Guía sobre medicamentos en el embarazo

Para evitar graves problemas causados en el pasado por ciertos fármacos, se ha instalado una prudencia extrema a la hora de recetar medicinas a las embarazadas. La actitud inicial es evitarlos, a no ser que el riesgo de no tomarlos supere al que comporta el no hacerlo.

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Medicamentos en el embarazo
Dr. Emilio Santos Leal
Dr. Emilio Santos Leal

Especialista en ginecología y obstetricia

En el embarazo, cualquier medicación que consuma la madre podría tener efectos en el feto. Y algunos de estos efectos podrían representar algún tipo de daño permanente en el bebé.

Ese es el motivo de que exista en general un cuidado especial a la hora de prescribir medicamentos a las embarazadas.

pueden tener riesgos para el feto

Lo que ocurre con la mayoría de los medicamentos es que no hay estudios suficientes que avalen su seguridad en el embarazo y es difícil para el médico saber si las posibles ventajas de una medicina superan los riesgos.

Por ello, como norma general, tienden a recetar solo aquellos medicamentos que están más experimentados, evitando los de descubrimiento más reciente.

Esta actitud actual de extrema cautela es consecuencia de notorios errores que se produjeron en el pasado, como en el caso de las graves malformaciones causadas por la talidomida, usada para evitar las náuseas, a finales de los años cincuenta y principios de los sesenta, o por el dietilestilbestrol, recetado entre los años cuarenta y sesenta para prevenir abortos.

Pueden tomarse paracetamol, si aparece fiebre intensa, o insulina, si existe una diabetes

Pero también hay algunos medicamentos que son claramente beneficiosos, en el sentido de que los beneficios superan a los posibles riesgos.

Es el caso del paracetamol si aparece fiebre intensa o de la insulina si existe una diabetes que no se consigue combatir con dieta y que no debe dejarse de tratar.

Momentos críticos

El posible daño causado por los medicamentos durante el embarazo es diferente dependiendo del periodo de gestación en la que nos encontremos:

  • En la primera semana tras la fecundación. Este es el periodo previo a la implantación del óvulo fecundado y en esta etapa muchos medicamentos pueden causar la expulsión del huevo fecundado y, por tanto, provocar la pérdida de un embarazo que se podría haber producido. La mayoría de las mujeres lo único que notarán será un “retraso menstrual”, aunque en realidad se trataría de un aborto inadvertido.
  • Desde la segunda semana tras la fecundación hasta cumplir ocho semanas (diez semanas tras la menstruación) se están formando los órganos del embrión. Es, por tanto, el momento más delicado ya que es un periodo crucial en cuanto a la posibilidad de malformaciones estructurales. De hecho, es el periodo de máximo peligro, no solo por el uso de medicamentos, sino por los efectos de cualquier otro tipo de agresión, como, por ejemplo, de las infecciones víricas.
  • A partir de las diez semanas de embarazo hasta el nacimiento del bebé. Este es el periodo de maduración fetal. Los órganos ya están formados y, a partir de ahora, lo que hacen es crecer y madurar. Aun así, el riesgo persiste porque un medicamento, aunque ya no produzca una malformación anatómica, podría dañar el buen funcionamiento de algún órgano. Es el caso de un tipo concreto de antibióticos, los aminoglucósidos, que pueden acabar afectando a la función de los oídos y de los riñones.

Remedios naturales

Para la mayoría de plantas medicinales no existen estudios suficientes, se incluirían en la categoría C. En principio, algunas se consideran beneficiosas y no se conoce ningún posible efecto perjudicial. Es el caso de las hojas de menta, la raíz del jengibre o las hojas de frambuesa.

Para las restantes plantas es razonable permitirse tomarlas solo en forma de infusión y con el límite máximo de una taza al día: manzanilla, valeriana, tila, diente de león, romero, té o café, por ejemplo.

el caso de las Vacunas

En general, durante el embarazo deben evitarse todas las vacunas, especialmente las de virus vivos, con algunas excepciones.

