La alopecia puede estar provocada por un desequilibrio hormonal o por una dieta desequilibrada, entre otras causas.
En el peine, en la almohada, en la ducha… ¿Crees que pierdes más cabellos de lo normal? 100 cabellos al día es la cifra que marca la diferencia entre una caída normal y un problema capilar.
Es cierto que la caída del cabello es más abundante en otoño o invierno porque el pelo se renueva, pero existen otros factores que la agudizan relacionados con tu salud.
El Dr. Juan Jiménez Cauhé, dermatólogo especialista en Tricología del Hospital Universitario Ramón y Cajal, del Grupo Pedro Jaén y de Clínica FEMM aclara qué causas pueden provocar caída de cabello.
Cómo saber si la caída de cabello es excesiva
Una de las consultas más recurrentes para los dermatólogos es la pérdida de cabello. Lo primero que valora el especialista es si estamos ante una caída de cabello fisiológica (normal, por así decirlo) o bien se trata de algo patológico, es decir que sea un síntoma de alguna enfermedad o trastorno.
Qué pruebas realiza el dermatólogo
Existen varias maniobras, utilizadas por los médicos comúnmente, para saber si la caída de cabello es excesiva o si, por el contrario, se trata de una pérdida de pelo normal:
- Maniobra de Sabouraud o signo del arrancamiento (pull-test): Consiste en tirar del cabello de diferentes áreas del cuero cabelludo (zona frontal, parietal, occipital y coronilla o vértex). Si de cada mechón de 30-40 pelos arrancamos más del 10%, la maniobra es positiva. Es decir, consideraríamos la caída excesiva y habría que estudiar qué la provoca.
- Signo del recuento: Requiere algo más de paciencia. Se pide al paciente que se lave la cabeza dos días seguidos. Se cuentan los pelos que se han desprendido tras el peinado. Si hay más de 80, se considera prueba positiva. Para acabar de definirla, hay que valorar a qué territorios afecta, y si se trata de algo reversible o no.
Ante una pérdida excesiva de cabello, para descartar causas secundarias, generalmente se suele realizar una analítica. En ella se valora la posible existencia de un déficit de hierro o vitaminas, o un problema de tiroides (causas que pueden asociarse a alopecia). Y según el paciente, y lo que relate, se realiza alguna otra prueba para descartar otros motivos.
causas de los diferentes tipos de alopecia
Existen muchos tipos de alopecia diferentes. La más frecuente se denomina alopecia androgenética (“calvicie común”), se debe a factores hereditarios y hormonales que van haciendo el pelo más fino y escaso de forma progresiva.
El efluvio telógeno es la segunda alopecia más frecuente y se manifiesta como un exceso de caída capilar. Otros tipos de alopecia frecuentes son la alopecia areata o la alopecia frontal fibrosante.
1. Por el efecto de los andrógenos
La alopecia androgénica o calvicie común es la más frecuente de todas. Es debida a la acción de las hormonas masculinas (fundamentalmente dihidrotestosterona) sobre el pelo y se presenta siguiendo dos patrones, en función de si afecta a una mujer o a un hombre.
Así, en los hombres, suele seguir el patrón de Hamilton afectando inicialmente a la zona frontotemporal (entradas) y el vértex (la coronilla).
En las mujeres, sin embargo, sigue el denominado patrón de Ludwig: se va aclarando progresivamente la zona superior del cuero cabelludo y se va ensanchando la línea central del pelo, sin afectarse la línea de implantación (la zona frontal). Aunque es importante tener en cuenta que los casos de alopecia frontal fibrosante en las mujeres están aumentando.
2. Por estrés o por una infección
También genera una alopecia difusa el efluvio telógeno, en el que se produce un exceso de caída de pelo. Se debe a que muchos pelos entran en la fase de caída (telogen) de forma prematura, por lo que se cae más y aparecen zonas menos pobladas.
Los motivos suelen ser un estrés importante, tanto emocional como físico, por ejemplo una infección grave o duradera (han aumentado los casos de efluvio por el COVID) o haberse sometido a una cirugía mayor.
