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Dra. Rita Sahún Font
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Licenciada en Medicina y Cirugía
Generalmente es debida a una contractura involuntaria y unilateral del músculo esternocleidomastoideo y de la musculatura posterior del cuello. El esternocleidomastoideo es un músculo largo y bilateral del cuello cuya función es permitir la flexión y rotación del cuello, se inserta en el hueso temporal (del cráneo), en la cara anterior del esternón y en el tercio medio de la clavícula. Cuando se contrae sólo uno, la columna vertebral se flexiona hacia el mismo lado y la cabeza rota hacia el lado opuesto. Cuando se contraen los dos lados, la cabeza se eleva y se extiende la columna cervical.
La tortícolis no es necesariamente dolorosa. Puede ser temporal o permanente y presentarse en un abanico de formas y escalas de severidad. Las personas con formas graves y crónicas pueden mostrar dificultad para tragar, asimetrías faciales y escoliosis.
CAUSAS DE TORTÍCOLIS
Las causas más frecuentes de tortícolis son las traumáticas y las posturales, y las secundarias a procesos otorrinolaringológicos. Aunque también existen causas más graves, como la presencia de tumores del sistema nervioso central o de huesos, hidrocefalia (acumulación excesiva de líquido cefalorraquídeo en el cráneo), hematomas o infecciones de estructuras cerebrales.
Se han descrito más de 80 posibles causas de tortícolis. Algunas de éstas, son:
Congénitas:
Tortícolis muscular congénita: acortamiento o engrosamiento del músculo esternocleidomastoideo o del músculo trapecio.
Malformaciones musculoesqueléticas asociadas a síndromes como el de Klippel-Feil (fusión de las vértebras del cuello, cuello corto y nacimiento del pelo muy hacia abajo)
Parálisis provocadas en el momento del parto, fracturas claviculares.
Musculoesqueléticas:
Tortícolis muscular reactiva (postural benigna), que aparece por la mañana, en relación con malas posturas durante el sueño y que empeora a lo largo del día. Tiene una duración variable, aunque no suele ser superior a los 7 días.
Traumática, debida a una lesión muscular, articular u ósea.
Infecciosa, por infección de huesos de la columna vertebral, alteraciones de los discos intervertebrales, infección pulmonar, infección de las meninges cerebrales, …
Inflamatoria, como en la artritis crónica juvenil, polimiositis u otras enfermedades reumatológicas.
Tumorales.
Malformaciones de huesos craneales y de columna cervical.
Oculares: estrabismo, ambliopía (“ojo vago”) unilateral, nistagmo (movimientos rápidos e involuntarios de los ojos) …
Patología otorrinolaringológica: inflamación de ganglios, de oídos, del hueso mastoideo, abscesos faríngeos …
Patología medular y craneal:
Tumores.
Infecciones: de meninges, del encéfalo, …
Hematomas cerebrales
Miscelánea (varias causas):
Tortícolis paroxística benigna del lactante. Proceso benigno autolimitado propio de lactantes y niños pequeños que se suele resolver de forma espontánea en 3 a 4 años.
Síndrome de Sandfer: tortícolis persistente que se presenta de forma brusca tras las comidas y se asocia a reflujo gastroesofágico, con movimientos anormales de cuello, y a veces también de extremidades superiores y tronco. Suele ceder en días-semanas.
Distonía cervical o tortícolis espasmódica. Contracciones de larga duración involuntarias o espasmos intermitentes de los músculos del cuello, de causa desconocida.
Distonía medicamentosa, secundaria a fármacos como la metoclopramida, clebopride…
Psiquiátricas: por trastornos de conversión.
Calcificación de los discos intervertebrales.
SÍNTOMAS
La tortícolis puede ser dolorosa o no. Puede acompañarse de fiebre, dolor de cabeza, vértigo, vómitos … y de los síntomas y signos propios de la enfermedad causante. Puede interferir en la vida diaria y en el descanso nocturno.
