Lo es en un 95%. Esta bebida se obtiene del interior de cocos frescos y tiernos que aún no han madurado.
Y no hay que confundirla con la leche de coco, que se extrae también de ellos pero cuando ya están maduros y tiene una composición totalmente diferente, con más grasas y más azúcares y, por lo tanto, más calorías.
El agua de coco, posee una concentración alta de minerales con un perfil muy similar al de la sangre humana. Y es por esta característica por lo que muchos deportistas la toman para rehidratarse y remineralizarse tras los entrenamientos. De hecho, tiene una composición parecida a las bebidas deportivas, pero con la particularidad de ser natural.
Asimismo, puede ser interesante para quienes no tienen una actividad deportiva intensa: es un buen hidratante natural si se ha tenido una diarrea importante o se ha sudado mucho.
Es fundamental, como siempre, mirar la composición nutricional y asegurarse de que no le han añadido ningún tipo de azúcar o de saborizante. Y si es de producción ecológica o bio, mejor.