Los efectos del estrés en el bebé durante la gestación

Tu hijo no solo se alimenta de lo que tú comes, sino también de lo que sientes. Intenta relajarte, respeta el nuevo ritmo de tu cuerpo y haz aquello que te haga sonreír. ¡El bebé te lo agradecerá!

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Estoy estresada ¿Mi bebé lo nota?
Dra. Ibone Olza
Dra. Ibone Olza

Psiquiatra infantil y perinatal

Cuando una pareja está viviendo un buen momento, deciden tener un hijo y el embarazo llega sin problemas, parece que todo tenga que ser felicidad, disfrute y tranquilidad.

Sin embargo, la realidad suele ser bien distinta, y en demasiados casos, estos nueve meses de espera van acompañados de estrés y agobio. Y esto, ¿le afecta al bebé?

Estar más informada te ayuda a prevenir

Vivir en una sociedad como la nuestra donde todo avanza tan deprisa tiene sus cosas buenas, como poder saber que las situaciones de estrés mantenido durante el embarazo pueden tener consecuencias importantes en el desarrollo del bebé.

Puede que en estos momentos te estés preguntado: “¿Cómo puede decir que eso es bueno?”, pero mira el lado bueno, con esta información en las manos podemos hacer todo lo posible para que las madres vivan sus embarazos tranquilas, y así los bebés nazcan sin secuelas.

los Efectos demostrados del estrés

Hoy en día, para creernos que algo es realmente como nos cuentan, necesitamos estudios, datos y estadísticas que nos lo confirmen, pero la idea de que la ansiedad o el estrés materno durante el embarazo afectan al neurodesarrollo del bebé ya se manejaba en la antigua Roma.

Por aquella época se decía que el estado emocional de la madre podía afectar al desarrollo del embarazo, por eso se hacía hincapié en lo importante que era garantizarles tranquilidad a las mujeres gestantes.

Los estudios lo confirman: dentro del útero, los bebés también se alimentan de las emociones maternas

Han pasado muchísimos años desde entonces, pero en las últimas tres décadas se han publicado investigaciones que nos permiten comprender en qué afecta el estrés de la madre al bebé que está gestando.

  • Parto prematuro. Se calcula que la mitad de los nacimientos que han tenido lugar antes de lo esperado están relacionados con el estrés materno. También se ha observado que, si la madre está muy estresada, el bebé puede pesar menos al nacer y el latido de su corazón reacciona más lentamente.
  • Desarrollo neuronal. Hay estudios que demuestran que el estrés, sobre todo en el tercer trimestre, puede favorecer que el niño tenga más probabilidades de ser hiperactivo, impulsivo y que le cueste más mantener la atención, así como que sea más sensible a posibles situaciones estresantes: los hijos de madres con ansiedad en el embarazo liberaban más cortisol al ponerles las vacunas o el primer día de colegio.
  • Comportamiento. Afecta al desarrollo emocional y conductual, hasta en la edad adulta. En experimentos con animales se vio cómo, si las madres sintieron estrés en el embarazo, sus crías exploraban menos su entorno y prestaban menos atención a los estímulos.

Los resultados de estas investigaciones suponen un cambio de perspectiva: antes se pensaba que las complicaciones obstétricas eran una causa de futuros problemas mentales, y ahora se piensa que muchos problemas del embarazo pueden ser consecuencia de un trastorno de ansiedad prenatal.

Es importante recordar que los bebés, mientras crecen dentro del útero, están totalmente expuestos a las emociones maternas, así que si la madre se pone nerviosa, las hormonas del estrés (el cortisol) pueden atravesar la placenta y terminar afectando al bebé. De ahí la importancia de que te cuides, te mimen y disfrutes del embarazo.

Todo lo que puedes hacer para proteger la salud de tu hijo

Intenta sentirte bien durante todo el embarazo: esta es la manera más efectiva de evitar el estrés. El yoga, el ejercicio moderado, el canto prenatal o la meditación pueden resultarte de gran ayuda, aunque también lo son cosas tan cotidianas como hacer el amor, pasar tiempo con tus amigas o comer acompañada.

En definitiva, la clave está en buscar todo aquello que te hace feliz, porque así tu cerebro liberará de forma natural la famosa oxitocina, la hormona del bienestar, que favorece el crecimiento saludable del bebé en el útero. Permitirse decir “no” también es fundamental.

Gestar un bebé es una proeza física, emocional y mental

Aceptar que durante estos meses el cuerpo ralentiza su ritmo, tanto físico como mental, te permitirá tener unas expectativas realistas sobre la carga que puedes asumir, al mismo tiempo que te ayudará a parar a tiempo.

