En realidad, tras hacer ejercicio es imprescindible tomar alimentos ricos en hidratos de carbono y proteínas con un bajo contenido en grasa, sobre todo en las 2 horas posteriores al esfuerzo, ya que es cuando el cuerpo está más receptivo y asimila mejor los alimentos.
Si el ejercicio es aeróbico, largo y moderado, gastamos el “azúcar” muscular. Por este motivo necesitamos hidratos de carbono complejos: arroz, pasta o cereales integrales, legumbres... También nos convienen algunas frutas, como frutos rojos, fresas o cerezas.
Si es anaeróbico, corto e intenso, como por ejemplo los ejercicios de tonificación muscular, los alimentos ricos en proteínas nos ayudarán a reparar el tejido muscular. Se aconseja tomar carne magra, preferiblemente blanca (pollo, pavo o conejo), pescados, huevos o quesos frescos desnatados.