Este es un alimento probiótico único, ya que sus bacterias y levaduras resisten muy bien los ácidos estomacales. Sus beneficios para la salud son conocidos desde la antigüedad.
Se obtiene gracias a los nódulos de kéfir (una asociación de microorganismos, bacterias y levaduras), que fermentan bebidas azucaradas y producen ácido láctico, alcohol (menos del 1 %) y dióxido de carbono (por eso tienen algo de gas).
Si los nódulos se ponen en agua con azúcar, el resultado será kéfir de agua; si se añaden a leche, será kéfir de leche. Siguiendo el mismo proceso, también puede hacerse con bebida de soja.
Se ha demostrado que el kéfir tiene muchísimas propiedades: antibacterianas, antifúngicas, antialérgicas, antioxidantes, antiinflamatorias, antitumorales,
antihígado graso y antiobesidad.