A menudo las mujeres nos sentimos obligadas a demostrar que somos “iguales” que los hombres, cuando lo cierto es que gestar un bebé es una proeza física, emocional y mental.

Pide ayuda al médico o al obstetra ante el menor síntoma de estrés (insomnio, irritabilidad, preocupación desorbitada o sensación de opresión en el pecho y ahogo) para que este pueda valorar si es necesario que cojas la baja o que te visite un especialista en psicología perinatal.

Pide ayuda al médico o al obstetra ante el menor síntoma de estrés

No hay que esperar a estar muy mal para parar, la baja laboral está indicada precisamente para poder conservar la calma necesaria para que el embarazo llegue a término. Si hace falta, busca asesoramiento legal sobre tus derechos laborales, ya que hay leyes que protegen a la mujer embarazada y lactante.

La cura más efectiva cuando el parto se adelanta: tu Amor

Igualmente, ahora sabemos que tras un parto prematuro es muy importante que en la hospitalización del recién nacido se evite al máximo el estrés y se intente reproducir el ambiente del útero materno. Y no hay nada más estresante para el bebé que estar separado de su madre.

Durante un estudio se observó cómo los bebés prematuros separados de sus madres tenían unos niveles de glucorticoides (hormonas del estrés) hasta 10 veces más altos que los que permanecían piel con piel con sus madres.

Los bebés prematuros separados de sus madres tenían los niveles de hormonas del estrés hasta 10 veces más altos

Por eso, los cuidados centrados en el desarrollo (también conocidos como método NIDCAP), la lactancia materna y sobre todo el contacto piel con piel han logrado disminuir las secuelas de haber nacido antes de lo previsto.

Estas medidas también son efectivas en aquellos recién nacidos que han sufrido estrés materno, porque el contacto piel con piel induce al bebé a un estado de calma profunda, que incrementa la secreción de neurotransmisores beneficiosos que al mismo tiempo reducen los que se hayan producido durante los momentos de estrés.

No te separes del bebé después del parto

En cualquier caso, siempre que puedas, y si no existe una razón médica que lo impida, coge a tu hijo en brazos, colócalo sobre tu pecho desnudo y amamántalo a demanda, tratando de que la lactancia materna dure el tiempo que ambos deseéis (seis meses, un año, cinco...).

En el caso de que tú no pudieses practicar los cuidados madre canguro (el contacto ininterrumpido), lo puede hacer el padre, los abuelos...

Y es que tras el parto se pueden hacer muchas cosas para potenciar la calma del bebé, y así prevenir el estrés o mitigar sus efectos, algo que no solo depende de la mujer, sino también de la sociedad. Como bien dice la investigadora británica Vivette Glover, experta en los efectos del estrés prenatal en el desarrollo, “mejorar el estado emocional de la embarazada es mejorar la salud de la sociedad”.

Las causas más habituales de ansiedad materna

Para muchas mujeres el embarazo en sí ya puede ser una causa de ansiedad, sobre todo si no fue buscado o hay dificultades de pareja, laborales o económicas.

Los miedos más frecuentes de esta etapa son al parto y a que el niño no nazca sano

Por otro lado, también están los miedos más frecuentes vinculados a esta etapa: al parto, a que el niño no nazca sano e incluso la preocupación con la propia imagen.

Pero es que, además, en nuestro entorno hay varias fuentes de estrés que pueden afectar al embarazo.

  • El trabajo. Muchas embarazadas temen perder su puesto o se preocupan por cómo será la vuelta tras la baja maternal, mientras que las que no tienen trabajo saben que difícilmente serán contratadas en ese estado. Hay encuestas que señalan que el miedo a perder el puesto de trabajo es una causa de interrupciones voluntarias de embarazo entre mujeres que ya son madres.
  • La presión social. Aún prevalece la idea de que trabajar hasta el día del parto es sinónimo de salud. Lo ideal sería disminuir el ritmo en el último trimestre y optar por una baja por ansiedad a la mínima, ya que se trata de seguir bien, no de esperar a que pase algo malo para parar, porque entonces ya suele ser demasiado tarde. El sufrimiento y el coste de cada parto prematuro es tan alto que como sociedad sale más a cuenta invertir en proteger y cuidar a cada embarazada.
  • Las visitas al obstetra. A veces un exceso de pruebas pueden generar mucho estrés, y es que actualmente el seguimiento del embarazo se centra en buscar posibles problemas o malformaciones, en vez de potenciar el bienestar y la confianza de las mujeres en sus cuerpos.

No lo dudes un segundo, deja a un lado las preocupaciones e intenta ser todo lo feliz que puedas. Piensa que tu hijo también se alimenta de tus emociones.