Autoexplorar todo tu cuerpo de forma metódica regularmente puede ser un primer paso muy eficaz para ponerte sobre aviso de un posible trastorno cardiovascular.
Centra esta observación meticulosa sobre todo en tus encías, uñas, orejas y cintura. Si descubres algún cambio significativo en los aspectos que te acabamos de indicar no tiene por qué significar que tu corazón esté en riesgo, ni –si existe– que sea inminente. Pero te aconsejamos que no lo dejes pasar y le muestres esas señales externas a un médico para que las valore.
Los menores de 35 años que reúnen 3 o 4 de estos factores, tienen más riesgo
Hay signos de envejecimiento (las canas, las arrugas, la calvicie y el colesterol) que si aparecen de forma prematura pueden ser indicadores que anticipen un ataque al corazón.
Según un estudio del Hospital Universitario de Copenhague (Dinamarca), las personas menores de 35 años que reúnen 3 o 4 de estos factores tienen un 40% más de posibilidades de desarrollar enfermedades cardiacas. De modo que si a una edad temprana tus cabellos han encanecido o se te caen exageradamente o bien te han salido ya muchas arrugas, plantéate hacerte un chequeo con un cardiólogo sin dejar pasar mucho tiempo.