Malas posturas, sedentarismo, estrés... pueden hacer que los músculos de la zona dorsal (la parte superior de la espalda) se debiliten y contracturen a la mínima.
Mover más la musculatura de las lumbares a diario te ayudará a evitarlo. Y para lograrlo no hace falta "machacarse" en el gimnasio: basta con modificar sencillas costumbres cotidianas.
Vértebras sin rigidez
Los siguientes ejemplos pueden darte pistas de cómo lograrlo:
- Desperézate por la manaña... y también por la noche. Desentumecerás tus músculos tras el descanso nocturno. Y, antes de acostarte, liberarás tensiones.
- Siéntate sobre una fitball mientras ves la televisión o tu serie favorita. Al moverse ligeramente, favorece también que lo haga tu espalda. Esos micromovimientos activan y fortalecen la musculatura.
Si a todo esto añades los 3 ejercicios de la siguiente rutina, ganarás aún más movilidad en la zona.