Hay que hacer caso a la fecha de caducidad siempre que veamos que su aspecto nos despierta dudas.
El desaprovechamiento de alimentos en los países Occidentales es enorme. Según datos del Gobierno español más del 80% de los hogares tiran a la basura alimentos sin haberlos llegado a aprovechar, debido a que se ha pasado su fecha de caducidad.
Además de un desaprovechamiento poco ecológico, en un momento de precios alcistas, es una importante pérdida económica. Y muchas veces la decisión drástica de deshacernos de estos alimentos puede ser exagerada por desconocimiento.
¿Cuándo hay que hacer caso a la fecha de caducidad?
Hay que hacer caso a la fecha de caducidad siempre que veamos que su aspecto nos despierte dudas, por supuesto (cambios de color, mohos enranciamiento...). El sentido común es lo primero.
Además, hay una serie de alimentos con una fecha de caducidad estricta, de corto plazo, porque es mucho más fácil que sufran deterioro. Estos alimentos son las carnes y pescados y, en general, todos los productos frescos (frutas, verduras, postres lácteos excepto leches fermentadas).
¿Qué pasa con los huevos? No dejes pasar más de una semana de la fecha y recuerda que es un producto que no le va bien cambiar mucho de temperatura. Por eso en casa consérvalo en la nevera. Como no se puede ver su estado, tienes un truco fácil para comprobar si aún es fresco: ponlo en agua y si se hunde aún está bien.
Sin embargo, hay otros alimentos cuya fecha puede ser engañosa. Son aquellos que pone “de consumo preferente”. No es la caducidad. Lo que quiere decir que fuera de esa fecha el fabricante no se responsabiliza de que tenga todas las cualidades de sabor y textura. Eso no quiere decir que no las mantenga. E incluso así, tampoco pasa nada porque no hay crecimiento microbiano y siguen sin suponer un peligro para la salud.
Alimentos que duran 15 días más de la fecha
“Puede ser que la vida comercial de un alimento sea mucho más corta que su vida útil segura”, expone Carmen Vidal Carou, catedrática de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Barcelona.
La profesora Vidal ha presidido un comité científico asesor para la Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria en el que ha propuesto un informe con los criterios para poder ampliar la fecha de aprovechamiento.
Según este comité hay alimentos con fecha de caducidad que pueden durar dos semanas más. Puede que se produzcan alteraciones, pero en todo caso no serán perjudiciales o será fácilmente detectables.
- Yogures y otros lácteos fermentados, si mantiene aspecto igual.
- Pan de molde cortado, si no aparecen moho o queda seca.
Alimentos que puedes tomar hasta un mes después
Estos productos seguirán siendo seguros siempre que no hayamos abierto ya el envoltorio. En ese caso, lo normal es que el proceso de deterioro se haya acelerado.
- La bollería blanda, como magdalenas si no son rellenas.
- Productos cárnicos en lonchas, como el jamón.
- Frutos secos.
Este grupo es un ejemplo de que tanta importancia puede tener el producto en sí como su presentación. Y el jamón de york es un buen ejemplo.
“Envasado en lata tiene una seguridad y durabilidad totalmente diferente que cortado en lonchas ya que, además de la mayor superficie de oxidación y desecación, el segundo tiene la posibilidad de contaminarse durante el corte”, explica la profesora Vidal.
Alimentos que están buenos tres meses después
Estos productos aparecen en la mayoría de casos con la fecha de consumo preferente y no de caducidad, señal de que puedes seguir consumiéndolos. Según el comité, sin problemas hasta tres meses más tarde.
- Aceite.
- Cereales de desayuno.
- Pasta seca rellena.
- Galletas y demás bollería seca (no esponjosa).
- Quesos de pasta dura: gouda, emmental, parmesano…
- Patatas chips.
- Margarita y mantequilla.
- Salsas envasadas.
- Leche UHT y otras bebidas tratadas: bebidas de soja o arroz o zumos de fruta.
- Cremas para untar (manteca de cacahuete, crema de cacao).
- Bombones y turrones.
Alimentos que están bien hasta un año después
Hay una serie de alimentos que en algunos países ni siquiera tienen fecha de caducidad, puesto que las legislaciones son diferentes. Se deja a criterio de recomendación según su aspecto.
En la legislación de la Unión Europea, sí se marca una fecha de consumo preferente. No obstante, según el criterio de este comité de expertos, “es muy improbable que se produzcan alteraciones microbiológica incluso a muy largo plazo”. Todo en caso de que no se abran.
- Sal y azúcar. Como mucho quedará apelmazada.
- Harina, legumbres secas, arroz y pasta seca. El problema es el crecimiento de insectos.
- Sémola y cuscús. Como mucho puede sufrir oxidación que la deteriore.
- Café, té y otras infusiones. También el café instantáneo o cacao en polvo. Puede perder capacidad de aroma.
- Miel, dulce de membrillo. Puede perder textura o cristalizar.
- Tableta de chocolate.
- Botes de leche condensada, en polvo o evaporada. Puede sufrir enranciamiento y oxidación.
- Conservas en lata o tarro, como garbanzos, atún o fruta en almíbar.