Así es. La razón es que, al hacer el tatuaje, parte del pigmento se desplaza hacia los ganglios linfáticos más cercanos, donde se aloja de forma permanente.
Esos depósitos provocan su ennegrecimiento y eso puede generar errores de diagnóstico al dar falsos positivos en el estudio del ganglio centinela de pacientes con melanoma y en pruebas como el TAC/PET.