Enfermedades

Lumbalgia

Se define como lumbalgia el dolor, tensión muscular o rigidez que se localiza por debajo de la parrilla costal y por encima de los pliegues de los glúteos, con o sin síntomas radiculares (síntomas de afectación del nervio) asociados.

Lumbalgia
Foto autorDra. Rita Sahún Font

Licenciada en Medicina y Cirugía

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Dra. Rita Sahún Font

Licenciada en Medicina y Cirugía

La lumbalgia es una de las causas más frecuentes de consulta médica y suele ser consecuencia de problemas del sistema musculoesquelético.

La columna vertebral se compone de vértebras, entre las que existen unos discos amortiguadores (discos vertebrales) que tienen una capa externa resistente y un interior blando gelatinoso. La columna se estabiliza a través de ligamentos y músculos:

  • Los músculos psoas-ilíacos, que discurren a ambos lados de la columna vertebral.
  • Los músculos erectores espinales, que se localizan por detrás de la columna vertebral.
  • Múltiples músculos paravertebrales cortos que se disponen entre las vértebras.

Los músculos abdominales también ayudan a estabilizar la columna, así como los músculos de las nalgas.

La médula espinal se encuentra dispuesta en el interior y a lo largo de toda la columna vertebral. A través de los espacios entre vértebras emergen los nervios raquídeos que salen de la médula espinal y se conectan con el resto de nervios del cuerpo. La parte del nervio cercana a la médula se conoce como raíz del nervio raquídeo y es una estructura que puede comprimirse si la columna vertebral se lesiona, provocando dolor.

La columna lumbar permite movimientos de rotación y flexo-extensión, y proporciona la fuerza para andar y levantar objetos, por lo que participa en casi todas las actividades cotidianas, por eso la presencia de dolor lumbar disminuye la calidad de vida de quien lo padece.

Clasificación

Para evaluar correctamente al paciente con lumbalgia y tratarlo posteriormente, es importante determinar el tipo de dolor, y para ello existen varias clasificaciones.

Según el tiempo de evolución, se habla de:

  • Dolor agudo: con una duración inferior a 6 semanas. Es la forma más habitual.
  • Dolor subagudo: con una persistencia del dolor de entre 6 semanas y 3 meses.
  • Dolor crónico: cuando los síntomas persisten más de 3 meses.

En función del origen del dolor:

  • Mecánico: un porcentaje muy elevado de las lumbalgias se originan en una enfermedad degenerativa del disco intervertebral, una hernia discal o una lesión de las fascias musculares.
  • Visceral o referido, debido a patologías abdominales.
  • Dolor no mecánico o misceláneo: debido a neoplasias, enfermedades inflamatorias, infecciosas, metabólicas, …
  • Inespecífica: cuando no existe una causa (se diagnostica por exclusión).

También se habla de:

  • Dolor local, cuando se produce en una zona específica de la región lumbar. Es el más frecuente y obedece a lesiones discales, esguinces y distensiones musculares. El dolor suele ser constante y de poca intensidad, y a veces intermitente y agudo, agravándose con los cambios de posición.
  • Dolor irradiado, cuando el dolor desciende desde la columna lumbar hacia la pierna. Suele ser debido a la compresión de una raíz nerviosa, por trastornos como una hernia discal, artrosis, estenosis vertebral. El dolor suele afectar el lateral o la parte posterior de la pierna y puede viajar hasta el pie o la rodilla. En este tipo de dolor, toser, estornudar, levantar peso o inclinarse agrava el dolor. Puede aparecer también debilidad muscular, sensación de hormigueo o alteración de la sensibilidad.
  • Dolor referido. Suele ser un dolor profundo e intenso, con una localización difícil de precisar, y no suele alterarse con el movimiento.

Origen

La lumbalgia aguda suele deberse a lesiones músculo-esqueléticas. La lumbalgia crónica puede originarse en estructuras de la columna lumbar, aunque también puede ser debida a enfermedades abdominales. A menudo no puede establecerse la causa de las lumbalgias.

Son causas frecuentes de dolor lumbar:

  • Artrosis.
  • Fracturas vertebrales por compresión.
  • Rotura del anillo fibroso o hernias discales.
  • Estenosis vertebral lumbar.
  • Espondilolistesis.
  • Lesiones en los músculos y ligamentos.
  • Fibromialgia.

