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Bocio

Aunque es llamativo, el bocio, o agrandamiento del tiroides, no suele estar relacionado con la presencia de tumores malignos, sino que se debe más bien a una falta de yodo, por ejemplo. Atajarlo a tiempo permite evitar molestias mayores y la necesidad de una intervención quirúrgica

Bocio
Foto autorBlanca Rodríguez Ayala

Medicina general

Por Blanca Rodríguez Ayala, Medicina general

¿Qué es el bocio?

A simple vista, la glándula tiroides (que se encuentra en el cuello, encima de la tráquea) no debe apreciarse, si lo hace es porque algo no va bien y, como consecuencia, se hipertrofia o crece, situación que se conoce como bocio.

Es más común en la mujer y sobre todo, en edades maduras de la vida. No obstante, el bocio puede verse a cualquier edad y afectar también al varón.

¿Por qué se produce el bocio?

Un descenso de los niveles de yodo del organismo suele ser la causa más frecuente de agrandamiento tiroideo y, lo normal, es que esto lo provoque una carencia de yodo en la dieta diaria. También hay otras causas, como puede ser el desarrollo de nódulos en la zona o la presencia de algunas enfermedades autoinmunes.

¿Cuáles son los síntomas de bocio?

El tiroides se encuentra situado en la cara anterior del cuello, justo encima del hueco que existe entre las clavículas, por delante de la tráquea. En condiciones normales, si palpamos esa zona se puede notar con una leve presión, pero en ningún momento se ve a simple vista.

Cuando esta aumenta de tamaño, aparece un bulto en la zona que puede llegar a crecer considerablemente si no se pone remedio. Si el tamaño alcanzado no es muy grande, no suele provocar dolor ni en realidad ningún otro síntoma físico que alerte a quien lo sufre (más allá de ver o palpar un tamaño anormal).

De ahí que sea muy recomendable acudir a las consultas periódicas con el médico, que rápidamente detectará, entre otros problemas, una anomalía como esta. Con una exploración física o bien mediante una ecografía tiroidea el especialista lo diagnosticará.

¿Cómo me puede afectar?

Dado que el crecimiento del bocio se produce de forma muy lenta, lo normal es que se detecte y se trate de manera temprana pero, si se deja evolucionar, puede llegar a aumentar tanto de tamaño que comprima:

  • La tráquea (dando lugar a la aparición de dificultad para respirar y tos persistente),
  • El esófago (provocando problemas para tragar los alimentos),
  • El nervio recurrente, que pasa por la zona; con la consiguiente aparición de problemas en la emisión correcta de la voz, como la afonía.

¿Para qué sirve el tiroides?

El tiroides tiene como función la correcta producción de hormonas tiroideas, necesarias para que el organismo pueda desarrollar sus funciones metabólicas con normalidad. Si hay una alteración, el diagnóstico y el tratamiento variará según el tipo de afectación que haya.

Puede ser que la glándula segregue un exceso de hormonas, el llamado hipertiroidismo, que puede mostrar otros síntomas, como un exceso de actividad y taquicardias, entre otros. O, por el contrario, el tiroides no produce suficientes hormonas (hipotiroidismo), en cuyo caso se pueden aparecer otros tipos de trastornos como el cansancio o alteraciones menstruales.

TRATAMIENTO para EL BOCIO

La primera norma será ponerse en manos del médico que es quien especificará el origen exacto que ha provocado el bocio. Si se debe a una alimentación incorrecta, el tratamiento consistirá en asegurarse de que el organismo recibe un aporte de yodo adecuado.

En caso de que provoque síntomas mayores, o complicaciones como las descritas anteriormente, la terapia incluirá fármacos de reemplazo hormonal, o incluso técnicas más invasivas, como la aplicación de yodo radiactivo para disminuir el tamaño de la glándula, y la cirugía para extirpar los posibles nódulos o bien una parte del tiroides (tiroidectomía parcial), o por completo (tiroidectomía total).

Cómo prevenir el bocio

Para evitar la aparición del bocio, se debe incluir la sal yodada en la dieta. Hay también alimentos que contienen más cantidad de yodo y que también pueden consumirse en mayor proporción si los niveles de este elemento químico están por debajo de lo aconsejable, por ejemplo las algas, el brócoli, la leche en polvo, la soja, la yema de huevo, el marisco (almejas, mejillones, gambas), el bacalao, las sardinas, los canónigos, las judías verdes…

El tabaco favorece el desarrollo de bocio por la acción de algunas de las sustancias tóxicas que contiene.

Medicamentos como el litio (utilizado en algunas enfermedades psiquiátricas), o la amiodarona (indicado en las arritmias), pueden afectar a la glándula y aumentar su tamaño.

Más información

En las webs de estas asociaciones encontrarás recursos para prevenir y tratar los problemas de tiroides:

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Por Blanca Rodríguez Ayala

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