Por suerte, el efluvio telógeno es una alopecia reversible, que suele mejorar de forma espontánea con el tiempo, si bien puede acelerarse la recuperación con ciertos tratamientos
3. Seguir una dieta poco equilibrada
Una dieta desequilibrada o una alimentación inadecuada, como por ejemplo las que ponen en boga muchas dietas mal planteadas, además de poder resultar muy perjudiciales para la salud pueden originar caída de cabello de tipo efluvio telógeno.
La mayoría de veces es debido al déficit que comportan en determinadas vitaminas y minerales, el hierro sobre todo.
4. Una enfermedad autoinmune
Se puede producir una pérdida de cabello importante si esta enfermedad afecta al tejido conectivo que rodea al bulbo piloso (podría ocurrir con un lupus eritematoso, por ejemplo).
5. Por psoriasis o eczema
Estos problemas cutáneos pueden afectar también al cuero cabelludo, además de manifestarse en la piel. Por lo general, aparecen áreas rojizas con descamación. Al desprenderse esas placas, se llevan consigo el cabello. Otra señal evidente sería el picor intenso en la cabeza.
La buena noticia es que con un tratamiento adecuado mejorará, porque la caída solo se debe a un atrapamiento del tallo piloso, no a una afectación del folículo.
6. Una enfermedad de transmisión sexual
Si una sífilis no se trata en su fase inicial, pueden aparecer placas de alopecia dispersas en el cuero cabelludo que le dan un aspecto “apolillado”, aunque es muy poco frecuente.
En ocasiones puede aparecer como una alopecia más difusa por todo el cuero cabelludo o incluso afectando a cejas, vello de axilas y pubis. Si se trata, en unos tres meses se resuelve el problema.
El VIH provoca igualmente alteraciones en el crecimiento del pelo que se manifiesta con una caída difusa y progresiva.
7. Un efecto secundario de los fármacos
Aunque la mayoría de medicamentos no ejercen un efecto tóxico sobre la matriz del pelo, muchos de ellos sí pueden alterar su ciclo de vida y favorecer la caída.
Ocurre con ciertos antihipertensivos, con los derivados de la vitamina A, algunos antidepresivos y los que incluyen sales de litio. Por lo general, el pelo se recupera meses después de concluir el tratamiento.
En todo caso, es importante que no lo dejes por tu cuenta y, si te surge cualquier duda o inquietud, consúltala con tu médico.
Tratamientos para la caída del cabello
- Si la alopecia es androgenética y es incipiente, puedes usar lociones cosméticas con activos que frenan las hormonas (antiandrógenos) como serenoa repens, sabal, lúpulo, calabaza, zinc). También puedes aplicar una loción al 2% o 5% de minoxidil. Es un vasodilatador local de venta en farmacias que prolonga la fase de crecimiento del pelo. Úsalo a diario 3 meses para observar los primeros resultados y un año para conseguir la máxima eficacia.
- Para casos moderados o avanzados, existen tratamientos médicos que pueden mejorar mucho la densidad capilar (como el minoxidil o antiandrógenos orales). Visita a un dermatólogo experto en alopecia (Tricólogo) para valorar el caso de forma individualizada y realizar un tratamiento óptimo.
- Cuando la pérdida está causada por el estrés, los medicamentos o la falta de determinados nutrientes, lo primero es suprimir el factor causante. Las lociones anticaída y los nutricosméticos con aminoácidos azufrados, vitaminas y minerales pueden ayudarte.
- Ayuda extra: Si además del tratamiento tópico tomas un complemento nutricional que tenga los mismos activos que las lociones, mejorarán resultados. Se toman 3 meses y después se para los 3 meses siguientes. Consulta con tu médico.
- Si se te cae el cabello con el cambio de estación o tras el parto, el pelo se recupera solo y no necesita tratamiento. Pero si ves que se alarga durante meses o notas que la densidad capilar ha disminuido, visita al dermatólogo.