El daño del cartílago articular es un riesgo, sobre todo cuando se abusa de las infiltraciones.
Pero más riesgo supone no administrarlas y abocar al paciente a tomar mucho tiempo o en altas dosis antiinflamatorios, analgésicos o corticoides orales, lo que puede dañar órganos vitales.
Una correcta técnica, no más de 3 al año en la misma articulación y dejar pasar de 2 a 6 semanas entre cada una de ellas reduce la posible aparición de efectos secundarios.