Ambas son igual de importantes, por lo que es básico que la dieta incluya alimentos ricos en los dos tipos.
La fibra dietética es la parte de las plantas resistente a la digestión, por lo que no se absorbe en el intestino delgado y, cuando llega al intestino grueso, sufre una fermentación parcial o completa.
La diferencia entre las dos es fácil de entender:
- La soluble capta mucha agua y se vuelve viscosa. Por eso el estómago se vacía más despacio y la sensación de saciedad es mayor. Otra función importante es que disminuye la absorción de glucosa, grasas y colesterol en el intestino grueso. La contienen la avena, las legumbres, frutas como el aguacate o la manzana...
- La fibra insoluble, en cambio, retiene menos agua y forma mezclas poco viscosas. Esto acelera el tránsito intestinal y previene el estreñimiento. Además, contribuye a disminuir el tiempo de contacto con la mucosa de posibles sustancias que facilitan el cáncer de colon. Está en cereales integrales, lechuga...