“Bébete el zumo, que se le van las vitaminas”. Esta frase que hemos oído tantas veces la aplicamos inconscientemente a los gazpachos y las cremas frías. Vienen cargados de las vitaminas que atesoran las hortalizas en crudo que, cuando las trituramos, empiezan a perderse. Y empieza una carrera contrarreloj para tomarlos antes de que sea demasiado tarde.
Pero es preferible preparar un gazpacho natural con antelación y que pierda algunas vitaminas a, por no tenerlo listo, acabar escogiendo alimentos menos saludables.
Por eso es importante adelantarse y tener recetas beneficiosas para nuestro organismo esperándonos en la nevera, gazpacho o fruta cortada, por ejemplo.
En el siglo XXI sabemos que algunas vitaminas, como la C, son muy sensibles a la oxidación y en seguida “desaparecen”. Sin embargo, existen formas de reducir las pérdidas para que la salud y los nutrientes salgan ganando. Así que cuando prepares un gazpacho:
- Guárdalo en un envase hermético y bien tapado. De esta forma, no habrá apenas oxígeno que oxide las vitaminas.
- Te interesa que el recipiente sea oscuro. Puedes envolver la jarra o el táper con un trapo o con papel de aluminio. De esta forma, las vitaminas sensibles a la luz se conservarán mejor.
- Cuida las cantidades. ¡No hagas comida para un regimiento! Está bien ser práctico, pero con mesura. Guárdalo como mucho dos o tres días en la nevera y repite la receta. ¡Así la irás mejorando cada vez más!