Pues la verdad es que sí. La enfermedad de Lyme se debe a una bacteria, la Borrelia burgdorferi, que puede transmitir la garrapata. Es poco frecuente, pero lo cierto es que el número de casos está aumentando, sobre todo, en el norte de nuestro país.
Su diagnóstico es complicado, pues para empezar la persona ha de darse cuenta de que le ha picado una garrapata. Es más fácil detectarlo cuando se enrojece la piel alrededor de la picadura, aunque no es lo más corriente, solo sucede en el 40% de los casos.
Los primeros síntomas aparecen al cabo de varios meses y pueden ser tanto problemas en la piel como neurológicos.
Algunos son tan llamativos que los médicos podemos confundirlos con otras enfermedades, como párkinson o esclerosis múltiple, por ejemplo.
Si el paciente recuerda la picadura, el médico puede buscar la presencia en sangre de anticuerpos anti Borrelia y realizar un buen diagnóstico.