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Dra. Rita Sahún Font
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Licenciada en Medicina y Cirugía
Salmonella, bacteria gramnegativa
Existen más de 2000 tipos distintos de bacterias Salmonella.
Algunas especies de Salmonella se hospedan únicamente en seres humanos. Otras especies residen normalmente en el aparato digestivo de muchos animales, tanto animales salvajes como domésticos.
La bacteria se excreta en las heces de los animales y las personas infectados, produciendo contaminación.
Las personas suelen infectarse al comer carne o huevos poco cocidos, productos lácteos sin pasteurizar, marisco contaminado o productos frescos.
Los alimentos pueden contaminarse por heces de animales o por la manipulación de alimentos por parte de personas infectadas, sin la debida higiene de manos.
También es posible la infección al beber agua contaminada o a través de mascotas infectadas.
El ácido del estómago suele destruir la Salmonella, por lo que la enfermedad aparece cuando se consume un gran número de bacterias o en personas con déficit de ácido gástrico, como: niños menores de 1 año, ancianos, personas que reciban tratamiento con antiácidos o inhibidores de la producción ácida del estómago (famotidina, omeprazol, …).
La Salmonella provoca inflamación del intestino y a veces entra en la sangre, propagándose y causando infecciones o abscesos en zonas distantes, tales como huesos, articulaciones, tracto urinario y pulmones, e incluso en prótesis articulares o cardiovasculares.
La diseminación es más probable en:
- Lactantes.
- Ancianos, sobretodo los que viven en residencias.
- Personas con trastornos de la sangre como la anemia drepanocítica o el paludismo (malaria)
- Afectados por un trastorno inmunitario, como el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) o el cáncer
- Personas que tomen medicamentos que inhiban el sistema inmunitario, como los utilizados para tratar el cáncer.
Síntomas
La bacteria penetra por el tubo digestivo e infecta el intestino.
Los síntomas se inician entre 12 y 48 horas después de la ingestión de las bacterias.
- Se producen náuseas y dolores abdominales, seguidos rápidamente por diarrea líquida, acuosa, fiebre y vómitos.
- Por lo general, el proceso remite en un término de 1 a 4 días, pero en ocasiones, los síntomas son más graves y se prolongan en el tiempo.
Hasta bastante después de que desaparezcan los síntomas, las personas infectadas actúan como portadoras, y siguen excretando bacterias en sus heces.
Entre un 10 y un 30% de los adultos desarrollan un cuadro con dolor e inflamación, generalmente en las caderas, las rodillas y el tendón de Aquiles. Se trata de una artritis reactiva que aparece entre semanas o meses después del cese de la diarrea. En caso de bacteriemia pueden aparecer otros síntomas en base a la zona afectada.
En general las personas infectadas por Salmonella suelen recuperarse sin problemas. Las excepciones son las personas con enfermedades previas o las que sufran complicaciones.
Diagnóstico
La infección por Salmonella se diagnostica a través del cultivo de muestras de heces, pus o sangre. La identificación de las bacterias en la muestra, confirma el diagnóstico.
Al realizar el cultivo suele hacerse el estudio antibiograma para ver qué antibióticos son eficaces frente a las bacterias identificadas.
Tratamiento
El tratamiento de la salmonelosis requiere de:
- Líquidos por vía oral o intravenosa (si la infección es grave), para las infecciones intestinales.
- Antibióticos para las personas de riesgo o las que han presentado bacteriemia.
En los procesos leves los antibióticos no acortan el tiempo de recuperación y pueden provocar que las bacterias se excreten en las heces durante más tiempo, por lo que los antibióticos deben evitarse.
Los antibióticos de mayor uso son ciprofloxacino, azitromicina o ceftriaxona durante varios días, o trimetoprima-sulfametoxazol en niños. A las personas con bacteriemia se les administran antibióticos como ciprofloxacina o ceftriaxona aproximadamente durante 2 semanas. Si la bacteriemia continúa, se administran antibióticos entre 4 y 6 semanas.
- En caso de abscesos, drenaje quirúrgico junto con la administración de antibióticos durante al menos 4 semanas.
- Si la aorta, una válvula del corazón, u otras áreas (tales como las articulaciones) están infectadas, generalmente se requiere cirugía y administración de antibióticos durante semanas o meses.
Prevención
Para prevenir las infecciones por Salmonella, debemos:
- Cocinar completamente las aves de corral, huevos y carne, en general.
- No comer o beber alimentos que contengan huevos crudos o leche cruda (sin pasteurizar). Debemos recordar que están presentes también en galletas, pasteles y salsas.
- Lavar a fondo los productos.
- Lavarse las manos después de ir al baño o cambiar un pañal.
- Lavarse las manos, las superficies de trabajo de cocina y los utensilios con agua y jabón inmediatamente después de haber tocado carne cruda o aves de corral
- Lavarse las manos con jabón después de tocar reptiles, aves o sus pollitos y después del contacto con heces de una mascota
- Las personas infectadas no deben preparar o manipular alimentos para otros.
Las personas que viajan deben tomar ciertas medidas para ayudar a reducir el riesgo de desarrollar diarrea:
- Beber y lavarse los dientes con agua embotellada, filtrada, hervida, tratada con UV o clorada.
- Evitar el hielo.
- Comer alimentos recién preparados solo si se han calentado a temperaturas de cocción al vapor.
- Comer solo frutas y verduras que el propio viajero haya pelado.
- Evitar los alimentos provenientes de vendedores callejeros.
- Lavarse las manos con frecuencia.
- Evitar todos los alimentos que estén expuestos a moscas.
No hay vacuna para prevenir la salmonelosis, aunque sí hay vacunas para la fiebre tifoidea.
La fiebre tifoidea
La fiebre tifoidea es un tipo de infección causada por bacterias Salmonella Typhi.
Salmonella typhi solo está presente en el ser humano: las personas infectadas excretan las bacterias en las heces y, menos frecuentemente, en la orina, y contaminan alimentos o bebidas por falta de higiene de manos, si las aguas residuales no son tratadas de forma conveniente, y a través de las moscas.
En ocasiones, la fiebre tifoidea se propaga por contacto directo entre los niños durante el juego o entre adultos durante el sexo anal-oral.
Las bacterias se propagan desde el aparato digestivo a la sangre y pueden infectar a distintos órganos:
- Hígado, bazo y vesícula biliar.
- Pulmones (causando neumonía).
- Articulaciones (provocando artritis infecciosa).
- Riñones (provocando glomerulonefritis).
- Válvulas cardíacas (lo que provoca endocarditis).
- Aparato genital.
- Los tejidos que recubren el encéfalo y la médula espinal (causando meningitis).
- Huesos (provocando osteomielitis).
Estas infecciones se desarrollan sobre todo cuando las personas no son tratadas o cuando se retrasa el tratamiento.
Los síntomas se inician de forma gradual, con un proceso similar a una gripe, entre 8 y 14 días después de la infección.
Después de unos días, la fiebre se mantiene elevada hasta que vuelve a la normalidad durante la cuarta semana después del inicio de los síntomas.
Durante la segunda semana, puede aparecer una erupción en el tórax y el abdomen. Si la infección se propaga a otros órganos, también aparecen síntomas de esas infecciones.
El diagnóstico se confirma por la presencia de bacterias en muestras de sangre, heces, orina, u otros líquidos corporales o tejidos.
El tratamiento se realiza con antibióticos, tanto de enfermos como de portadores. En los procesos graves también puede ser necesario el uso de corticoides. Los portadores tienen prohibida la manipulación de alimentos.
Existen dos vacunas para evitar la fiebre tifoidea.