría el riesgo de tener una muerte súbita”.
Ya hay ejemplos de deportistas salvador por el DAI
- La única opción era recurrir a uno de estos marcapasos con desfibrilador. Lo hizo y le salvó.
- Cayó en el campo en parada cardiorrespiratoria y a los pocos segundos la descarga le devolvió la vida. El vídeo se hizo viral.
Su caso es un ejemplo de que efectivamente se puede volver a entrenar sin que eso signifique una sentencia de muerte.
Los posibles problemas
El caso de Van Loo no se puede poner como el ejemplo generalizado de que no hay problemas por volver a hacer deporte competitivo con un DAI.
La respuesta no es tan sencilla. “El DAI no prohíbe ni faculta para hacer actividad física. Va a depender del tipo de enfermedad cardiaca y su grado de riesgo”, explica la doctora Amelia Carro, especialista en cardiología del deporte en la Sociedad Española de Cardiología.
Van Loo tenía unas enormes ganas de seguir compitiendo. Fueron más fuertes que los riesgos. Por supuesto que hay riesgo, ningún aparato es cien por cien seguro.
- Hay algunas cardiopatías que no admiten continuar practicando un deporte exigente pues agravan los problemas del corazón.
- Un golpe en la zona del implante puede lesionar el dispositivo, por lo que hay que tener precaución con los deportes de impacto.
- Si se practica submarinismo o ciclismo, la mera pérdida del conocimiento ya es un riesgo, aunque luego el corazón reaccione.
Por tanto, “la decisión de que una persona con un DAI pueda continuar o no en el deporte de alta competición debe ser siempre consensuada entre el equipo médico y el deportista”, recuerda la doctora Carro.
Con qué actividad seguir
Lo que ha de quedar claro es que “el hecho de no poder competir no equivale a la inactividad física”, añade la portavoz del SEC.
Hasta un 40% de los que reciben una descarga dejan la actividad física
En ocasiones, es el propio deportista el que, ante el anuncio de su problema, frena la actividad. Entre el 30% y el 40% de los que reciben una descarga abandonan la actividad física, al menos de forma temporal por miedo e impacto psicológico.
- “La actividad física es siempre buena para la salud y siempre tenemos que promocionarla”, remarca la doctora.
De lo que se trata es de buscar un tipo de actividad que sea adecuada para cada persona en su situación. “No es el deporte el que mata es la enfermedad”, añade.
Se avanza sin infravalorar
A veces ocurre todo lo contrario. Ejemplos como los de estos jugadores que se recuperan tan rápidamente hacen que la gente les quite importancia a sus problemas.
La ciencia de la cardiología ha avanzado mucho y de manera tan eficaz que se habla de "edad de oro". Prácticamente todos los problemas cardiacos se puede tratar.
“Tuve un paciente de 41 años que practicaba deporte con regularidad, aunque tenía arritmias. Se las traté. El procedimiento no es complicado, es ambulatorio y rápido”, cuenta el doctor Brugada.
Cuando ya salía, el paciente le preguntó si podía ya volver a entrenar. El doctor le preguntó entrenar para qué. Y le explico que para una carrera de cien kilómetros que se celebra en unos meses.
“Le recordé que el corazón le había dado un aviso; sería por alguna razón. Y le aconseje que se planteara si era conveniente someterlo a según qué esfuerzos”, concluye el doctor Brugada.
La cardiología requiere la colaboración del paciente y que este analice hasta dónde puede llegar.