Por Blanca Rodríguez Ayala, Medicina general
¿Qué es una angina de pecho?
Cuando el corazón no recibe la cantidad adecuada de sangre, es incapaz de realizar su función de bombeo con normalidad, lo que se traduce en la aparición de una angina de pecho, también conocida como “angor”.
El aporte insuficiente de sangre al músculo cardiaco es debido a la obstrucción de las arterias coronarias, que son las encargadas de llevar la sangre oxigenada al corazón. La causa más frecuente es la arteriosclerosis por acumulación de placas de grasa en las paredes de los vasos, lo que impide que el torrente sanguíneo circule por ellos con normalidad.
¿Cuáles son los síntomas de una angina de pecho?
El más habitual es sentir un dolor agudo en el centro del pecho que cede a los pocos minutos y tiene las siguientes características:
- Normalmente aparece en el “área de la corbata”, pero puede extenderse hacia la mandíbula, los brazos y la espalda.
- Suele describirse como opresión, quemazón o tirantez, más que como dolor.
- Dura entre 5 y 15 minutos.
- Suele coincidir con una situación de estrés emocional o mientras se realiza algún esfuerzo o actividad física.
- Náuseas, vómitos, sudoración, palpitaciones y malestar general son otros síntomas que pueden acompañar al dolor.
- Normalmente desaparece con el reposo.
Si la angina de pecho no se trata, la obstrucción de las arterias irá en aumento y terminará provocando un infarto agudo de miocardio, pudiendo provocar una muerte súbita.
¿QUÉ DIFERENCIA HAY ENTRE UN INFARTO Y UNA ANGINA DE PECHO?
Mientras que en la angina de pecho el flujo de sangre se interrumpe de forma temporal, durante un infarto esta interrupción es permanente e irreversible.
Aunque los síntomas son muy similares, el dolor y las molestias que produce un infarto son más intensos, suelen durar más de 30 minutos y no desaparecen con la toma de nitroglicerina sublingual.
Es importante saber que no todos los dolores en el pecho son causados por una angina o un infarto. Por eso, deben ser consultados siempre con el médico para descartar estas y otras enfermedades.
¿cuál es el tratamiento para la angina de pecho?
Para prevenir que la angina de pecho derive en patologías cardiacas más graves, lo principal es que la persona que la ha sufrido sea consciente de su enfermedad e introduzca una serie de cambios en sus hábitos de vida:
- La alimentación debe ser rica en frutas, verduras, cereales, pescados, carnes magras y legumbres. Y baja en grasas saturadas, sal y azúcares.
- Practicar deporte de forma habitual es otra de las recomendaciones de los cardiólogos a los pacientes de angina de pecho. El ejercicio debe ajustarse a las condiciones físicas de cada persona. Caminar, nadar y montar en bicicleta son algunas de las actividades más beneficiosas.
- Es fundamental dejar de fumar y reducir el consumo de alcohol a ocasiones esporádicas.
Tratamiento farmacológico para la angina de pecho
Al margen de aconsejar estos hábitos cardiosaludables, el especialista puede prescribir un tratamiento que puede incluir fármacos como estatinas (para reducir el colesterol), aspirina y otros antiagregantes plaquetarios (para impedir la formación de trombos o coágulos).
En el caso de una mujer, el médico puede valorar también la conveniencia o no de seguir una terapia estrogénica, consistente en administrar hormonas para reducir el riesgo de cardiopatías tras la menopausia.
A las personas que ya han sido diagnosticadas de angina de pecho y que corren el riesgo de que se repita, el médico puede recomendarles que lleven siempre consigo una pastilla de nitroglicerina sublingual, que se coloca debajo de la lengua cuando empiezan los síntomas. Este fármaco solo debe ser utilizado en el momento de la crisis para aliviar el dolor y frenar la angina.
¿Es necesario operar?
En algunos casos más graves de angina de pecho se puede recurrir a la cirugía para una revascularización, que consiste en restaurar el suministro de sangre oxigenada al corazón a través de las arterias coronarias obstruidas.
Además de eliminar o aliviar los síntomas, este tipo de intervenciones puede prevenir que el paciente sufra un infarto agudo de miocardio, mejorando su estado y aumentando su esperanza de vida.
¿Qué factores de riesgo existen?
La angina de pecho puede afectar tanto a hombres como a mujeres, sobre todo en edades comprendidas entre los 45 y los 75 años. En el caso de la mujer, existen más probabilidades de sufrirla a partir de la menopausia.
La arteriosclerosis no provoca síntomas hasta que las arterias se obstruyen y aparece la enfermedad, ya sea angina de pecho o infarto. Por eso es muy importante evitar estos factores de riesgo cardiovascular:
- Obesidad. Procura mantener un peso saludable y evita especialmente la grasa en la zona abdominal.
- Sedentarismo. Practica ejercicio físico moderado con regularidad. Andar al menos 30 minutos al día a paso rápido puede reducir el riesgo cardiovascular un 11%, según la Federación Mundial del Corazón.
- Tabaco. Los fumadores tienen un riesgo tres veces más alto de sufrir una enfermedad cardiaca que los no fumadores, según la Fundación Española del Corazón. Infórmate en tu ambulatorio o centro hospitalario más próximo sobre los programas para dejar de fumar.
- Alcohol. Aunque algunos estudios sostienen que beber una copita de vino al día puede resultar beneficioso para la salud cardiovascular, otros cuestionan este efecto. Lo que sí está ampliamente demostrado es que un consumo excesivo de alcohol incrementa el riesgo de angina o infarto.
- Otras enfermedades. Llevar un buen control de la diabetes y la hipertensión arterial también ayuda a prevenir las enfermedades cardiovasculares.
Más información sobre anginas de pecho
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