Una cesárea es una intervención quirúrgica y, como tal, tiene un período posoperatorio. La exigencia que implica estar con un bebé en estas condiciones te obligará a contar con los demás.
El puerperio es un momento muy especial, con frecuencia poco conocido por las mujeres y parejas que planifican el nacimiento de su hijo. Se habla mucho del embarazo y de cómo prepararse para el parto, pero muy poco del modo de afrontar esos largos días en que la mujer puede estar cansada, y su entorno familiar más cercano, repleto de reajustes vitales.
Si el nacimiento ha sido por cesárea, aún es más importante facilitar las cosas a la madre para favorecer su recuperación y asegurar la salud y el bienestar del bebé.
Recuperación tras la cesárea: guía básica
La cesárea es la única intervención de cirugía mayor en la que la paciente empieza a trabajar a las pocas horas de salir del quirófano. Porque cuidar 24 horas al día de un bebé recién nacido es un trabajo intenso y sin descanso.
Algunas mujeres tienen ayuda, pero otras se enfrentan a las tareas domésticas y a la atención de su hijo o hija –¡y hermanos si los hay!– cuando apenas son capaces de ponerse de pie sin sentir un importante dolor, debilidad y agotamiento.
1. Olvídate de realizar tareas domésticas
Reorganizar las tareas domésticas es imprescindible. La única tarea en la que nadie puede sustituir a la mujer puérpera es dar el pecho a su bebé. Fregar, barrer, lavar, comprar, guisar, organizar, coger el teléfono o atender a otros hijos lo pueden hacer los demás miembros de la familia o la pareja.
El contacto frecuente piel con piel que todo recién nacido necesita para su adecuado bienestar y maduración lo puede obtener del contacto con el padre u otros miembros de la familia, evidentemente, pero es más lógico que sea la madre la que esté tumbada con su bebé, en lugar de dedicarse a limpiar la casa con su herida dolorosa mientras alguien sostiene a su hijo recién nacido.
La única tarea en la que nadie puede sustituir a la mujer puérpera es dar el pecho a su bebé
Sin embargo, en algunos casos o momentos concretos, si la madre necesita un rato de descanso a solas, otras personas de la familia pueden dar un paseo con su hijo o tenerlo en brazos... siempre que no llore o pida tomar pecho.
2. Descanso, mimos y comida sana
Es cuestión de replantear las prioridades de la familia y posponer todas las tareas que no sean imprescindibles, como atender visitas, tener la casa extraordinariamente limpia o estar bien peinada.
Lo básico y primordial es alimentarse y descansar lo suficiente. Si se tienen estas necesidades cubiertas, se puede atender mejor al bebé y dedicar la mínima energía restante, que es poca tras una operación, a lo que parezca más urgente.
3. Si es necesario, busca ayuda externa
Contratar ayuda del tipo que sea, si es posible y aunque solo sea por un breve período de tiempo, es una gran inversión en salud y bienestar, sobre todo para las mujeres que se encuentran más solas.
Es importante saber pedir ayuda a familiares y amigos; una mujer que ha tenido a su bebé por cesárea no debería pasar el día sola. Un buen regalo podría ser un masaje o ayuda doméstica. El bebé ya tiene todo lo que necesita: leche materna, amor y contacto físico.