Antiguamente a los pacientes se les hacía esperar, pues se trataba de una cirugía con cierto riesgo.
Actualmente, las técnicas son mucho más seguras y la posibilidad de complicación es tan baja que la operación se puede hacer cuando la pérdida de agudeza visual les resulta incómoda en su vida diaria.
- La anestesia que se suele usar es tópica, es decir, unas gotas.
- Se extrae el cristalino (la lente natural del ojo, que pierde transparencia con los años) por una incisión tan pequeña que no es necesario dar puntos de sutura.
- Se tarda unos 15 minutos y el paciente se va de alta a su domicilio. No hace falta tapar el ojo.
- Hay dos maneras de realizar la fase de la operación en la que se extrae el cristalino opacificado: con ultrasonidos o mediante láser, ambas con muy buenos resultados.