En el caso de que en la analítica del primer trimestre se compruebe que una mujer no está protegida frente a la rubeola, dado que esta vacuna es de virus vivos atenuados, se espera a después del parto para administrar la triple vírica.

Durante el embarazo deben evitarse casi todas las vacunas, especialmente las de virus vivos

En este caso, se debe evitar el contacto con personas que padezcan esta enfermedad, ya que el padecimiento de la rubeola durante la gestación puede provocar malformaciones congénitas en el feto.

No obstante, la vacuna frente a la fiebre amarilla, aunque es también de virus vivos atenuados, puede ser necesaria en el caso de un viaje ineludible a una zona de riesgo, aunque lo mejor sería no viajar.

Y respecto a otras vacunas de virus muertos, o vacunas bacterianas o de toxoides (hepatitis A, hepatitis B, vacunas antimeningocócicas, antineumocócicas, etc.), pueden administrarse en el 2° o 3er trimestre del embarazo en caso de riesgo por exposición accidental, necesidad de viajar a una zona de riesgo o por contacto con algún enfermo.

Y, por último, otra excepción a la recomendación de evitar vacunas es para la antitetánica (preferiblemente en conjunto con la vacuna contra la difteria) que, en mujeres no vacunadas previamente, en caso de necesidad, se pueden administrar en el 2° o 3er trimestre.

Aliviar molestias comunes

Por suerte, hay algunos trastornos típicos del embarazo que pueden aliviarse sin necesidad de medicamentos, con medidas sencillas, con pequeños cambios de hábitos o de estilo de vida. Repasemos estas dolencias y sus posibles remedios:

  • Náuseas y vómitos. Para aliviar este trastorno típico del primer trimestre, es fundamental un descanso adecuado, no solo nocturno, sino a lo largo del día con siestas cortas. También puede ser de ayuda tomar infusiones de raíz de jengibre o de menta. Si hay que recurrir a la medicación, el más comúnmente prescrito es el Cariban (con Doxilamina y Piridoxina hidrocloruro).

Ayuda a evitar las náuseas tomar infusiones de raíz de jengibre o de menta

  • Ardores de estómago. Son más típicos del tercer trimestre y para evitarlos es fundamental cenar unas horas antes de acostarse. También se debe suprimir el café y el chocolate, ya que ambos son relajantes del esfínter gastroesofágico. Otra recomendación es mantener una almendra en la boca a modo de caramelo sin masticarla; así se tragará mucha saliva, que arrastrará hacia el estómago cualquier contenido ácido que hubiera refluido hacia el esófago. Si no funcionaran estos remedios, el fármaco que se suele prescribir es la ranitidina cada 12 horas.

Disciplinas como el pilates y el yoga prenatal ayudan a prevenir el dolor lumbar

  • Dolor lumbar. A menudo aparece en el tercer trimestre debido a la tracción hacia delante de la zona lumbar de la columna. En un caso extremo se podría agravar o desencadenar una hernia lumbar. Si se debe a este fenómeno, un buen remedio es el reposo en horizontal boca arriba con las piernas flexionadas. Pero esta postura de alivio puede causar en algún caso sensación de mareo por la compresión de la vena cava con el peso del útero. La alternativa es similar pero de lado, con las almohadas colocadas para que la columna se mantenga recta. El pilates y el yoga prenatal ayudan a prevenir este tipo de dolor al evitar la excesiva curvatura lumbar.
  • Dolor pélvico. A veces sucede que al final del embarazo se da una excesiva laxitud de los ligamentos de la pelvis y, si es así, se soluciona con un cinturón pélvico. Se recomienda observar cómo se coloca correctamente en www.phisiomat.com.

Categorías según los efectos en la gestación

Los medicamentos se suelen clasificar en 5 categorías diferentes: A, B, C, D y X.

