¿La artrosis en las cervicales puede provocar mareos?

¿Cómo sé si tengo artrosis? ¿Cuáles son las molestias más habituales?

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Es muy frecuente atribuir el mareo a la artrosis cervical, pero es falso que el mareo venga de las cervicales. La artrosis cervical, o cervicoartrosis, es un proceso de desgaste que se produce en las articulaciones de la columna cervical y en los distintos elementos que conforman estas articulaciones, como son los ligamentos y/o las membranas que las envuelven.

Los principales síntomas de la artrosis cervical son el dolor y la rigidez. El dolor puede estar localizado en la zona del cuello (cervicalgia) o puede propagarse hacia los brazos por compresión de los nervios que irradian a esta extremidad a causa de una hernia discal, o por el desplazamiento de uno de los discos cervicales producidos por el propio desgaste.

La rigidez del cuello puede abarcar a los distintos movimientos: inclinaciones laterales y rotaciones del cuello a ambos lados (izquierda/derecha) o a los movimientos de flexión del cuello hacia delante o a la extensión de la cabeza hacia atrás. Esta rigidez suele manifestarse después del reposo, principalmente en las primeras horas del día. Otros síntomas que pueden asociarse a la cervicoartrosis son las contracturas musculares, los crujidos o chasquidos del cuello y la atrofia muscular.

El mareo, en cambio, se produce por afectación de las arterias vertebrales, y esto casi nunca se produce en la artrosis. Mucha gente confunde el mareo con el vértigo. El mareo es un síntoma propio de las alteraciones del equilibrio, y suele acompañarse de palidez, alteraciones del ritmo del corazón, sensación de náuseas y sudoración fría.

El reumatólogo ayudará a diferenciar entre un mareo o un vértigo posicional benigno, que suele producirse por una afectación del oído. En caso de que se sospeche una reducción del flujo sanguíneo que llega a cerebro, los estudios complementarios nos ayudarán a confirmar el diagnóstico.