Son causas menos frecuentes de dolor lumbar:

  • Infecciones de la columna vertebral.
  • Tumores vertebrales.
  • Aneurisma aórtico abdominal.
  • Trastornos digestivos como la diverticulitis.
  • Trastornos de las vías urinarias como infecciones renales, cáculos renales y prostatitis.
  • Trastornos pélvicos como embarazos ectópicos, enfermedad inflamatoria pélvica, cáncer de órganos abdominales.
  • Herpes zóster.
  • Enfermedad de Paget.
  • Artritis inflamatorias como la espondilitis anquilopoyética.
  • Trastornos infiltrativos o inflamatorios retroperitoneales.
  • Trastornos musculares inflamatorios como la polimiositis o la polimialgia reumática.

Diagnóstico

La lumbalgia puede ser debida a múltiples causas e identificarlas no suele ser fácil. Las principales herramientas para hacer un buen diagnóstico, son:

  • Entrevista exhaustiva para definir las características del dolor, conocer los síntomas asociados y los antecedentes personales y familiares.
  • Exploración física para descartar una posible causa orgánica. La exploración debe realizarse tanto de pie como en decúbito supino, incluyendo maniobras de tracción así como las maniobras de Lasegue y de Bragard.
  • Las pruebas de diagnóstico por la imagen suelen ser de escasa utilidad en el diagnóstico de la lumbalgia, y se reservan para casos en los que exista sospecha de patología orgánica Son las siguientes:
  1. La radiografía se utiliza para evaluar la estabilidad de la columna, los tumores y las fracturas.
  2. La tomografía axial computerizada permite detectar hernias discales o estenosis vertebrales.
  3. La mielografía permite identificar problemas de la médula espinal y de las raíces nerviosas.
  4. La resonancia magnética nuclear permite evaluar problemas de los discos vertebrales, raíces nerviosas e infecciones espinales o tumores. Es la prueba más sensible para detectar cáncer.

Medidas preventivas

El riesgo de desarrollar lumbalgia se puede reducir haciendo lo siguiente:

  • Realizar ejercicio físico, tanto para evitar un primer episodio de lumbalgia, como para prevenir las recurrencias.
  • Fortalecimiento y estiramiento de los músculos del abdomen, glúteos y espalda (musculatura del tronco) para ayudar a estabilizar la columna vertebral y disminuir las tensiones que sufren los discos y los ligamentos que la mantienen en su posición.
  • Mantener un peso saludable.
  • Mantener una buena postura cuando se está de pie o sentado disminuye la tensión en la espalda.
  • Usar técnicas de levantamiento adecuadas.

Aunque la lumbalgia aguda es un proceso benigno, que en la mayoría de los casos evoluciona favorablemente, es fundamental evitar las recurrencias y controlar los factores que favorecen su cronificación.

Tratamiento

Si se identifica un trastorno específico, debe tratarse.

No existe un tratamiento específico para el dolor lumbar musculo-esquelético que es el más frecuente. Uno de los aspectos más importantes es hacer comprender al paciente que no se trata de un problema grave y que el pronóstico es bueno, ya que existen muchas posibilidades de que remita espontáneamente en el plazo de un mes o mes y medio.

En caso contrario es mucho más probable que se cronifique. Debe insistirse en que debe mantenerse activo y que se incorpore lo antes posible a las actividades diarias. Solo debe recurrirse al reposo en cama si el dolor es incapacitante y en cualquier caso, no se debe prolongar más de dos días

En la lumbalgia aguda no está indicado el ejercicio, ya que incluso puede empeorar el dolor. Por el contrario, en la subaguda se debe comenzar cuanto antes. En los pacientes con lumbalgia crónica el ejercicio habitual se recomienda como tratamiento de primera línea.

Para el alivio del dolor se recomiendan analgésicos como el paracetamol o antiinflamatorios no esteroideos (AINE). Cuando estos no proporcionan un alivio suficiente, se pueden prescribir analgésicos opiáceos. A veces se utilizan relajantes musculares, aunque su utilidad es controvertida.

La aplicación calor o frío puede ser útil. Durante los primeros 2 días después de una lesión suele ser preferible el frío antes que el calor.

El masaje puede proporcionar un alivio temporal del dolor lumbar. Algunos estudios sugieren que la acupuntura proporciona beneficios similares. La manipulación vertebral, también puede proporcionar alivio cuando se combina con un programa de ejercicios.

En el tratamiento de la lumbalgia crónica pueden ser necesarias medidas adicionales, como el uso de neuroestimulación eléctrica transcutánea (TENS) o infiltraciones de la columna vertebral. Algunos procesos pueden requerir de cirugía.

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