8 señales que te avisan de que tu corazón está en peligro

En ocasiones, los problemas cardiovasculares se manifiestan también con señales bien visibles en distintas partes del cuerpo. Si detectas alguna no te alarmes, quizás no tiene relación con tu salud coronaria, pero no está de más consultar al médico.

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Nuria Blasco

Periodista

Autoexplorar todo tu cuerpo de forma metódica regularmente puede ser un primer paso muy eficaz para ponerte sobre aviso de un posible trastorno cardiovascular.

Centra esta observación meticulosa sobre todo en tus encías, uñas, orejas y cintura. Si descubres algún cambio significativo en los aspectos que te acabamos de indicar no tiene por qué significar que tu corazón esté en riesgo, ni –si existe– que sea inminente. Pero te aconsejamos que no lo dejes pasar y le muestres esas señales externas a un médico para que las valore.

Los menores de 35 años que reúnen 3 o 4 de estos factores, tienen más riesgo

Hay signos de envejecimiento (las canas, las arrugas, la calvicie y el colesterol) que si aparecen de forma prematura pueden ser indicadores que anticipen un ataque al corazón.

Según un estudio del Hospital Universitario de Copenhague (Dinamarca), las personas menores de 35 años que reúnen 3 o 4 de estos factores tienen un 40% más de posibilidades de desarrollar enfermedades cardiacas. De modo que si a una edad temprana tus cabellos han encanecido o se te caen exageradamente o bien te han salido ya muchas arrugas, plantéate hacerte un chequeo con un cardiólogo sin dejar pasar mucho tiempo.

 

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1 | 8 ¿Cuánto mide tu cintura?

Su tamaño está tan vinculado con el corazón que hasta se ha cuantificado cuánto sufre a medida que se ganan tallas.

Si la cintura supera más de 14 centímetros la medida aconsejada (88 centímetros en mujeres y 102 cm en hombres) el riesgo coronario aumenta un 40%, porque esta grasa va afectando al corazón lentamente.

2 | 8 Atenta a tu oreja

Según un estudio presentado en el Congreso de las Enfermedades Cardiovasculares SEC 2014, la presencia de un pliegue diagonal en el lóbulo de la oreja (PDL) está directamente relacionada con el padecimiento de infarto e ictus.

Las conclusiones se han extraído tras analizar a 300 sujetos a los que se les realizaron fotografías de ambas orejas, clasificándolas según las características del pliegue (bilateralidad, inclinación, longitud y profundidad) y posteriormente se estudió la historia clínica para relacionar a aquellos que tenían antecedente de enfermedad cardiovascular (infarto o ictus). De los sujetos estudiados, el 31% presentó PDL.

3 | 8 Bultitos de grasa alrededor del ojo

Un paciente que tiene xantelasmas (pequeños bultos grasos superficiales de tono amarillento entorno a los párpados), sea hombre o mujer, tiene una probabilidad entre cinco de desarrollar una enfermedad cardíaca en la próxima década, según una investigación llevada a cabo por científicos de la Universidad de Copenhague (Dinamarca).

Los xantelasmas, formados por células cargadas de colesterol, podrían ser utilizados por los médicos como marcador para identificar a las personas en mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, ya que advertirían de otras posibles acumulaciones grasas perjudiciales en otras partes del organismo.

Recuerda que la acumulación de material graso en las paredes de las arterias –aterosclerosis– puede conducir a un accidente cerebrovascular y a un ataque cardíaco.

4 | 8 Mira el color natural de tus uñas

  • Líneas de Mees. Son bandas blanquecinas transversales, que frecuentemente afectan múltiples uñas, aunque también pueden presentarse en una sola en forma aislada. Se asocian a la exposición a arsénico, pero también a insuficiencia cardiaca congestiva.
  • Lúnula roja. Se da cuando en la parte blanquecina formada en la raíz de la uña surgen finas líneas longitudinales de color rojo o café bajo la lámina. Se asocia a pacientes con insuficiencia cardiaca.
  • Uñas de Terry y uñas mitad y mitad. En las uñas de Terry, los dos tercios proximales de la lámina ungueal se vuelven blancos, mientras que el otro presenta el color rojo del lecho ungueal. Al hacer presión sobre la uña se pierde la coloración característica. Puede producirse en uno, o frecuentemente, en todos los dedos. Fue descrita en relación a la cirrosis, aunque posteriormente se ha asociado a enfermedades como insuficiencia cardiaca y diabetes.

5 | 8 ¿Llegas a tocarte los dedos de los pies?

De acuerdo con investigaciones recientes, hay un método sencillo para conocer la condición física de tu corazón: los expertos en salud sugieren que si eres lo suficiente flexible para llegar a los dedos de tus pies, lo más probable es que tu corazón se encuentre en una forma envidiable.

Al parecer, el beneficio de poder realizar con éxito este gesto no solo puede mostrar la flexibilidad del cuerpo sino también la de las arterias. Un trabajo publicado por el Centro Nacional para la Información Biotecnológica (EE. UU.) sostiene que se puede disminuir notablemente la rigidez arterial con una rutina de estiramientos estáticos de cuatro semanas.

6 | 8 Encías enrojecidas

Existe una clara relación entre la salud de las encías y la del corazón, tal como ya te hemos explicado. Que estén enrojecidas es un síntoma de que podrías sufrir periodontitis, que se ha relacionado con el riesgo de infarto.

7 | 8 ¿Eres alta o baja?

Las mujeres que miden más de 1,66m tienen 1,5 menos riesgo de sufrir una cardiopatía que las más bajas, según la Universidad de Tampere (Finlandia).

Aunque los científicos no saben a qué se debe este relación, sugieren que las personas bajas, al tener menos superficie arterial, presentan más probabilidades de sufrir una obstrucción de los vasos sanguíneos. También sospechan que algunas personas bajas lo son por una malnutrición durante la gestación, lo que podría derivar en una menor protección ante diversas enfermedades, entre ellas, las del corazón.

8 | 8 La calvicie y el riesgo de infarto

Un artículo publicado en la revista "British Medical Journal" indica que los hombres que pierden el cabello en la coronilla son más propensos a sufrir problemas cardiacos. La investigación, realizada por la Universidad de Tokio a 37.000 hombres, afirma que el mayor riesgo de tener un infarto no es la calvicie como tal, sino la que se da en la parte superior de la cabeza. Esta asociación puede deberse a que esa calvicie sea indicadora de resistencia a la insulina, de un estado de inflamación crónico o de un aumento de la sensibilidad a la testosterona.