Esther Arroyo: "Tengo dolor a diario pero no podrá conmigo"

Ni el grave accidente de coche que sufrió en 2008 –ni la posterior guerra en los tribunales– o el dolor que sufre a diario desde entonces han podido con su talante amable, positivo y risueño.

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Charo Sierra
Charo Sierra

Directora de la Revista Saber Vivir

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1 | 13 Hace unos meses volviste a televisión, cosa que te habrá dado mucha energía

Sí, claro. Aunque yo he visto siempre mi profesión de actriz y de presentadora como un trabajo. Quizá por eso no me costó tanto adaptarme a una nueva vida cuando llegó el accidente.
Cuando me preguntan si he echado en falta este mundo contesto que lo que de verdad he echado en falta (y lo sigo haciendo) es mi capacidad para hacer muchas cosas.

2 | 13 Estuvimos cerca de 9 años sin saber casi nada de ti…

No sé cómo definir ese periodo porque han sido tantas emociones, pero sí te digo que lo más duro ha sido "desconocerme". Yo siempre he sabido muy bien quién era y he aceptado mis fallos, mis miedos, mis valores… Me acepto como soy y, lo que no me gusta, me planteo cambiarlo y lo corrijo, sin flagelarme. Pero semanas después del accidente me sentí perdida. No sabía quién era, dónde había quedado mi fuerza, mi energía.

3 | 13 Era difícil encontrar una explicación a lo ocurrido

No, no, no fue eso. Yo no busco respuestas cuando sé que no las hay. No pienso "por qué a mí". Si una no se plantea por qué pasan cosas buenas, tampoco debe planteárselo cuando ocurre algo malo.
Fueron los juicios, las batallas burocráticas los que me descolocaron. Viví una pesadilla; y eso sí era evitable. No es de recibo que te traten como un delincuente si lo único que has hecho es toparte con la mala suerte.

4 | 13 ¿Por qué etapas fuiste pasando hasta el día de hoy?

Al principio no lograba llorar la muerte de mi amigo. Y yo sabía que eso iba a pasarme factura tarde o temprano porque lo normal en mí es pasarme días y más días llorando por cualquier pérdida. Los psicólogos me decían que eso era normal porque actúa el instinto de supervivencia y tu cuerpo está preocupado en salvar –en mi caso– la pierna.

Para superarlo busqué ayuda de psicólogos. Hice también terapia gestalt. Es complicado explicar en qué consiste esta terapia, pero me sirvió muchísimo para canalizar el duelo y, al mismo tiempo, para conocerme aún mejor. También tengo que decirte que yo soy muy muy práctica y eso me ayuda a adaptarme.

5 | 13 Tu marido fue un puntal importantísimo, ¿verdad?

Desde el minuto uno. En el hospital nos pusieron en la misma habitación y lo llevábamos de tal manera que un médico nos dijo: "Vengo aquí antes de empezar mi jornada para llenarme de energía".
Cuando nos dieron el alta, ya fue otra cosa: un cúmulo de subidas y bajadas de ánimo.

 

6 | 13 Pero esos cambios de humor son normales…

Claro, claro. Mira, te cuento algo que ilustra muy bien cómo estábamos. En casa yo tenía tanto dolor que un día mi marido se echó a mi lado en la cama (él iba en silla de ruedas) cogiéndome las manos para reconfortarme. Puso tanto empeño en "vivir mi dolor" que le entró una apnea y dejó de respirar por unos segundos. Cuando lo miro y lo veo con los ojos en blanco e inconsciente… lo di por muerto. Me puse como loca y llamé histérica a un amigo médico.

A los dos minutos volvió en sí y nos entró a los dos tal ataque de risa que no podíamos parar. Llorábamos y reíamos a la vez. Pues así era todo: tragicómico.

7 | 13 Tu característica sonrisa se quedó más de una vez por el camino

Sí, la perdí. Pero la he recuperado siempre. Para subir hay que tocar fondo. Y yo lo toqué unas cuantas veces… Pero luego daba un zapatazo y seguía luchando. También tengo que reconocer que lo llevé mejor porque yo fui la peor parada de los dos. Si mi marido hubiera sido el más perjudicado, no sé cómo hubiera estado. Soy fuerte para soportar lo propio, pero no lo ajeno. Tú te pones a llorar delante de mí y, sin saber qué te pasa exactamente, yo lloro también. Soy así.

 

8 | 13 ¿Cómo lo llevó tu familia?

Mi madre sufrió mucho. Ella es mi riqueza; y una mujer muy sabia. Ha pasado lo suyo en la vida y nunca me ha contado lo que no me tenía que contar. Las mejores herramientas que tengo me las ha dado ella.

9 | 13 En un momento dado decidiste hacerte empresaria

Mi marido y yo tenemos una empresa de alquiler de artículos de ocio y de deporte, como bicicletas, en Torremolinos.
Y fue casi sin pretenderlo, porque nos animó un amigo. Yo pensé que estar al aire libre me vendría bien, y ahí me puse, en el paseo Marítimo de Torremolinos animando a la gente a alquilar.

10 | 13 Y esa fue tu mejor terapia

No te puedes imaginar la fuerza que me dio hablar con gente, aunque fueran personas desconocidas, y que me diera el sol varias horas. Fue la mejor y más natural medicina.

11 | 13 ¿Físicamente has logrado recuperarte bien?

No, no, pero ya he llegado a mi tope, ya no mejoraré. Tengo dolor a diario, y a veces muy fuerte. Pero también te digo que no va a poder conmigo. Me invento mis cosas para vivir con ello (ríe). Durmiendo, por ejemplo, pierdo todo el glamur y parezco una abuelita porque me pongo tres almohadas para descansar (ríe).

12 | 13 Te sometiste a 6 operaciones. ¿Qué haces para que no empeore tu pierna?

Hago mucho pilates. Y me inyectan factores de crecimiento (plasma rico en plaquetas) para regenerar tejidos. Además, he aprendido a moverme y a adoptar posturas que no me dañen, pero me temo que igualmente en el futuro no me podré librar de que me pongan prótesis en las rodillas.

13 | 13 Una artista completa

  • Cantante: "Tiempo atrás habría dado todo por ser cantante. Era mi verdadera pasión. Ahora canto en un coro pequeñito en Fuengirola... Pero voy a dar clases de jazz para aprender más".
  • Maquillaje de caracterización para cine y teatro: "Era otra de mis pasiones: crear personajes a partir del maquillaje. De hecho, cuando un amigo me animó a presentarme a Miss España yo ya tenía billete a Londres para aprender el oficio".
  • Manualidades: "Mi hija, que tiene 11 años, y yo pasamos horas y horas haciendo manualidades. Es uno de mis momentos mágicos con ella. Y nos lo pasamos pipa haciendo disfraces".
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ESTHER ARROYO

Es consciente de que no puede llevar el mismo ritmo que antes de 2008, cuando un aparatoso accidente se llevó por delante la vida de un amigo, su profesión… y la salud de sus piernas. Pero su empeño en mejorar es continuo.

Una muestra: le daba pánico subirse a un coche y, para superarlo, se pasó una semana conduciendo a todas horas.

Ha hecho pilates para ganar flexibilidad en su pierna; pero tanto le gustó que se ha formado como monitora de esta técnica.

Así es Esther Arroyo, perseverante, firme y positiva.

Fotografía: Teresa Peyrí • Estilismo: T-viste • Maquillaje y peluquería: Moncho Moreno • Vestuario: Mónica Lendinez, Please, Guts&Love, Bel Air, Ouklele.