Seguramente tu ginecólogo no ha detectado cambios importantes en el quiste. Una vez que se ha descartado que sea maligno y se desestima la cirugía, lo ideal es hacer una revisión al cabo de unos 3-6 meses.
En ese primer control se valora su comportamiento (si varía el tamaño o sus características, si aparece otro quiste en el otro ovario o líquido en el abdomen) y cómo se encuentra la paciente.
Si sigue igual, se puede hacer un segundo control para confirmar que no hay cambios, o bien espaciar las visitas a, por ejemplo, un año: si el quiste se ha mantenido igual durante todo el seguimiento y la paciente se ha encontrado bien, lo más probable es que siga sin cambiar y nunca dé problemas. Este debe ser tu caso.
No obstante, si tienes hinchazón o dolor abdominal intenso, sensación de estreñimiento no habitual o notas cambios a la hora de orinar (vas muy seguido, no te quedas satisfecha, etc.) conviene que consultes de nuevo con tu ginecólogo.