DIAGNÓSTICO
El cuadro clínico y la evolución permiten orientar o establecer el diagnóstico en la mayor parte de los casos de tortícolis. La indicación de pruebas de diagnóstico dependerá de la sospecha diagnóstica.
Se procede a estudios radiológicos de la columna cervical si existen antecedentes de trauma, sospecha de absceso retrofaríngeo, calcificación de discos intervertebrales. Se realizan ecografías cervicales ante la presencia de tumoraciones cervicales (adenopatía cervical).
Y todas las pruebas complementarias necesarias para establecer el diagnóstico de sospecha. La exploración física junto con una anamnesis rigurosa, permite establecer el diagnóstico de sospecha.
TRATAMIENTO
El tratamiento debe incluir:
Calor seco local.
Reposo.
Puede ayudar la inmovilización con collarín cervical semirrígido aunque solamente en procesos moderados. En procesos severos es mejor el reposo en cama, y en procesos leves es mejor no inmovilizar.
Antiinflamatorios.
Relajantes musculares en función de la edad, de la intensidad y de la evolución, combinados con antiinflamatorios. Iniciar siempre con la menor dosis e incrementar según la necesidad.
Cuando la tortícolis se debe a una lesión en el momento del nacimiento, el tratamiento consiste en girar la cabeza y estirar el cuello. Cuando la tortícolis es difícil de tratar, pueden hacerse infiltraciones con toxina botulínica en el músculo del cuello que está rígido.
distonía cervical.
La distonía cervical es un proceso caracterizado por contracciones crónicas involuntarias o espasmos intermitentes del cuello, que hacen que éste gire de diferentes maneras. Cuando el cuello rota, hablamos de tortícolis espasmódica, y es la distonía más común.
Por lo general es de causa desconocida, aunque en algunas personas se ha detectado una mutación genética. El estrés y los problemas emocionales empeoran el proceso. Puede ser:
Congénita.
Aparecer más tarde, a raíz de diversos trastornos neurológicos.
Ser consecuencia del consumo de fármacos.
A veces, parece que los problemas emocionales contribuyen a su aparición.
Los síntomas suelen iniciarse entre los 20 y 60 años, aunque pueden aparecer a cualquier edad. Suele iniciarse de forma gradual, apareciendo movimientos de la cabeza de lado a lado, como sacudidas de la cabeza. Algunos músculos del cuello se contraen y pueden permanecer contraídos, o hacerlo de forma intermitente, torciendo el cuello. Las contracciones pueden ser dolorosas y a veces se eleva uno de los hombros.
Los síntomas pueden ser entre leves y graves. Los síntomas pueden desaparecer al cabo de unos años (unos 5 años) sobre todo cuando son leves o se han iniciado a una edad temprana. Aunque también pueden persistir toda la vida, restringiendo el movimiento y girando permanentemente la cabeza, el cuello y los hombros.
Se trata con técnicas físicas, inyecciones de toxina botulínica y a veces fármacos orales. La fisioterapia ayuda a mejorar la flexibilidad y a aliviar temporalmente los espasmos. Las inyecciones con toxina botulínica en los músculos afectados reducen los espasmos de 1 a 4 meses y permiten que la cabeza vuelva a una posición más normal, aunque deben repetirse cada 3-4 meses porque el efecto desaparece con el tiempo. En algunos casos el uso de fármacos anticolinérgicos, ansiolíticos, relajantes musculares o anticonvulsivos pueden ser eficaces para controlar los espasmos.
Existe controversia sobre el uso de la cirugía para el tratamiento de la distonía cervical. La cirugía consiste en seccionar los nervios que se extienden a los músculos afectados evitando que estimulen la contracción muscular. Sin embargo, esta técnica debilita los músculos e incluso puede paralizarlos por lo que serán los beneficios previstos respecto a las posibles complicaciones los que determinen el uso de esta técnica.
Si los síntomas son graves y el resto de tratamientos son ineficaces, también es posible realizar una estimulación cerebral profunda.