  • Los medicamentos que han demostrado mediante estudios aleatorizados que no suponen riesgo alguno son categoría A y los que han demostrado riesgo de malformaciones son categoría X.
  • A la categoría B pertenecen los que, sin estudios aleatorizados, tienen datos tranquilizadores. Por ejemplo, si existen estudios en animales.
  • Categoría C: medicamentos para los cuales no hay estudios suficientes pero que se pueden tomar si se considera que los riesgos de no tomarlos son mayores.
  • La categoría D, incluye los medicamentos para los que existe una evidencia de daños en el feto, pero que se pueden tomar en casos aislados cuando el riesgo de no tomarlos es claramente superior. Por ejemplo, el litio en el caso de una enferma maníaco-depresiva que no responda a otra terapia.

La prudencia es la mejor consejera

  • No existen medicamentos de categoría A: eso es la traducción a esta clasificación de que hay que evitarlos siempre que no sean absolutamente necesarios.
  • En la categoría B estarían incluidas las vitaminas prenatales, el paracetamol y otras medicinas rutinarias del embarazo. Son las que se pueden usar con tranquilidad.

Ejemplos de fármacos por categorías

A continuación se exponen algunos de los fármacos habituales según su categoría:

Antibióticos

  • Categoría B: penicilina, nitrofurantoina, clindamicina, terbinafina, azitromicina, eritromicina.
  • Categoría C: aminoglucósidos, cloroquina, quinolonas, mebendazol, fluconazol (antifúngico contra la candidiasis).
  • Categoría D: tetraciclinas, gentamicina, tobramicina.

Cardiovasculares

  • Categoría B: heparina de bajo peso molecular (dalteparina, enoxaparina, nadroparina).
  • Categoría C: heparina, betabloqueantes, antagonistas del calcio, furosemida, digoxina...
  • Categoría D: inhibidores de la enzima conversora de angiotensina, bloqueantes de los receptores de la angiotensina II, cumarinas, tiazidas, diltiazem...

Otros medicamentos

  • Categoría B: paracetamol, famotidina, prednisona, insulina, ibuprofeno, doxilamina.
  • Categoría C: aspirina, clonidina, proclorperazina, el sudafed, algunos antidepresivos.
  • Categoría D: carbamazepina, ácido valproico, diazepam, litio...
  • Categoría X: incluye notorios errores del pasado: talidomida (comercializado entre los años 1958 y 1963 para los vómitos de embarazo) y el dietilestilbestrol (comercializado entre 1940 y 1963 para prevenir el aborto espontáneo en las embarazadas) o el etretinato (comercializado entre 1986 y 1998 para tratar la psoriasis).

Vacunas

  • Categoría C: toxoide para el tétanos, polio, tuberculosis, hepatitis A y B, rabia.
  • Categoría D: rubeola

Cuidado con las hierbas

Que las plantas medicinales sean naturales no significa necesariamente que sean inocuas y puedan utilizarse en el embarazo.

  • Hay plantas que se sabe que son peligrosas durante la gestación. Es el caso del aloe, que en otros momentos es bueno para tratar el estreñimiento, la gastritis o los problemas de piel. Pero cuando la mujer está embarazada, puede producir contracciones en el útero y elevar así el riesgo de aborto.
  • Se deben evitar también plantas tan comunes como el ginseng o la onagra, ya que se desconocen sus efectos durante la gestación. Incluso, otras tan habituales como el café y el té pueden afectar el desarrollo del feto, cuando se consumen en dosis muy altas.

Que las plantas sean naturales no significa necesariamente que sean inocuas

  • De la mayoría de las infusiones de consumo habitual no hay estudios suficientes que avalen su inocuidad, así que una buena norma es evitar por completo al menos los preparados concentrados en forma de extractos, comprimidos o cápsulas.
  • Y hay algunas plantas, que, incluso en infusión, es más prudente evitarlas por completo: es el caso del poleo, el dong quai, la efedra, la yohimbina, o la pasiflora (flor de la pasión), algunas de las cuales pueden llegar a desencadenar un aborto a causa del aumento de las contracciones. Se debe evitar, por la misma razón, las cápsulas de aceite de borraja.