La magnetoterapia consiste en un aparato con imanes que aplica campos magnéticos sobre la zona lesionada.
La fisioterapia es una especialidad a la que recurren cada vez más los especialistas ante la evidencia de que mejoran y aceleran la recuperación de lesiones y el tratamiento de algunas enfermedades.
Hay diversas técnicas y aparatos que se utilizan para la rehabilitación. El fisioterapeuta las proporciona según las recomendaciones del médico. El darcalor o frío, aplicar corrientes y realizar movimientos controlados son las más comunes. Pero la gama de opciones no deja de crecer.
Qué es la magnetoterapia
Una de las técnicas relativamente más novedosas es la magnetoterapia. Consiste en un aparato con imanes que aplica campos magnéticos sobre la zona lesionada.
“Hay varios maneras de trabajar con campos magnéticos. Una es con simples imanes. Un sistema que viene de antiguo. Generan un campo magnético muy débil. Aún se utilizan en algunas patologías, aunque con muy poco respaldo científico”, nos explica Alberto Sánchez Sierra vocal del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Castilla-La Mancha (Coficam).
Los campos magnéticos que se generan con electricidad ayudan a consolidar el cierre de fracturas
El origen de la magnetoterapia actual está en las investigaciones en el siglo XIX de científicos como Orsted y Faraday sobre el campo electromagnético. Es decir, a través de la electricidad se crea un campo magnético más potente.
Por tanto, los aparatos de magnetoterapia utilizan corrientes eléctricas para crear esos campos, pero lo que produce son ondas electromagnéticas. Eso evita aplicar corrientes eléctricas directamente sobre el cuerpo.
Qué beneficios aporta
“La fisioterapia es una técnica muy joven y no se ha investigado ni se han conseguido tanta evidencia científica como nos gustaría”, admite Sánchez Sierra. Eso hace que no todas las aplicaciones tengan consenso.
“El mayor beneficio que nos proporciona el campo magnético es la circulación”, añade el fisio. Tenemos en el cuerpo células con carga eléctrica, y esas células se pueden mover. También tenemos moléculas de agua que no tiene carga, pero que también se pueden mover por el efecto diamagnético (repelente) del campo magnético.
Esta acción de movimiento provoca dos tipos de efectos:
- Efecto regenerador y estimulador bastante importante. Sobre todo se utiliza en el tratamiento de fracturas.
“El ser humano funciona de la manera que lo hace gracias al efecto de la gravedad -dice el fisio-. La gravedad es fundamental, estamos adaptados a ella y la evidencia es lo mal que lo pasan los astronautas y los problemas que surgen cuando pasan tiempo fuera de la tierra".
Una pierna rota no se apoya, no está bien sometida al efecto de la gravedad. Se cree que podemos sustituir la gravedad con el campo electromagnético.
- Efecto analgésico, para paliar el dolor.
Hay muchísimas indicaciones en las que en teoría podría ser útil la magnetoterapia. Se habla de su eficacia en lesiones inflamadas, desde una contractura a una artrosis. “Lo que pasa es que las evidenciadas científicamente no son tantas”, insiste Sánchez Sierra.
No aceleran el proceso
También se habla de que estos sistemas aceleran la cura. “No está tan claro. Parece que algunos campos de alta intensidad sí podrían acelerar el proceso”, puntualiza el fisioterapeuta.
“A mí lo que me más me gusta decir es que ayuda a la normalización -explica-. Es decir, que una pierna si pudiera apoyarse se curaría mejor. No puedes hacerlo porque corres el peligro de aumentar la fractura o el dolor. La magnetoterapia ayuda a regenerar”.
Si por edad o enfermedad no regeneramos bien el tejido, la magnetoterapia puede dar herramientas para ayudar
Si además duermo mal, como mal, soy mayor, tengo alguna enfermedad… son elementos que pueden hacer que mi cuerpo no se regenere como debería. Puede retardarse la regeneración o que sea una regeneración del tejido de mala calidad.
“Lo que intentamos es dar las herramientas a esa zona para que lo haga lo mejor posible”, añade.
Qué tipos de tratamientos hay
Hoy hay tres formas de tratamiento utilizando campos magnéticos:
- La magnetoterapia de baja frecuencia. Es la más común. Se hace con imanes conectados a corriente de baja intensidad. Trabajan a una media de cien Gauss, que es la unidad utilizada para medir el magnetismo.
El aparato más conocido y que lleva más tiempo utilizándose es la camilla con un tubo en el que te metes. Es la que puedes encontrar en las salas de rehabilitación. También hay versiones más pequeñas y portátiles.
- Los campos magnéticos pulsados de alta intensidad. Esta magnetoterapia de alta intensidad es un sistema más novedoso. Son máquinas mucho más potentes. Trabajan con niveles de 30.000 a 70.000 Gauss. Nos dan mucha más capacidad. Pero no hay aún mucha evidencia respecto a las mejoras que aportan.
- Electricidad de alta frecuencia. Los aparatos eléctricos de alta frecuencia también generan un campo magnético. Se ha comprobado que este campo resulta especialmente útil contra el dolor.
¿es útil hacerlo con un aparato en casa?
Dentro de la magnetoterapia tradicional, la de baja frecuencia, se extiende cada vez más la opción de que te lleves el aparato a casa.
Hay algunos centros que pueden ofrecerte la posibilidad de que alquiles aparatos portátiles personales. O incluso de que te lo compres, aunque obviamente no son aparatos económicos.
tenerlo en casa puede resultar mucho más práctico que tener que desplazarse regularmente al centro de rehabilitación. Un ejemplo de su uso: si tienes una fractura de rótula, vas a tener que estar todo el mes escayolado. Las clínicas ofrecen la posibilidad de llevárselo a casa para ponérselo todos los días. “Eso en principio ayudaría a favorecer la consolidación”, añade el fisio.