La hidatidosis es la infestación por un parásito, que se introduce en nuestro organismo a través de la boca. El perro es su huésped principal.
¿Cómo entramos en contacto con los huevos de este parásito? El animal los elimina por las heces y quedan localizados en su pelo o en su zona perianal. Al tocarlo, pueden pasar a nuestras manos y, si nos las llevamos a la cara sin lavarlas, contagiarnos.
El parásito puede quedar acantonado en forma de quiste en alguno de los órganos a los que suele “viajar” (mayoritariamente, el hígado, en el 50-70% de los casos, y el pulmón, en un 20-40%).
A veces evoluciona rápidamente, creciendo en apenas unos meses y con alto riesgo de complicaciones (incluso el fallecimiento), pero lo más frecuente es que lo haga de forma benigna, sin repercusiones sobre la salud. En eso influyen varios aspectos; entre otros, la inmunidad.
De todos modos, un paciente con un quiste hidatídico puede no tener síntomas, encontrándose el quiste de forma accidental en una eco.